Porque el curso de nuestra vida no es en absoluto simplemente nuestra propia obra, sino el producto de dos factores, a saber, de la serie de acontecimientos y de la serie de nuestras decisiones....
Pero ahí aparece una nota que dice:
Y aquí pondremos al margen la observación que se refiere a una doctrina mucho más elevada, a saber la de la Heimarmene (destino), según la cual el último factor es obra de nuestra conciencia y el primero obra de nuestro inconsciente. Cualquiera sabe que en el sueño ocurre así; pero que en la vida misma no es de otra manera, eso sólo lo podrán entender unos pocos. El sueño es el monograma de la vida.
Arthur Schopenhauer. El arte de ser feliz. Traducción de Angela Ackerman Pilari. Herder.
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