domingo, 3 de febrero de 2013

Il villaggio di cartone

Nueva película de Ermanno Olmi. No sé por qué su paso por Madrid está siendo casi clandestino. Conseguí verla en una sala de apertura reciente. (Como aperitivo recomiendo ver Terra madre en Google.) Olmi es un poeta, un esteta, un místico. Una persona llena de dulzura, delicadeza y sensibilidad para mostrar en toda su grandeza lo frágil, lo pobre. La inocencia, en suma. Creo que tiene una capacidad única para captar la ruina social y política de nuestro tiempo. Vivimos en una decadencia    estética, ética y religiosa sobrecogedora. Dentro de poco será igual pero ya no quedará, porque se van muriendo, nadie para contarlo, mostrarlo o señalarlo. Las almas enamoradas están solas. Y quedarán más solas aún si cabe. Condenadas a la soledad, el silencio y los senderos imposibles. Pero como decía Juan de Yepes, el alma enamorada ni se cansa ni cansa. Ermanno Olmi es un alma enamorada. El mismo Juan de Yepes, atribuía a este tipo de seres cinco características: viven en lo más alto, no admiten compañía ni siquiera de los que son de su misma naturaleza, cantan suavemente, no tienen color definido y, por último, como el pájaro solitario, ponen el pico al aire.

Antonio Corral Íñigo

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