En Así habló Zaratustra (1892) hay un capítulo titulado Jubilado (página 353, traducción de Andrés Sánchez Pacual) en el que Nietzsche presenta un retrato del último papa.
Que un gran calumniador de Dios, Cristo, el cristianismo, la iglesia católica, toda religión... haya presentido con tanta precisión ciertos rasgos característicos que recuerdan sobremanera a Ratzinger (efectivamente, el último papa) siempre, desde que caí en ello (2006), me ha resultado intrigante:
jubilado (emérito), sin dueño y no estoy libre
con vista en un solo ojo (efectivamente, en 1991 perdió la visión de uno de sus ojos)
de pálido y descarnado rostro
la misma tribulación embozada
calumniador del mundo
anciano extraviado y contristado
este mundo me es extraño y lejano... he oído aullar a animales salvajes (por eso aceleró su abdicación)
en busca de un hombre piadoso, santo y eremita al que no encuentra
ni una sola hora alegre
se tiene por padre de la iglesia
de manos bellas y alargadas (según Zaratustra) por haber impartido muchas bendiciones
Así presintió Nietzsche al último papa.
Es verdad que es un relato calumniador y paródico --o caricaturesco-- pero somos capaces de reconocer a alguien, también, por su caricatura.
Habrá sido, de verdad, el último papa?
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