De esta obra ---muy influyente en el músico Glenn Gould--- traducida por Masiá y Kuwano, este párrafo:
Los placeres de esta vida proceden de apegos a lo material y contienen inevitablemente semillas de dolor. Pero el poeta y el pintor se familiarizan con la pureza absoluta, porque únicamente se interesan por la auténtica entraña de este mundo relativo. Se alimentan de la niebla matutina y beben el rocío vespertino. Admiran el color violeta y alaban el carmín. Ante la muerte, no se entristecen. Su placer no consiste en apegarse a lo material, sino en asimilarse a las cosas identificándose con ellas. Cuando lo logran, en lugar de acentuar su individualidad, se abren al mundo entero. Se disuelve entonces la envoltura de barro de su cuerpo y alcanzan la libertad de quien vive como fluyendo en la corriente infinita del viento.
Libro absolutamente sublime.
Como escuchar la Misa de Bach o la Misa de Mozart.
O componer un haiku (5-7-5) perfecto.
O regalar una orquídea a quien no lo merece, precisamente, porque no lo merece.
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