lunes, 10 de febrero de 2020

Semmelweis según el genio de Céline

Esta es la tristísima historia de F. I. Semmelweis, nacido en Budapest en 1818 y muerto en Viena en 1865.
Tuvo un grandísimo corazón y un gran genio para la medicina. Permanece, sin duda alguna, como el precursor clínico de la antisepsia, ya que los métodos preconizados por él para evitar la fiebre puerperal aún son, y siempre lo serán, oportunos. Su obra es eterna. Sin embargo, en su época fue completamente despreciada.
Hemos tratado de resaltar unas cuantas razones que puedan explicarnos un poco la extraordinaria hostilidad que sufrió. Pero todo no se explica con hechos, con ideas, con palabras. Existe, además, todo lo que se ignora y todo lo que jamás se sabrá.
Pasteur, con una luz más potente, aclararía, cincuenta años después, la verdad microbiana de manera irrefutable y total.
En cuanto a Semmelweis, parece como que su descubrimiento sobrepasó las fuerzas de su genio. Esta fue, quizá, la causa profunda de todas sus desgracias. 

Párrafo final de SEMMELWEIS, portentoso relato de L. F. Céline

Traducido por Juan García Hortelano

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