lunes, 3 de diciembre de 2018

Carlos Marx y el evangelio de San Juan


Tan  pronto  como un hombre ha alcanzado esa virtud, esa unión con Cristo,  podrá esperar tranquilo y sosegado los golpes del destino, podrá  oponerse  valerosamente a las asechanzas de las pasiones, podrá soportar impertérrito la furia del mal, porque ¿quién podrá someterle? ¿Quién  arrebatarle  a su salvador?
Lo que implore -de eso está seguro- será concedido, porque ruega únicamente en unión con Cristo, esto es, algo puramente divino. ¿Y a quién  no levantará el ánimo y consolará esa seguridad que anuncia el mismo salvador  (Juan 15,7)?
¿Quién  no soportará  de buen grado el sufrimiento si sabe que gracias a la perseverancia en Cristo y a través de sus obras es venerado el mismo Dios y que su propia perfección ensalza al Señor de la creación (Juan 15,8)?
Por consiguiente, la unión con Cristo nos otorga elevación interior, consuelo en el dolor, sosiego y un corazón que se abre a todo lo humano,  a todo  lo noble, a todo lo grande, y esto no por orgullo, ni por vanagloria, sino solo por Cristo. La unión con Cristo nos da, en efecto, un gozo que en vano intentan  atrapar el epicúreo en su frívola filosofía y el pensador más profundo en lo  más    recóndito del saber, y que solo conoce el alma ingenua y tierna unida a Cristo y, por él, a Dios. Es la alegría que ensalza y hace más bella la existencia (Juan 15,11).



Fragmento tomado del ensayo de Carlos Marx: LA NECESIDAD DE LA UNIÓN CON CRISTO. La unión de los creyentes con Cristo según Juan 15,1-14, presentada en su fundamento y esencia, en su necesidad incondicional y en sus efectos.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

porfa donde se consigue el ensayo completo.

Antonio dijo...

En Karl Marx: Sobre la religión. Editorial Trotta, Madrid, 2018. Páginas 93-96.