viernes, 13 de enero de 2023

Sánchez tiene las características propias del moralista político, según Kant

La paz perpetua (1795) no puede ser más actual. En esa obra Kant distingue entre el político moral y el moralista político. El comportamiento de este se resume en las siguientes características:

1. Fija los objetivos políticos según sus propios deseos o conveniencias.

2. Se guía por el éxito a corto plazo. Sus principios son: a) primero actúa y luego te justificas; b) si has hecho algo incorrecto, primero niégalo y luego echa la culpa a otro y c) crea divisiones para poder seguir en el poder.

3. Se adapta a las circunstancias cambiantes sin más consideración que su propio interés, despreciando -por tanto-- el interés de la mayoría, de modo que resulta desleal y falso.

4. Encubre todas sus medidas políticas con todo tipo de excusas y falacias porque piensa que es el poder, y no la razón, el fundamento del derecho y de la política.

5. Se inventa cualquier argumento pseudomoral con vistas a justificar sus propias conveniencias. Actúa de forma maquiavélica. Es un amoral político.

Sin embargo, el político moral, como resume acertadamente el traductor de esta obra (Joaquín Abellán), piensa y actúa de manera contraria al realismo político de aquel. El poder no es la última fuente de su actividad política, pues los objetivos deben estar supeditados a los principios superiores de la razón moral y del derecho.

Sánchez es claramente un político amoral.

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