Ya viene la
última era de los Cumanos versos:
ya nace de lo
profundo de los siglos un magno orden.
Ya vuelve la
Virgen, vuelve el reinado de Saturno;
ya desciende del
alto cielo una nueva progenie.
Tú, al ahora
naciente niño, por quien la vieja raza de hierro
termina y surge
en todo el mundo la nueva dorada,
se propicia ¡oh
casta Lucina!: pues ya reina tu Apolo.
Recibirá el niño
de los dioses la vida, y con los dioses verá
mezclados a los
héroes, y él mismo será visto entre ellos;
con las patrias
virtudes regirá a todo el orbe en paz.
Por ti, ¡oh
niño!, la tierra inculta dará sus primicias,
la trepadora
hiedra cundirá junto al nardo salvaje,
y las egipcias
habas se juntarán al alegre acanto.
Henchidas de
leche las ubres volverán al redil por sí solas
las cabras, y a
los grandes leones no temerán los rebaños.
Tu misma cuna
brotará para ti acariciantes flores.
Y morirá la
serpiente, y la falaz venenosa hierba
morirá; por
doquier nacerá al amomo asirio.
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