- No se podrá enseñar a un chimpancé a hacer -o a hacerse- preguntas.
- Ningún dispositivo artificial inteligente alcanzará conciencia o autoconciencia.
- El futuro siempre será impredecible.
- Jamás podrán armonizarse –sociopolíticamente- libertad e igualdad.
- Siempre habrá alguna nueva enfermedad –no conocida previamente- y nunca nadie será inmortal.
- Nunca contactaremos con una especie análoga a la nuestra en el universo y nunca sabremos si existe o si no existe tal cosa.
- Nunca rebasaremos los límites del lenguaje natural. Nunca habrá una teoría definitiva sobre el lenguaje.
- Nunca podremos salir de este universo y observarlo como un objeto independiente.
- Nunca sabremos –exactamente- cómo fue el proceso de hominización. Nunca habrá una teoría definitiva a este respecto.
- La teoría de Darwin será superada por otra de mayor poder explicativo, y así sucesivamente, pero ninguna acabará siendo la definitiva. Siempre quedará un residuo significativo sin explicar, lo que dará lugar a nuevas teorías.
- Nunca habrá una teoría del Todo en física. Aunque el viaje en el tiempo es posible teóricamente, en la práctica, en cambio, es y será imposible.
- Nunca habrá una teoría definitiva sobre las relaciones entre mente y materia. Es un problema filosófico perpetuo.
- Nunca habrá una teoría unificada, al modo de la física, la química o la biología. Siempre habrá varias en disputa.
- La hipótesis del continuo nunca tendrá una respuesta definitiva y aparecerán nuevos axiomas independientes. Aparecerán nuevas proposiciones indecidibles. Se encontrarán conjeturas ligadas entre sí que harán imposible su demostración.
- Cualquiera que sea el progreso científico, la ciencia no responderá a las preguntas últimas y éstas jamás tendrán una respuesta definitiva.
- La humanidad siempre transgredirá las normas morales vigentes y no habrá ninguna transgresión que no sea intentada (¿y realizada?).
- Nunca conoceremos el destino final de la humanidad.
- Siempre habrá límites infranqueables en todas las ramas del conocimiento. Está asegurada la insatisfacción permanente, por tanto. Y la búsqueda continua.
- Nunca sabremos por qué existe el universo y nunca sabremos de dónde salen las leyes que lo gobiernan.
- Todos los experimentos que los “científicos” de la vida puedan hacer, acabarán haciéndolos. Ningún escrúpulo moral les detendrá.
- La mentira nunca desaparecerá de la conducta individual ni de la vida social.
- Cada vez habrá una mayor manipulación de la masa por parte de las élites de poder hasta que se llegue a una sociedad de masas “ilustrada”. (Proceso en el que actualmente estamos.)
- El verdadero gobierno de la humanidad –y sus luchas y rivalidades intestinas entre las facciones rivales- cada vez más opaco, cada vez más blindado, cada vez más interior en lo más interior de los estados, será –cada vez- más difícil de conocer.
Thomas Groendieck (1913-2003): Derniéres pensées. (Traducción libre de Antonio Corral Íñigo.)
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