La muerte de la madre

21 de octubre

¡No sois vosotras, dulces, bellas ramas,
al viento último; es mi alma!

De La realidad invisible.

Madre

¡Si pudiera llevarte
yo a la nada, en mis brazos, de tu vida,
como tú me llevabas, cuando niño,
de tu pecho a la cuna!

Madre

¿Todo acabado, todo,
el mirar, la sonrisa;
todo, hasta lo más leve
de lo más grande?
¡No, yo sé, madre mía,
que tú, nada inmortal, un día eterno,
seguirás, sonriéndome, mirándome
a mí, nada infinita!

En ninguna parte ya

En ninguna parte ya
vendrás a vivir conmigo,
a decirme mansa y dulce:
"¡Qué bueno está todo, hijo!"
¡En ninguna parte ya!
¿Y yo te dejo y te olvido
y tú te vas escondiendo
y apenas me dices: hijo?
¿Este no vernos será
un no vernos decisivo?
¿En ninguna parte ya
me reirás triste: hijo?

De Ellos.