jueves, 31 de enero de 2019

Cuando la pérdida duele el doble. Nuevas investigaciones muestran diferencias asombrosas en relación a las actitudes frente a la pérdida y el riesgo.


La mayoría de las personas huyen de los riesgos y conceden mayor peso a las pérdidas que a las ganancias. Los economistas conductuales hablan de “aversión al riesgo” y “aversión a la pérdida”. La aversión a la pérdida es una tesis central de los economistas conductuales desde los comienzos de la investigación en este campo por parte de Daniel Kahneman y Amos Tversky. Esta tesis tiene una influencia de gran alcance sobre el comportamiento de las personas, por ejemplo si se trata de sus activos fijos financieros.
            Para averiguar el grado de aversión a la pérdida  se ofrece a los sujetos experimentales loterías sencillas con un 50% de probabilidad de pérdida o ganancia, respectivamente. Para participar, la mayoría de las personas exige un valor superior de ganancia que de pérdida. Por ejemplo, quien pide una posible ganancia de 10 euros para compensar una posible pérdida de 5 euros pondera las pérdidas claramente el doble que las ganancias. Una aversión a la pérdida de este tipo se considera “estándar”. Las personas que tienen una gran aversión al riesgo huyen de las loterías que conlleven posibilidades gananciales muy diversas (por ejemplo, o 2 o 10 euros) y prefieren una cantidad pequeña fija.
            Sin embargo, claramente hay diferencias mayores de lo que se pensaba entre personas y países. Esto es lo que muestran los resultados de las investigaciones. El equipo de un renombrado economista conductual, Colin Camerer (California Institute of Technology) y de Stephanie Wang (Universidad de Pittsburgh), acaba de publicar un artículo basado en una encuesta en línea realizada a 2000 estadounidenses. La encuesta está diseñada según un nuevo método dinámico y el artículo se titula Loss Attitudes in the U.S. Popularion (NBER Working Paper, septiembre 2018). Con este artículo han evaluado por primera vez una muestra representativa de la población estadounidense, en contraste con los experimentos llevados a cabo hasta ahora por los economistas conductuales, cuyos sujetos experimentales eran mayoritariamente estudiantes universitarios. Los resultados de Camerer son llamativamente diferentes de los anteriores experimentos.
            “Pensamos que aproximadamente un cincuenta por ciento de las personas en Estados Unidos  es tolerante a la pérdida”, escriben Camerer et al. Los participantes jugaban a loterías en las que había pérdidas y ganancias igual de altas. Otro resultado interesante: las personas con capacidades cognitivas más altas y una formación mejor muestran una aversión a la pérdida mayor, mientras que las personas que no son muy inteligentes lidian mejor con posibles pérdidas. Cuando se repitió la encuesta seis meses después los resultados se mantuvieron igual.
            También entre países enteros existen notables diferencias en cuanto a la aversión a la pérdida y al riesgo de la población, y así lo muestra una valoración reciente de la economista conductual Maria Ferreira, trabajadora del banco ING. El instituto de finanzas había consultado a unas 15.000 personas de 15 países si estarían dispuestos a invertir en valores como acciones o bonos y cómo valoraban los correspondientes riesgos. En Alemania, Austria y Países Bajos las personas mostraron la mayor aversión al riesgo, no querían oír hablar de acciones cuyo rumbo fuera propenso a la fluctuación. Los estadounidenses, australianos y turcos estaban más dispuestos a asumir riesgos financieros. En esto la percepción subjetiva de los riesgos y los réditos esperados juegan un papel crucial.
            Es de suponer que las diferentes culturas tengan una influencia en la aversión a la pérdida. Los investigadores Mei Wang, Marc Oliver Rieger y Thorsten Hens han llevado a cabo una gran encuesta en 53 países (The impact of Culture on Loss Aversion, Journal of Behavioral Decision Making 2017). El resultado: en culturas en las que se asigna un mayor significado al “individualismo” - dicho de una manera muy general, “en occidente” - hay una mayor aversión a la pérdida, frente a las culturas orientales, “colectivistas”. La explicación podría consistir en que las personas pertenecientes a culturas orientales pueden controlar mejor su pena individual en caso de pérdida y se sienten mejor arropados por su entorno social. También en culturas consideradas “masculinas” por estar fuertemente centradas en el alto rendimiento, como por ejemplo la cultura estadounidense, la pérdida es considerada más dolorosa que en culturas más “femeninas”, las cuales se basan más en relaciones sociales y ayuda mutua. En cualquier caso se ha probado también que las mujeres tienen una aversión a la pérdida mayor que los hombres.
            Todos estos trabajos de investigación muestran que la ciencia económica tiene que aprender todavía mucho de la heterogeneidad de los comportamientos humanos en las diferentes sociedades.

