¿Las sospechas de que la NASA fantasea, delira, miente o, simplemente, es una creadora de cuentos son razonables?
¿Es posible --sin saber nada de ingeniería aeroespacial, ni astronomía, ni de otras ciencias afines-- dudar de un modo racional de la veracidad de sus viajes a la Luna?
Creo que sí. Simplemente aplicando los principios, las leyes, los teoremas de la lógica clásica y los de la probabilidad matemática, podemos concluir que la probabilidad de que lo que nos cuentan sea verdad, es remota. Como diría un experto en estadística podemos rechazar la hipótesis nula.
1. Seis viajes seguidos -- no sólo uno-- desde 1969 a 1972 sin incidente alguno. Y después nada.
2. Materiales, trajes espaciales, computadoras, combustible, medicina espacial, tecnología de comunicaciones... Conocimientos de todo eso, como mínimo, menos desarrollados de lo que exige la "misión".
3. Ninguna otra agencia ha sido capaz de ir y volver al satélite en todos estos años.
4. Cuando les preguntaron a los viajeros lunares cómo era el cielo en el satélite o qué vieron allí se quedaron boquiabiertos y mudos.
Entonces, qué es más probable: a) esos viajes han ocurrido o b) esos viajes no han ocurrido.
Lo primero exige una tecnología imposible --- o secreta o inaccesible a otras agencias. Lo segundo una mentira descomunal.
Es más probable la segunda opción.
Lo mismo cabría aducir sobre la conjetura del cambio climático o del calentamiento global y la pandemia.
La razón de verosimilitud de los tres casos es muy débil.
En ninguno de los tres casos se respetan las leyes de la lógica clásica ni los principios de la estadística más rigurosa. Y para que veáis que es imposible que la gente descubra la mentira pongo un ejemplo tomado del libro de David Spiegelhalter:
En una bolsa hay tres monedas: una moneda tiene dos caras (CC), otra moneda tiene una cara y una cruz (CX) y otra moneda tiene dos cruces (XX).
Se extrae una al azar. Sin mirarla se la lanza y sale cara.
¿Cuál es la probabilidad de que se trate de la primera moneda (CC)?
Todo el mundo piensa, cree, opina, asegura que la probabilidad es 1/2. Independientemente de su formación.
Sin embargo, la probabilidad, por absurdo, imposible o falso que parezca es 2/3. Te pongas como te pongas.
Sólo cuando la inmensa mayoría sea capaz de razonar como el reverendo Bayes será imposible engañarle de esta manera.
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