En general, es más
oscura la prueba que lo que se quiere probar.
Los principios
eternos e inviolables –si los hubiere—son indemostrables.
Para explicar lo
oscuro hay que construir un laberinto de pruebas en el que quedamos atrapados.
Estamos inmersos
en el infinito. Y el infinito es inmenso, incomprensible, inefable e
ininteligible.
Toda ciencia por
principio está inacabada y es dudosa. Es hipotética, no segura e incierta.
Toda ciencia es ficción.
Para saber es
preciso ignorar.
Todas las cosas están
concatenadas unas con otras. Conque se ignore una se ignoran todas las demás.
Nunca estoy menos
solo que cuando estoy solo, ni menos ocioso que cuando estoy ocioso.
De las cosas
decisivas ni sabemos ni podremos saber nunca nada.
Todas las cosas
son tan difíciles que no se pueden explicar por medio del lenguaje.
No conocemos nada
de un modo completo. En el mejor de los casos solo de un modo probable.
No se puede
conocer lo que uno no ha creado.
A plena luz
andamos a ciegas.
Nuestro conocimiento
no es verdadero. Todo es tanteo, duda, opinión, conjetura.
Nada más cierto
que los sentidos, nada más engañoso que ellos.
Un pequeño error
al comienzo resulta fatal al final.
No hay nadie que
sepa ni se sabe nada. Y este es nuestro máximo conocimiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario