Hay dos tipos de hombres en el judaísmo y en el cristianismo.
Los judíos carnales esperaban a un Mesías carnal y
los cristianos groseros creen que el Mesías les ha dispensado de amar a Dios.
Los verdaderos judíos y los verdaderos cristianos adoran a un Mesías que les hace amar a Dios.
Quien juzgue la religión de los judíos
por los groseros, la conocerá mal. El Mesías
según los judíos carnales, debe ser un gran príncipe temporal. J.C., según los cristianos
carnales, ha venido a dispensarnos de amar a Dios y a darnos sacramentos que
son eficaces sin el concurso de nuestra voluntad; ni lo uno ni lo otro es la religión
cristiana, ni la judía.
Los verdaderos judíos y los verdaderos cristianos
siempre han esperado a un Mesías que les hará amar a Dios y por este amor
triunfar de sus enemigos.
Pensamientos. (286, 609-497 y 287, 607-495)
La senda está marcada: la necesaria confluencia en un mismo cuerpo místico
de todos los judíos espirituales y de todos los cristianos espirituales. Al
margen de los groseros y carnales, sean estos paganos, judíos o cristianos.
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