La actual emergencia sanitaria puede ser tomada como el laboratorio donde se preparan las nuevas estructuras políticas y sociales que esperan a la humanidad.
La epidemia muestra que el estado de excepción, al cual los gobiernos nos han acostumbrado desde hace muchos años, se ha convertido en la condición normal.
El hecho novedoso es que la salud se convierte, no en un derecho, sino en una obligación jurídica que debe cumplirse a cualquier precio.
Una comunidad basada en el distanciamiento social (ojo, no físico o personal) ni es humana ni es viable políticamente.
Hemos convertido nuestro cuerpo y nuestro espíritu en una entidad puramente biológica.
La operación que estamos presenciando es una gigantesca operación de falsificación de la verdad.
En nuestra época hay tres grandes religiones: capitalismo, ciencia y cristianismo. Lo que ha pasado es que la ciencia ha sometido a las otras dos. Y ahora la ciencia determina todos los aspectos de nuestra existencia.
El nuevo enemigo, el virus, siempre está presente y debe combatirse sin tregua posible. (Seria el nuevo culto de la última religión.) Pero la religión médica no ofrece ni salvación ni redención.
G. Agamben. En qué punto estamos? La epidemia como política. Adriana Hidalgo, 2020.
Y esto independientemente de si el virus es real, artificial, inexistente o cualquier otra argucia.
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