lunes, 21 de octubre de 2013

El no apego

Los psicólogos del desarrollo hablan de varios tipos de apego. Se da por descontado que el mejor es el apego seguro. Sin embargo, podría ocurrir que hubiera un tipo de apego superior. El no apego. Aquí he traducido una escala que evaluaría el no apego (Sahdra, Shaver y Brown, 2010).

1.       Acepto el flujo de sucesos en mi vida sin colgarme de ellos o alejarme de ellos.
2.      Puedo dejar de lamentarme y de sentir insatisfacción sobre el tiempo pasado.
3.      Veo que puedo estar tranquilo o feliz incluso si las cosas no salen como me gustaría.
4.      Me cuesta apreciar el éxito de otras personas cuando me superan.
5.      Estoy abierto a lo que la vida ofrece independientemente de si parece deseable o indeseable en un determinado momento.
6.      Disfruto de experiencias placenteras sin necesitar que duren para siempre.
7.      Veo los problemas que surgen en mi vida como oportunidades más que como razones para desanimarme o desmoralizarme.
8.      Disfruto de mis propiedades sin que me turbe su daño o destrucción.
9.      La cantidad de dinero que tengo no es importante a la hora de valorar quién soy.
10.  No disfrazo ni niego mis cualidades negativas o errores.
11.  Acepto mis defectos.
12.  Disfruto de mi familia y amigos sin sentir que necesito colgarme de ellos.
13.  Si las cosas no  salen como a mí me gusta me contrarío.
14.  Disfruto de los placeres de la vida sin sentir tristeza o frustración cuando terminan.
15.  Siento alegría por los logros ajenos sin sentir envidia.
16.  Puedo ser feliz casi independientemente de cómo vaya mi vida.
17.  En lugar de evitar o negar las dificultades de la vida, me enfrento a ellas.
18.  Soy capaz de reflexionar sobre mis errores y fallos pasados.
19.  No me ofusco con lograr una vida “perfecta” e “ideal”.
20.  Me siento bien siendo normal y no un ser humano perfecto.
21.  Estoy abierto a los pensamientos y sentimientos que vienen a mi mente aunque sean negativos o dolorosos.
22.  Veo mis problemas y defectos sin intentar culpar de ellos a alguien o algo fuera de mí.
23.  Cuando experiencias placenteras concluyen  me encuentro bien pensando en lo siguiente que vendrá.
24.  A menudo estoy preocupado por amenazas y temores.
25.  No soy posesivo con la gente que quiero.
26.  No me cuelgo de la gente que quiero a toda costa; puedo dejarles marchar si ese es su deseo.
27.  No siento necesidad de escapar o evitar malas experiencias en mi vida.
28.  Puedo admitir mis fallos sin pena o vergüenza.
29.  Experimento y reconozco la pena asociada a pérdidas significativas pero no me aplasta, me hunde o me incapacita para las demás exigencias de la vida.
30.  No soy posesivo con las cosas que me pertenecen.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Las condiciones del pájaro solitario y los 36 hombres justos

Al parecer, en cada generación, hay en toda la tierra 36 personas justas.
Diversos autores hacen referencia a este misterioso hecho. Por ejemplo, Joseph Roth (El anticristo). También, Hannah Arendt: "La misma convicción se expresa en la historia de los treinta y seis hombres justos, en consideración a los cuales Dios salva al mundo y quienes no son conocidos por nadie, y menos aún por sí mismos." (La condición humana, página 89 de la edición castellana, subrayado propio.)
Por su parte, el Padre Fray Juan de la Cruz, se refiere en diversos lugares al pájaro solitario. Para ser un pájaro solitario -según su doctrina- hay que cumplir cinco condiciones: primera, irse a lo más alto; segunda, no aceptar compañía ni siquiera de los que son de su misma naturaleza; tercera, no tener color definido; cuarta, cantar suavemente y quinta, poner el pico al aire.
A mi me parece que los 36 justos reúnen las cinco condiciones requeridas para ser un pájaro solitario. Ahora bien, se podría ser un auténtico pájaro solitario y no ser uno de los 36 justos que sostienen al mundo. Por ejemplo, en el último libro de José Corredor-Matheos (Sin ruido, septiembre de 2013) se puede leer: Cómo decirle al pájaro que el mundo no ha perdido su misterio, pero que él y yo tendremos que escondernos para seguir cantando.  A mi me parece que este poeta reúne algunas, si no todas, de las condiciones del pájaro solitario.
Creo conocer o haber conocido a algún pájaro solitario a lo largo de mi vida. Pero, ¿habré conocido -sin saber- a algún justo, que por ser tal, no puede ser reconocido, so pena de perder su verdadera naturaleza?
Sí. Sé seguro que he conocido a uno de ellos. Pero su misterio oculto me obliga a callar su nombre.

martes, 1 de octubre de 2013

T. S. Eliot y san Juan de la Cruz

Eliot (1888-1965) escribió (según traducción de José María Valverde, 1978):

¿Lo volveré a decir? Para llegar allí,
para llegar donde estás, para llegar desde donde no estás,
tienes que ir por un camino donde no hay
éxtasis.
Para llegar a lo que no sabes
tienes que ir por un camino que es el camino de la
ignorancia.
Para poseer lo que no posees
tienes que ir por el camino del desposeimiento.
Para llegar a lo que no eres
tienes que ir por el camino en que no eres.
Y lo que no sabes es lo único que sabes
y lo que posees es lo que no posees.
Y donde estás es donde no estás.

(East Coker)

El Padre Fray Juan de la + había escrito en la Subida al Monte Carmelo (Libro Primero, Capítulo 13):

Para venir a gustarlo todo,
no quieras tener gusto en nada;
para venir a poseerlo todo,
no quieras poseer algo en nada;
para venir a serlo todo,
no quieras ser algo en nada;
para venir a saberlo todo,
no quieras saber algo en nada;
para venir a lo que no gustas,
has de ir por donde no gustas;
para venir a lo que no sabes,
has de ir por donde no sabes;
para venir a lo que no posees,
has de ir por donde no posees;
para venir a lo que no eres,
has de ir por donde no eres.

MODO PARA NO IMPEDIR AL TODO

Cuando reparas en algo,
dejas de arrojarte al todo;
porque, para venir del todo al todo,
has de negarte del todo en todo;
y cuando lo vengas del todo a tener,
has de tenerlo sin nada querer;
porque, si quieres tener algo en todo,
no tienes puro en Dios tu tesoro.