Philip Plickert
Frankfurter Allgemeine Zeitung, Nr. 228
1 de octubre de 2018.
TRADUCCIÓN DE CLARA CORRAL MARTINEZ

domingo, 27 de enero de 2019

Nadie ama a Venezuela. No nos engañéis.

Los Castro utilizan a Venezuela.
Maduro martiriza a Venezuela.
EEUU quiere destruir a Venezuela.
El Vaticano se desentiende de Venezuela,
PP, Ciudadanos, PSOE, Vox y secesionistas actúan al dictado de sus amos.
Podemos es un títere.
Nadie ama a Venezuela y el pueblo se muere.
Putin quiere sacar partido del desastre, como siempre.
Igual que en 1936; Venezuela cae-- como cayó España-- devorada por todos los Caínes del mundo.

¡Explícalo Zapatero si te atreves!

jueves, 17 de enero de 2019

El poder en España. Una conjetura

España desde hace mucho tiempo parece tener una estructura cuatripartita de Poder: Monarquía, Ejército, Iglesia-Vaticano y Gran Banca (sin Cajas). Entiendo la Guerra Civil como la respuesta que el cuatripartito dio al intento revolucionario de la República para acabar con esa estructura de Poder y poner otra todavía peor. Franco, entonces, no sería más que el representante y el garante de esa estructura de Poder.
Por supuesto, él fue consciente en todo momento de a quién --y para qué-- servía. 
Estos Cuatro Poderes nunca se contradicen a sí mismos, ni entre sí. Por el contrario, los otros poderes: Justicia (Tribunal Supremo), Medios de comunicación y Partidos Políticos lo hacen de un modo continuo. Eso se explica porque no son poderes autónomos sino que están al servicio de los 4 Poderes Fácticos y su interacción.
Desconocemos, porque actúan de un modo hermético, blindado o encapsulado, cómo es la estructura de funcionamiento interna de cada Poder del cuatripartito y cómo son las relaciones entre ellos. Ese ocultamiento es clave para que la población y los analistas nunca sepan qué están tramando.
Parece que los representantes más inteligentes de ese Poder comprendieron que la única forma de mantener el Poder en el futuro (una vez muerto Franco) era resolver los siguientes problemas endémicos de España: la organización territorial del Estado, la confesionalidad católica del Estado, la forma de gobierno (monarquía o república) y la pobreza, la miseria, el atraso y la incultura de la mayoría del pueblo español. Franco aplazó los tres primeros problemas y comenzó a resolver el último: fomentó --cuando pudo-- el desarrollo industrial y la creación de las bases del futuro "estado del bienestar." El pago en términos humanos de este cambio forzado e inevitable fue muy duro para muchas personas: abandono masivo del campo y llegada a las grandes polos  industriales de las grandes ciudades, emigración masiva de trabajadores no cualificados a Europa y devastación del literal marítimo para crear las infraestructuras que han permitido  convertir  España en una potencia turística.
Los otros tres problemas fueron encauzados, aprovechando el cambio de régimen, en la constitución de 1978. Es decir, que se pasó de un régimen a otro régimen sin solución de continuidad. Eso no se explica si los cuatro Poderes no hubieran actuado de acuerdo ente ellos en la dirección observada. Estas actuaciones del cuatripartito no están exentas de traumas: eliminación mediante asesinato de Carrero en 1973, autogolpe de 1981 y autogolpe de 2004. El de 1981 parece que fue un ajuste del sistema, o sea, del nuevo régimen y el de 2004, una llamada al orden de un político que había osado desafiar al cuatripartito y actuar por su cuenta iniciando un cambio de alianzas internacionales. (Todavía no se ha repuesto --y la cara de consternación que se le ha quedado-- es la prueba.)
Todos los partidos políticos (incluidas las últimas manifestaciones pseudorradicales de Podemos y Vox) actúan al dictado del cuatripartito. (Así como los medios de comunicación y los tribunales de Justicia.) Obsérvese que ninguna otra instancia ni nadie ataca esta estructura primordial de Poder. (Y quién lo hace, lo paga muy caro.) Y motivos los hay --todos-- para hacerlo: la Iglesia es una putrefacción de pédofilos, pederastas y depredadores sexuales de niños y adolescentes; La Monarquía es pura corrupción; la gran Banca ha liquidado las cajas, y, sus relaciones con el blanqueo de capitales está por investigar y  la gestión del presupuesto del ejército  en materia de compra y venta de armamento es reservada, secreta y no investigable.
Hasta ahora, parece o pareciera, que los cuatro Poderes siempre habían o habrían actuado de común acuerdo. (Mi hipótesis es que cuando actúan de común acuerdo siempre imponen su voluntad. Por ejemplo, si están de acuerdo en ello, como parece, Franco no va a salir del Valle de los Caídos.)
Pero, por el motivo que sea, que no logro imaginarme, en el caso de la secesión catalana, por primera vez, no están de acuerdo y padecen una profunda disensión interna sobre la situación. La Monarquía claramente quiere acabar con el problema, pero la Iglesia-Vaticano quiere la secesión. ¿Por qué? Lo ignoro, pero todos los obispos y las jerarquías de las órdenes religiosas catalanas avalan la secesión. Es algo inaudito, pero es la única explicación de que el problema se vaya a hacer crónico y probablemente acabe en un baño de sangre. ¿Por qué el cuatripartito no llega a un acuerdo final?

