El miércoles -03062020- en el Congreso alguien deslizó la idea que, desgraciadamente, muy pocos venimos sospechando.
En la saga de los Iglesias nada es lo que parece: han sido todos ellos agentes dobles. Son meros mercenarios.
(Tanto el régimen franquista -como el vigente régimen monárquico- es una figura que siempre ha utilizado porque le ha dado mucho "juego".)
El abuelo fue franquista y antifranquista, el padre, lo mismo y el hijo casta y anti casta, a la vez.
Pero todos ellos siempre trabajan -en realidad- para el régimen vigente, simulando que luchan contra él. (Eso explicaría la extraña cobertura que prestan a la última alhaja, eminencias periodísticas mas católico-monárquico-farisaicas que otra cosa.)
Esta saga está en correspondencia biunívoca con la de los que mandan explicablemente: abuelo Botín franquista, padre Botín zapaterista e hija Botín socialcomunista.
Quien se crea que el gobierno socialcomunista no está ideado por el banco Santander y sus terminales mediáticas (Prisa), de acuerdo con los poderes mundialistas, se pierde lo mejor.
Este gobierno no caerá, aunque no haya por donde cogerlo, mientras la señora y sus lacayos los asistan. Sin ella no durarían ni podrían durar. Es un barco que hace agua por todas partes.
¡Qué cosas más extraña ocurren en España!: Pablo Iglesias lacayo de Ana Botín.