El dinero no puede comprar la felicidad. La pobreza tampoco.
Nunca deja uno de
sorprenderse por las cosas increíbles en las que cree la gente.
Si quieres que la
gente piense que eres muy inteligente, solo tienes que hacer ver que estás de
acuerdo con ellos.
Es mejor que
llore el niño en lugar de que lloren los padres.
Un conservador es
el que admira a los radicales siglos después de su muerte.
Alguien que odia
a perros y a bebés no puede ser del todo malo.
La verdad es más
extraña que la ficción: la ficción debe tener sentido.
Vemos las cosas
como somos, no como son.
Descaro es matar
a tu padre y a tu madre y luego pedir clemencia por ser huérfano.
Ególatra es el
que cuando sale de una habitación tiene la sensación inmediata de que alguien
fascinante se ha ido.
La gente de
primera categoría contrata a gente de primera categoría. La gente de segunda categoría
contrata a gente de tercera.
Algunas cosas son
tan inesperadas que nadie está preparado para ellas.
Tenemos dos
orejas y una boca para escuchar más y hablar menos.
Son los débiles los
crueles, la mansedumbre solo puede esperarse de los fuertes.
Donde hay demasiado
algo falta.