jueves, 14 de noviembre de 2024

Lo que explica todo y sin lo que nada tiene explicación

 

La mente y la ciencia -en cualquiera de sus formas históricas- tienen limitaciones insuperables.

El estado de cosas cósmico (materia, mente) exige una abducción definitiva: ha tenido que sufrir una alteración pretérita que lo ha devaluado o degenerado.

Eso supone que necesita curación, sanación profunda, rectificación y salvación, en definitiva.

Dios crea, se revela y salva. La humanidad anda perdida, desorientada y muy equivocada en sus creencias.

El estado de la humanidad se rige por la ley del saldo cero. (El mito de Sísifo). Cualquier acción humana lo que da, por un lado, lo quita por otro. Por eso no hay progreso absoluto. (En todo caso, relativo.) Tampoco hay regreso absoluto, hay regresiones relativas. Es un espacio intermedio entre el cielo y el infierno. (El Purgatorio.) Cuando mejor estamos, surge algo que perjudica o abruma. Cuando más perdidos estamos surge algo que salva.

La ciencia contemporánea es un gran fraude metafísico: no da nada de lo que promete. Exagera sus logros y nos deja sumidos aún más en la ignorancia de quiénes somos.

Este estado de cosas tiene dos posibles explicaciones: el pecado original y la explicación platónica de la edad de Cronos (la primitiva) y la edad de Zeus (la actual) ofrecida en El político.

La humanidad esta caída, degenerada, con relación a su origen. Tuvo una edad de oro, un paraíso terrenal, un jardín del Edén, un tiempo de Cronos.

La explicación de Joseph de Maistre (1753-1821) es la siguiente: el mal existe en la Tierra. La enfermedad moral produce la enfermedad física. Hay una analogía entre las enfermedades y los crímenes. El pecado original lo explica todo. Sin él nada se explica. Por eso tomar al salvaje por el hombre primitivo es un error. En todo caso el salvaje es el descendiente de un hombre desgarrado por una prevaricación previa. El salvaje no puede ser sino un ser degradado y castigado.

El hombre está sujeto a la ignorancia y al mal producidos por una degradación consecuencia de un crimen. El mal lo ha corrompido todo. El hombre es una enfermedad. Algo ha viciado al hombre en su esencia.

¿Quién puede creer que el hombre haya salido en este estado de las manos del Creador? El espíritu divino que existe en nosotros está sofocado. Hay una corrupción de origen y universal. Somos seres degenerados. No hay dudas sobre la degradación ni sobre la causa de la degradación. No puede ser más que un crimen primitivo. El estado físico del mundo es el resultado de la caída y degradación del hombre que no puede variar por la propia acción humana. El hombre no sabe lo que le conviene. Rara vez un crimen deja de producir otro.

El hombre a pesar de su degradación lleva señales de su origen divino. Tenemos ideas innatas, independientes de la experiencia.

La ciencia actual nos ha llevado a una profunda ignorancia (que se ignora) y al horror a la verdad. Por tanto, no hay que creer en la ciencia sino en los principios anteriores, evidentes, no derivados ni demostrables en los que se basa.

Hubo un orden que se convirtió en desorden y que necesita una restauración. No hay progreso ni evolución. Solo actualización de potencialidades (interiores y anteriores) a la caída en el desorden.

La ciencia vigente divide y no une. Por eso hay que fiarse solo de los genios que se guían de la inspiración primigenia que los conecta con el hombre original. De los genios que saben que lo que ignoramos es muchos más importante que lo que sabemos.

La creencia de que el hombre se ha ido elevando gradualmente desde la barbarie hasta la ciencia y la civilización es el error matriz de los últimos 500 años.

No podemos explicar lo sobrenatural porque es lo sobrenatural lo que nos explica a nosotros y nuestra situación.

Los expertos científicos actuales lo único que hacen es proponer soluciones absurdas a problemas incomprensibles o embarazosos. Los sabios europeos y occidentales han hecho de la ciencia un monopolio y no quieren que se sepa más -o de otro modo- que lo que ellos saben.

El cristianismo se halla radicalmente destruido en toda Europa y occidente.

Y Horacio, Odas III, 6:

La generación de nuestrso padres, peor que la de nuestros abuelos, nos engendró a nosotros, más perversos aún, quienes habremos de procrear con el paso del tiempo una prole más viciosa todavía.

Traducción de Vicente Cristóbal.

jueves, 17 de octubre de 2024

¿El geocentrismo está de vuelta?

