miércoles, 17 de mayo de 2017

Alain: ¡mira a lo lejos!

Ciertas enfermedades han desaparecido por la incredulidad de los médicos.

Perdonarse a uno mismo ante de perdonar a los otros.

Nadie decide, nadie escoge: hacemos de la necesidad virtud.

Estamos hechos para presentir.

El miedo nos hace caer en la desgracia que tememos.

Arrojar lastre y dejarse llevar por el viento.

Todo lo importante que nos sucede es imprevisto e imprevisible. Los acontecimientos nunca son lo que esperábamos.

Cada cual tiene lo que quiere.

La imaginación no sabe inventar, es la acción la que inventa.

La sociedad es una "máquina" sorprendente que permite a la gente buena ser cruel sin saberlo.

La cortesía para los que nos son indiferentes; el humor para los que se ama.

En nuestra vida inmediata, todo lo que se nos presenta es falso.

Cuanto más se llena la vida, menos se teme perderla.

La seguridad es como una prisión. No nos gusta lo que no es difícil.

Un error es enseñar que somos siempre e irremediablemente egoístas, sin la ayuda divina.

Amamos por encima de todo la acción por la justicia.

Hay que aprender a ser feliz.

Es la acción la que engendra el futuro.

Sólo una cosa tengo que decir al melancólico: "mira  a lo lejos". No pienses en ti, mira a lo lejos.
Cuando el cristiano decía: "mi patria es el cielo", no sabía cuánta razón tenía. Mira  a lo lejos.

Para mi, viajar es andar un metro o dos, pararse y volver a mirar un nuevo aspecto de las mismas cosas.

El lugar común es más fuerte que los hechos.

El hombre que pone toda su atención en un acto difícil es perfectamente feliz.



miércoles, 10 de mayo de 2017

Alain: agradecer antes de recibir.

Quien tiene miedo inventa algún peligro para explicarse ese miedo.

Para ser feliz hay que querer ser feliz.

Muchas cosas que creemos causas son efectos.

Hay que querer lo que se está seguro de desear. La tristeza no deja de ser una enfermedad y que como tal debe ser soportada, sin razonamientos ni motivos.

No son las emociones las que nos hacen sufrir tanto, sino la guerra que sostenemos con nosotros mismos.

Como anhelaban la muerte en lugar de temerla, vivían largo tiempo.

Solo hay un medio de resistir al frío, y es estar satisfecho de él.

El cuerpo es más sublime que el alma, porque sufre por la idea y se cura por la acción.

Somos más sabios de lo que creemos.

Los animales padecen muchas menos enfermedades que los humanos porque no conocen el mal humor.

El sabio no persigue los honores para no verse arrastrado a desearlos.

Tememos más que sufrimos.

No es casual el hecho de que los que trabajan con las manos sean pacíficos.

Sólo el peligro real cura el miedo.

El peor enemigo que un hombre puede tener es él mismo.

El rosario es una admirable invención, pues tiene a la vez al pensamiento y a los dedos ocupados en contar.

No es el pensamiento el que nos libera de las pasiones, sino la acción.

No se piensa lo que se quiere, se obra como se quiere.

Un hombre irritado se pone de rodillas para pedir paz, dulzura y la obtiene de forma natural.

La superstición consiste en explicar efectos verdaderos por causas sobrenaturales.