miércoles, 28 de noviembre de 2012

Cosas de las que podemos estar seguros


  •         No se podrá enseñar a un chimpancé a hacer -o a hacerse- preguntas.
  • Ningún dispositivo artificial inteligente alcanzará conciencia o autoconciencia.
  • El futuro siempre será impredecible.
  • Jamás podrán armonizarse –sociopolíticamente- libertad e igualdad.
  • Siempre habrá alguna nueva enfermedad –no conocida previamente- y nunca nadie será inmortal.
  • Nunca contactaremos con una especie análoga a la nuestra en el universo y nunca sabremos si existe o si no existe tal cosa.
  • Nunca rebasaremos los límites del lenguaje natural. Nunca habrá una teoría definitiva sobre el lenguaje.
  • Nunca podremos salir de este universo y observarlo como un objeto independiente.
  • Nunca sabremos –exactamente- cómo fue el proceso de hominización. Nunca habrá una teoría definitiva a este respecto.
  • La teoría de Darwin será superada por otra de mayor poder explicativo, y así sucesivamente, pero ninguna acabará siendo la definitiva. Siempre quedará un residuo significativo sin explicar, lo que dará lugar a nuevas teorías.
  • Nunca habrá una teoría del Todo en física. Aunque el viaje en el tiempo es posible teóricamente, en la práctica, en cambio, es y será imposible.
  • Nunca habrá una teoría definitiva sobre las relaciones entre mente y materia. Es un problema filosófico perpetuo.
  • Nunca habrá una teoría unificada, al modo de la física, la química o la biología. Siempre habrá varias en disputa.
  • La hipótesis del continuo nunca tendrá una respuesta definitiva y aparecerán nuevos axiomas independientes. Aparecerán nuevas proposiciones indecidibles. Se encontrarán conjeturas ligadas entre sí que harán imposible su demostración.
  • Cualquiera que sea el progreso científico, la ciencia no responderá a las preguntas últimas y éstas jamás tendrán una respuesta definitiva.
  • La humanidad siempre transgredirá las normas morales vigentes y no habrá ninguna transgresión que no sea intentada (¿y realizada?).
  • Nunca conoceremos el destino final de la humanidad.
  • Siempre habrá límites infranqueables en todas las ramas del conocimiento. Está asegurada la insatisfacción permanente, por tanto. Y la búsqueda continua.
  • Nunca sabremos por qué existe el universo y nunca sabremos de dónde salen las leyes que lo gobiernan.
  • Todos los experimentos que los “científicos” de la vida puedan hacer, acabarán haciéndolos. Ningún escrúpulo moral les detendrá.
  • La mentira nunca desaparecerá de la conducta individual ni de la vida social.
  • Cada vez habrá una mayor manipulación de la masa por parte de las élites de poder hasta que se llegue a una sociedad de masas “ilustrada”. (Proceso en el que actualmente estamos.)
  • El verdadero gobierno de la humanidad –y sus luchas y rivalidades intestinas entre las facciones rivales- cada vez más opaco, cada vez más blindado, cada vez más interior en lo más interior de los estados, será –cada vez- más difícil de conocer.


Thomas Groendieck (1913-2003): Derniéres pensées. (Traducción libre de Antonio Corral Íñigo.)



miércoles, 21 de noviembre de 2012

Cambiar la relación entre figura y fondo


Descentraciones sucesivas
  • En las cosas importantes no elegimos: somos elegidos.
  • No debe ser primero la acción y luego el reposo. La acción debe ser consecuencia de la quietud. La máxima acción coincide con la máxima quietud y viceversa.
  • No debemos desear los higos de la higuera en la época adecuada. Debemos desearlos cuando no es su tiempo.
  • No es lo principal el tiempo trabajado sino la calidad del  trabajo efectuado.
  • Cuando te golpean una vez no hay que prepararse para no ser de nuevo golpeado.
  • El vino bueno siempre está por beberse.
  • La fecundidad proviene de la virginidad.
  • Se camina más seguro sobre las aguas que sobre la tierra.
  • La noche tiene más claridad que el día.
  • Es más importante quien se tiene por el menos importante.
  • Cuanta menos gente mantenga una idea más probabilidad hay que sea verdadera. En el límite la verdad exige la soledad.
  • Es preciso morir para vivir eternamente.
  • Sufrir la injusticia antes que cometerla y ser abandonado antes que abandonar: entrelazamiento entre la ética socrática y la evangélica.
  • No es el conocimiento el que abole la ignorancia: es el no saber quien promueve el conocimiento.
  • Hay que dar lo que uno no tiene y nunca dar de lo que se tiene.
  • Prestar plena atención y cuidado a las cosas cotidianas, corrientes o vulgares no es menos importante que hacerlo a las más prestigiadas.
  • La elocuencia del silencio no es menor que la expresada mediante elipsis, alusiones, gestos y palabras.
  • No hay sencillez sin astucia.
  • Encontrar lo perdido u olvidado es más importante que conservar lo adquirido.
  • No dar jamás lo exquisito a quien no puede degustarlo.
  • Tener muchas cosas que decir exige no tener ninguna gana de hablar. Tener muchas ganas de hablar es sinónimo de no tener nada que decir.
  • La fama más deseable es el anonimato.