martes, 17 de enero de 2012
LE HAVRE (AKI KAURISMAKI)
Incluso para alguien que ha disfrutado del cine de Kaurismaki, esta nueva película representa un "más allá". La depuración de elementos inútiles ha proseguido y se ha eliminado todo lo accesorio. Ha quedado tan sólo lo esencial. Agua pura, cristalina. Personajes inverosímiles pueblan un mundo donde la inocencia vence. Vencen la bondad, la comunidad entrañable, la palabra y la música. Caen derrotadados la enfermedad y el invierno. Y en el centro de todo: el sermón de la montaña. Y el interior de un catedral. Es una película de bienaventurados. Donde también hay un lugar privilegiado para Laika. Y para el huérfano, la viuda y el forastero. Nada de moral ni de ética. La bondad fluye como fluyen los milagros. En ese mundo el milagro es algo cotidiano. Nadie se extraña, entonces, de que suceda. Donde hay amor todo rebosa. Es una obra de arte donde bondad, belleza y verdad se conjugan de un modo nuevo para anunciar el tiempo venidero. El tiempo que está por venir. El tiempo prometido. El tiempo presentido y esperado desde hace veinte siglos.
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