Si afirmaciones extraordinarias requieren pruebas extraordinarias, del mismo modo hechos extraordinarios -o únicos- requieren explicaciones extraordinarias no ensayadas antes.
Hay una iglesia oculta (profunda)
que profesa unos dogmas más difíciles todavía de aceptar que los de la iglesia
visible (aparente, oficial). Lo más increíble siempre es la verdad y esos
dogmas son la más pura verdad.
Hemos llegado al momento
profetizado por Graham Green (1904-1991) en el que solo queda un cristiano en
la Tierra y ni él mismo sabe que lo es. Podríamos serlo cualquiera, pues.
Lázaro no murió una segunda vez y
vive, en la iglesia interior, desde entonces entre nosotros.
Entre los que asistieron a la Ascensión
se encontraban todos los sanados por el Señor: leprosos, ciegos, lisiados,
sordos. Y el cirineo y la mujer de Pilatos.
Este dictado de Marx: no basta
con darse cuenta de que la religión se evade de lo real. Falta por hacer lo
principal: darse cuenta de que eso sucede por el desgarramiento y la
contradicción de lo terrenal consigo mismo. Después de descubrir en la
familia terrenal el secreto de la Sagrada Familia hay que criticar aquella
teóricamente y revolucionarla en la práctica, está inspirado directamente
por el diablo que quiere la destrucción de la familia. Este dictado marxista es
el que inspira desde que se publicó (1888), una vez muerto el autor, la
revolución cotidiana que comenzó en 1789. Y es, por supuesto, el fundamento de
todo wokismo.
Hay una guerra civil universal
entre judíos. Por una parte, los globalistas que no les importaría acabar,
incluso, con Israel para conseguir sus fines. (Su padre es satanás.) Por otra
parte, los que únicamente desean vivir en paz con todo el mundo en un estado
con fronteras seguras. Sin desasosiego y en paz. Estos son hijos de Dios.
(¿Unos nos llevan al infierno y
los otros quieren abrir de nuevo las puertas del paraíso terrenal?)
Ese chascarrillo teológico de la
opción preferencial por los pobres no es más que una quimera. Lo suyo es
hacerse pobre para ser preferido, entonces, por Dios que, efectivamente, los
prefiere.
Se dice que los habitantes del
infierno, al igual que las aves de rapiña que ven mejor de lejos que de cerca,
son incapaces de ver el presente, pero atisban muy bien el futuro.
Cuando Pasternak le propuso a
Stalin una conversación en persona para hablar de la vida y de la muerte, el de
los dedos agusanados y los bigotes como cucarachas colgó el teléfono
aterrorizado.
Hay muchas más cosas de las que
podemos explicar, comprender, interpretar o integrar en nuestro conocimiento
del mundo. Esta es una verdad a priori. Lo completo y lo consistente (lo
libre de contradicción) no pueden darse de un modo pleno simultáneamente.
El secreto mejor guardado y que
no quiere divulgar el catolicismo secreto: María contiene a la Trinidad y la
Trinidad está contenida en María. Las consecuencias de esto son tan
incalculables que prefieren mantener el secreto. El número 4 del Ángel a Gitta.
Jung, no obstante, les puso en un
aprieto cuando se atrevió a ponderar abiertamente la declaración del dogma de
la Asunción en 1950. Ni era teólogo, ni católico ni sabía de lo que hablaba.
Pero su intuición psicoanalítica le avisó de que eso olía muy bien. Ahí había
algo más.
Pero para los que están en el
secreto mejor guardado, el Papa se volvió a quedar muy corto. Con relación a
María siempre se quedan muy cortos.
Len Howard (1894-1973) naturalista
y música oyó cómo un mirlo entonó la frase inicial del rondó del Concierto
para violín de Beethoven (cuatro notas en compás 6 por 8) y, unos días después,
alteró la última nota y cantó la frase completa dos veces, exactamente como el
principio de la obra, aunque en un tono más alto (11 notas.)
El mundo no solo es más increíble
de lo que imaginas sino de lo que puedes llegar a imaginar.
Los verdaderos poetas saben el día
y las circunstancias de su muerte. (Me moriré en Paris con aguacero.)
Lo más difícil -pero lo único importante-
es llegar a saber quién es uno. Solo dos o tres en cada generación llegan a
saberlo. Pero es una tarea destinada a todos. Para todos. Pero, en cambio, solo
dos o tres…
He conocido a uno o una de ellos.
(No me está permitido dar más datos.) Es asombroso: su presencia es luminosa, cegadora.
Vive el presente con avidez. Tiene nostalgia de lo eterno. En su presencia se acelera
la mente. La impresión que se tiene es la de observar algo milagroso. Como un
vendaval incorpóreo. Es imposible conciliar el sueño después de haber conocido alguien
así. Se recibe una vibración de lo divino de una intensidad no conocida. No puedo
decir dónde vive ahora.
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