jueves, 26 de agosto de 2021

ODISEA: un esquema existencial

 La Odisea puede interpretarse como una parábola de la vida de cada ser humano. Todos y cada uno tenemos una tarea que cumplir a la que nos resistimos. Si superamos esa resistencia, debemos enfrentarnos a un conjunto de pruebas que hemos de superar para llevar a término la tarea existencial.

La tarea de Ulises es volver a su patria, reunirse con Penélope y morir entre el calor de los suyos.

Para cumplir la tarea existencial necesitamos una intermediaria o intercesora. Esta figura es necesaria, sin ella no es posible el éxito.

En el caso de Ulises es Palas Atenea.

La vida es un viaje largo, lleno de peligros. (Somos como Ulises: errantes.) Comienza acompañado y termina en la total soledad. Llega solo a su patria.

Todo lo que le sucede es por la voluntad de los dioses.

Cuáles son las pruebas que tiene que arrostrar: 

Calipso, la tentación de la inmortalidad, del cuerpo y de la belleza inmortales. (La prueba dura 7 años.) Calipso supera en todo a Penélope. Pero Ulises prefiere la finitud, la mortalidad y lo que eso conlleva y renuncia a Calipso. (La tentación de evadirnos de la dura existencia mediante cualquier procedimiento.)

Polifemo. La fuerza bruta, descomunal. Sólo con su astucia podrá vencerlo. (La amenaza constante de la fuerza física ejercida contra nuestra sagrada libertad, requiere más astucia que contraviolencia.)

Circe. Convierte en puercos a sus compañeros. Ulises está dispuesto a todo por salvarlos. El cobarde Euríloco flaquea. Ulises está a punto de degollarlo. Pero Hermes sale en ayuda del valiente y le informa del modo de derrotar a la diosa. Tendrá que yacer y entregarse a ella para lograr la liberación de todos. (Cuando nos degradamos por cobardía y descendemos a lo más bajo y sucio.)

Bajar al Hades. Al reino de los muertos. Ver a los muertos, la peor de las experiencias para Ulises. Habla con su madre muerta. Puede observar las consecuencias de las faltas cometidas contra los dioses. Tres grandes condenados a penas inacabables: Titio, Tántalo y Sísifo. (Cuando tenemos que enfrentarnos a la muerte de los seres queridos.)

Las sirenas y su canto embriagador. Solo mediante las ataduras, los tapones de cera y el auxilio de sus compañeros conseguirá vencerlas. (El hedonismo --y todas sus pompas y obras--- degradante.)

Escila y Caribdis. Dos escollos a cual más terrible, cruel e ineluctable. Lo mejor, no defenderse. Huir es la opción más inteligente. (Cuando en la vida te tienes que enfrentar a un dilema irresoluble.)

La isla del Sol. De ella también hay que huir. Y jamás provocar al dios. El cobarde Eurícolo no obedece y por su causa perecen todos. Ulises ---solo--- llega a Ítaca. (Finalmente, debemos quedarnos solos ante nuestro destino.)

Palas Atenea le revela lo que le queda por soportar. Le pide que sufra en silencio. Y deteriorando su aspecto exterior le convierte en un ser irreconocible para sus compatriotas, incluidos sus enemigos a los que deberá eliminar. (La resignación en los reveses y en los inevitables fracasos que nos hacen irreconocibles.)


domingo, 8 de agosto de 2021

KUSAMAKURA de Natsume Soseki (1867-1916)

 De esta obra ---muy influyente en el músico Glenn Gould--- traducida por Masiá y Kuwano, este párrafo:

Los placeres de esta vida proceden de apegos a lo material y contienen inevitablemente semillas de dolor. Pero el poeta y el pintor se familiarizan con la pureza absoluta, porque únicamente se interesan por la auténtica entraña de este mundo relativo. Se alimentan de la niebla matutina y beben el rocío vespertino. Admiran el color violeta y alaban el carmín. Ante la muerte, no se entristecen. Su placer no consiste en apegarse a lo material, sino en asimilarse a las cosas identificándose con ellas. Cuando lo logran, en lugar  de acentuar su individualidad, se abren al mundo entero. Se disuelve entonces la envoltura de barro de su cuerpo y alcanzan la libertad de quien vive como fluyendo en la corriente infinita del viento.

