jueves, 17 de enero de 2019

El poder en España. Una conjetura

España desde hace mucho tiempo parece tener una estructura cuatripartita de Poder: Monarquía, Ejército, Iglesia-Vaticano y Gran Banca (sin Cajas). Entiendo la Guerra Civil como la respuesta que el cuatripartito dio al intento revolucionario de la República para acabar con esa estructura de Poder y poner otra todavía peor. Franco, entonces, no sería más que el representante y el garante de esa estructura de Poder.
Por supuesto, él fue consciente en todo momento de a quién --y para qué-- servía. 
Estos Cuatro Poderes nunca se contradicen a sí mismos, ni entre sí. Por el contrario, los otros poderes: Justicia (Tribunal Supremo), Medios de comunicación y Partidos Políticos lo hacen de un modo continuo. Eso se explica porque no son poderes autónomos sino que están al servicio de los 4 Poderes Fácticos y su interacción.
Desconocemos, porque actúan de un modo hermético, blindado o encapsulado, cómo es la estructura de funcionamiento interna de cada Poder del cuatripartito y cómo son las relaciones entre ellos. Ese ocultamiento es clave para que la población y los analistas nunca sepan qué están tramando.
Parece que los representantes más inteligentes de ese Poder comprendieron que la única forma de mantener el Poder en el futuro (una vez muerto Franco) era resolver los siguientes problemas endémicos de España: la organización territorial del Estado, la confesionalidad católica del Estado, la forma de gobierno (monarquía o república) y la pobreza, la miseria, el atraso y la incultura de la mayoría del pueblo español. Franco aplazó los tres primeros problemas y comenzó a resolver el último: fomentó --cuando pudo-- el desarrollo industrial y la creación de las bases del futuro "estado del bienestar." El pago en términos humanos de este cambio forzado e inevitable fue muy duro para muchas personas: abandono masivo del campo y llegada a las grandes polos  industriales de las grandes ciudades, emigración masiva de trabajadores no cualificados a Europa y devastación del literal marítimo para crear las infraestructuras que han permitido  convertir  España en una potencia turística.
Los otros tres problemas fueron encauzados, aprovechando el cambio de régimen, en la constitución de 1978. Es decir, que se pasó de un régimen a otro régimen sin solución de continuidad. Eso no se explica si los cuatro Poderes no hubieran actuado de acuerdo ente ellos en la dirección observada. Estas actuaciones del cuatripartito no están exentas de traumas: eliminación mediante asesinato de Carrero en 1973, autogolpe de 1981 y autogolpe de 2004. El de 1981 parece que fue un ajuste del sistema, o sea, del nuevo régimen y el de 2004, una llamada al orden de un político que había osado desafiar al cuatripartito y actuar por su cuenta iniciando un cambio de alianzas internacionales. (Todavía no se ha repuesto --y la cara de consternación que se le ha quedado-- es la prueba.)
Todos los partidos políticos (incluidas las últimas manifestaciones pseudorradicales de Podemos y Vox) actúan al dictado del cuatripartito. (Así como los medios de comunicación y los tribunales de Justicia.) Obsérvese que ninguna otra instancia ni nadie ataca esta estructura primordial de Poder. (Y quién lo hace, lo paga muy caro.) Y motivos los hay --todos-- para hacerlo: la Iglesia es una putrefacción de pédofilos, pederastas y depredadores sexuales de niños y adolescentes; La Monarquía es pura corrupción; la gran Banca ha liquidado las cajas, y, sus relaciones con el blanqueo de capitales está por investigar y  la gestión del presupuesto del ejército  en materia de compra y venta de armamento es reservada, secreta y no investigable.
Hasta ahora, parece o pareciera, que los cuatro Poderes siempre habían o habrían actuado de común acuerdo. (Mi hipótesis es que cuando actúan de común acuerdo siempre imponen su voluntad. Por ejemplo, si están de acuerdo en ello, como parece, Franco no va a salir del Valle de los Caídos.)
Pero, por el motivo que sea, que no logro imaginarme, en el caso de la secesión catalana, por primera vez, no están de acuerdo y padecen una profunda disensión interna sobre la situación. La Monarquía claramente quiere acabar con el problema, pero la Iglesia-Vaticano quiere la secesión. ¿Por qué? Lo ignoro, pero todos los obispos y las jerarquías de las órdenes religiosas catalanas avalan la secesión. Es algo inaudito, pero es la única explicación de que el problema se vaya a hacer crónico y probablemente acabe en un baño de sangre. ¿Por qué el cuatripartito no llega a un acuerdo final?

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