miércoles, 16 de enero de 2019

Hacia una psicología postmaterialista. Un nuevo paradigma

1. La mente y la conciencia representan un aspecto de realidad tan primordial como el mundo físico. La mente es fundamental en el universo. La mente no es un derivado --ni puede reducirse a ninguna otra cosa más básica.
2. La mente y el mundo físico se muestran separados pero están profundamente conectados entre sí. Esta interconectividad entre mente y mundo físico no es lo mismo que el entrelazamiento que se da entre las partículas en la Mecánica Cuántica. En efecto, las conexiones no locales observadas entre partículas enlazadas no incluyen transferencia de información, mientras que la interacción a distancia entre las personas y los sistemas físicos y biológicos sí parecen implicar transmisión de información.
3. La mente actúa como una fuerza y un campo, porque puede influir en el mundo físico y opera en una forma no local. Eso supone que la mente no está confinada a un lugar específico del espacio, como sí lo están los cerebros y los cuerpos, ni tampoco a un punto concreto del tiempo, tal como el presente.
4. El cerebro actúa como un transmisor de actividad mental, es decir, la mente trabaja a través del cerebro, pero la mente no es un producto del cerebro.
5. Hay otros niveles de realidad que no son físicos.

Mario Beauregard, Natalie L. Trent, Gary E. Schwart: Toward a postmaterialist psychology: Theory, research, and applications. New Ideas in Psychology 50 (2018) 21-33.

viernes, 4 de enero de 2019

Necedades castigadas por los dioses. Una advertencia.

El jefe del partido se coge la baja por paternidad para cuidar de su prole: sabia decisión. Sin embargo, una señora --en realidad jubilada-- y ya muy mayor, en lugar, de cogerse la baja médica --con todos los pronunciamientos favorables-- porque ha sido operada de cierta gravedad, pretende seguir trabajando. El mundo al revés.

La primera mujer asesinada en España por su pareja, no es española. Tampoco es español su asesino. Sin embargo, sigue el tiroteo mediático presentando el crimen como un asunto doméstico nacional. Ningún medio lo pone de manifiesto. La caverna platónica sigue vigente. Prefieren sombras a realidades.

Un prior que es todo un caballero, un modelo de ciudadano, una persona excepcional... se niega a desenterrar a un fallecido, enterrado en su basílica sin el consentimiento de su familia, como haría cualquier griego o romano o ilustrado y dicen las ordas gubernamentales que la razón es que en su juventud fue falangista. No que es una persona civilizada, que habrá leído Antígona.