viernes, 30 de octubre de 2015

Nunca se mintió tanto

Nunca se mintió tanto como en nuestros días. Ni de una manera tan desvergonzada, sistemática y constante.
La mentira, mucho más que la risa, es lo que caracteriza al hombre.
Así pues, sostenemos que nunca se ha mentido tanto como en nuestra época y que jamás se mintió de manera tan masiva y total como en nuestros días.
Cantidades enormes de mentiras se vuelcan sobre el mundo... todo el progreso técnico está puesto al servicio de la mentira.
El hombre moderno está inmerso en la mentira, está sometido a la mentira en todos los momentos de su vida.
La mentira moderna se fabrica en masa y se dirige a la masa.
Hay un desprecio absoluto y total por la verdad.
Toda agrupación secreta, ya sea una agrupación para la acción, una secta o una conspiración es una agrupación con un secreto o incluso con secretos... a saber, tanto el secreto de su propia existencia como el de los fines de su acción.
Es verdad que Hitler anunció públicamente todo su programa de acción. Pero, justamente, lo hizo porque sabía que no sería creído por los "otros", que sus declaraciones no serían tomadas en serio por los no-iniciados; precisamente, estaba seguro de engañar y adormecer a sus adversarios diciéndoles la verdad. Tenemos aquí una vieja táctica maquiavélica  de la mentira de segundo grado, técnica perversa como hay pocas, y donde la verdad misma se convierte en un puro y simple instrumento de decepción. Es indudable que esa "verdad" no tiene nada en común con la verdad.
¿"La aristocracia de la mentira"? Una elite de la mentira es, necesariamente, una elite mentirosa, una cacocracia y no una aristocracia.
La masa cree todo lo que le dicen. Con tal que se lo digan con bastante insistencia... más se mienta, y del modo más grosero, más intenso y brutal, mejor será la creencia y se dejarán guiar con más facilidad. La masa nunca se dará cuenta, la masa no tiene memoria, es radicalmente incapaz de percibir la verdad.

Alexandre Koyré: Reflexiones sobre la mentira. Traducción de Hugo Savino.

viernes, 2 de octubre de 2015

Heráclito

Ni descubrir ni esconder. Insinuar.

Mil años resuena la voz del dios.

Todas las cosas son una sola.

En la separación hay coincidencia.

Cuando los opuestos convergen producen armonía.

Principio y fin son intercambiables.

Sabiduría: decir y  hacer la verdad.

Lo invisible es más consistente que lo visible.

O fango o agua cristalina.

Del conjunto lo uno. De lo uno el conjunto.

Descifrarse a uno mismo.

Analogía: divinidad es a hombre como adulto es a niño.

¿Quién podrá entrar dos veces en el mismo río?

Hay límites que no pueden ni rozarse. Los del alma.

Hay enfermedades sagradas.

Después de la muerte: enigmas.

Esperar lo imposible para encontrar el camino.

Quiere y no quiere ser llamado Dios.

La naturaleza primordial prefiere esconderse.


El dios gusta de esconderse.