Libro absolutamente sublime.

Como escuchar la Misa de Bach o la Misa de Mozart.

O componer un haiku (5-7-5) perfecto.

O regalar una orquídea a quien no lo merece, precisamente, porque no lo merece.

 

jueves, 5 de agosto de 2021

Giorgio Agamben se mantiene firme

 

I. Como ocurre siempre que se instaura un régimen despótico de emergencia y las garantías constitucionales quedan suspendidas, el resultado es ―como ocurriera con los judíos bajo el fascismo― la discriminación de una categoría de hombres, que se convierten automáticamente en ciudadanos de segunda clase. Este es el objetivo de la creación del llamado en Italia «green pass», «pase sanitario» en Francia o «pasaporte sanitario» en España. Que se trata de una discriminación basada en convicciones personales, y no en una certeza científica objetiva, lo demuestra el hecho de que en los círculos científicos se sigue debatiendo sobre la seguridad y la eficacia de las vacunas, que, según la opinión de médicos y científicos a los que no hay razón para ignorar, fueron producidas de forma precipitada y sin una fase de experimentación adecuada.

A pesar de ello, todos aquellos que se aferren a su libre y fundada convicción y se nieguen a vacunarse serán excluidos de la vida social. El hecho de que la vacuna se convierta de este modo en una especie de símbolo político-religioso cuyo fin es discriminar a los ciudadanos queda patente en la irresponsable declaración de un político que, refiriéndose a quienes no se vacunan, dijo, sin ser consciente de estar utilizando una jerga fascista: «los purgaremos con el pasaporte sanitario». El «pasaporte sanitario» o green pass convierte a los que carezcan de él en portadores de virtuales estrellas amarillas.

Se trata de un hecho cuya gravedad política no se puede desdeñar. ¿En qué se convierte un país en cuyo seno se acaba creando una clase discriminada? ¿Cómo se puede aceptar convivir con ciudadanos de segunda clase? La necesidad de discriminar es tan antigua como la propia sociedad, y no cabe duda de que ciertas formas de discriminación ya estaban presentes incluso en nuestras sociedades llamadas democráticas; pero que estas discriminaciones sean de facto sancionadas por la ley constituye una barbarie que no podemos aceptar.

II. En los párrafos precedentes hemos mostrado la injusta discriminación de una clase de ciudadanos excluidos de la vida social normal, discriminación derivada de la introducción del llamado green pass o pasaporte sanitario. Esta discriminación es una consecuencia necesaria y calculada, pero no es el objetivo principal de la introducción del pasaporte sanitario, que no está dirigido a los ciudadanos excluidos, sino a toda la población que posea dicho pasaporte sanitario.

En realidad, el objetivo de los gobiernos es instaurar, mediante el pase sanitario, un control minucioso e incondicional sobre todo movimiento de los ciudadanos, de modo casi idéntico al pasaporte interno que debía tener todo ciudadano para poder desplazarse de una ciudad a otra en el régimen soviético. En este caso, sin embargo, el control es aún más absoluto, porque afecta a cualquier movimiento del ciudadano, que tendrá que mostrar su pasaporte sanitario en cada uno de sus pasos, incluso para ir al cine, asistir a un concierto o sentarse a la mesa de un restaurante.

Paradójicamente, el ciudadano que no posea el pasaporte sanitario será más libre que aquel que lo posea, y debería ser la propia masa de ciudadanos con pasaporte sanitario la que habría de protestar y rebelarse, ya que a partir de ahora serán censados, vigilados y controlados hasta un grado que carece de precedentes incluso en los regímenes más totalitarios. Resulta significativo que China haya anunciado que mantendrá sus sistemas de rastreamiento y control incluso después de que la pandemia haya terminado. Como ya debería ser evidente, en el green pass lo que está en juego no es la salud, sino el control de la población, y tarde o temprano hasta los ciudadanos con pasaporte sanitario tendrán la oportunidad de comprenderlo, mal que les pese.

Visto en este enlace: http://www.politicayletras.es/pase-sanitario-una-barbarie-inaceptable/