 

Con ocasión de la incorporación a la carrera espacial de China, India, Japón, junto con Usa y Rusia, se han llevado a cabo experimentos decisivos para determinar si se puede mantener el heliocentrismo o si, por el contrario, hemos de volver al geocentrismo en alguna de sus versiones, no forzosamente la ptolemeica. Los experimentos son secretos y el compromiso de todos los países ha sido no comunicarlos por separado antes de haber hecho una evaluación conjunta de todos ellos. Todos los experimentos efectuados –desde 1871-- para detectar el movimiento de traslación de la Tierra han sido o nulos o fallidos. Copérnico, Kepler, Galileo y Newton, si los hubieran conocido, probablemente, se habrían conformado y habrían renegado de su heliocentrismo. Pero las creativas interpretaciones de Einstein (y Poincaré) de los mismos convencieron a los poderes científico-políticos que con la interpretación einsteniana se podría seguir adelante, por lo menos unos cuantos años más.

El caso es que, sobre la conjetura de la inmovilidad de la Tierra, los científicos de la antigüedad desarrollaron un sistema práctico que predecía los principales fenómenos celestes. Y como dice Lincoln Kinnear Barnett en su El universo y el doctor Einstein (1948) con prólogo aprobatorio de Einstein:

Su suposición era natural, pues no podemos sentir nuestro movimiento a través del espacio; ningún experimento físico ha demostrado que la Tierra está realmente en movimiento (Página 63, traducción castellana.)

Los cohetes espaciales nos han permitido salir de la Tierra y nos han dado la posibilidad de hacer un experimento físico con un control de variables estricto y total --fuera del planeta, pues dentro era imposible—en el que participaran varias academias científicas. Esto decidió a la fuerza ideológica que rige el planeta a llevar a cabo, en este preciso instante histórico, el citado experimento.

Ya en la novela de Thomas Mann (1924), La montaña mágica, uno de los personajes centrales (Naphta) habla de esta posibilidad.

Si los signos no nos engañan, también el valor de la escolástica será restituido; el proceso ya está en marcha. Ptolomeo habrá de triunfar sobre Copérnico. La tesis heliocentrista encuentra cada vez mayor resistencia del espíritu y es muy posible que sus efectos terminen conduciendo a esa meta. La filosofía obligará a la ciencia a devolver a la Tierra al lugar de honor en el que la colocaba el dogma religioso. (Página 574, traducción castellana.)

Han pasado 100 años. En este aspecto la novela es profética

(Por cierto, en esa novela se encuentra codificada y cifrada mucha información sobre quién es la fuerza que rige los destinos de la humanidad. Y mediante qué periodos temporales se rige: 1517, 1717, 1917…)

En la reunión de todas las Academias participantes se decidió que la prueba experimental da la razón al geocentrismo.

Efectivamente, una adaptación del experimento de Michelson-Morley (de 1887) sí da positivo fuera de la Tierra y, en consecuencia, detecta el movimiento de la nave, el satélite o el planeta donde se ha realizado. Parece ser que se ha logrado replicar en naves espaciales, en la propia Luna y, hasta, en Marte.

O sea, el hecho de que en la Tierra no se detecte el movimiento cuando se hace el experimento aquí es porque la Tierra no se mueve no porque sea imposible detectar su movimiento relativo.

Hay que tener en cuenta que todos los participantes eran a priori --y de un modo absoluto-- partidarios de la interpretación relativista de Einstein: no hay un centro primordial en el universo y cualquier punto del universo puede reivindicar esa posición. Por tanto, Michelson-Morley en cualquier punto cósmico daría negativo.

Lo curioso es el resultado de la votación: ningún voto en contra, pero solo el 50% a favor. (El otro 50% se abstuvo porque prefieren interpretar los resultados en el sentido que se da en matemáticas a las proposiciones formalmente indecidibles o en teoría de números a los axiomas independientes.)

Con respecto al asunto de cómo, primero, comunicar esta resolución a la comunidad científica --que no tiene criterio propio-- y, segundo, explicar a la masa el alcance que esto tiene no hay acuerdo.

La Academia de Ciencias Vaticanas no quiere quedar como ganadora y no se opone a mantener el secreto. Considera que hay que preparar el terreno, pero muy lentamente. En esa postura están los países de raíz católica.

Los países de raíz protestante temen que la gente deje de venerar como una religión a la ciencia. Que se hagan escépticos o no creyentes y, por tanto, mucho menos gobernables. Además, temen por el porvenir de la teoría evolutiva. Podría ser el próximo hito en caer.

Los comunistas no quieren ni ganadores ni perdedores y abogan por difundir el mensaje de que solo la ciencia es capaz de hacer una cosa así. Se niegan a que se pueda plantear una nueva visión del hombre y menos aún que se introduzca la noción de Dios de nuevo con el trabajo histórico que, según ellos, “nos ha costado eliminar”.

¿Hasta cuándo mantendrán el secreto de sus deliberaciones? ¿Y que pasará cuando esto se difunda orbi et orbe?

(Artículo aparecido en ruso en una web “profunda” traducido a partir del traductor de Google con correcciones propias.)

 

jueves, 10 de octubre de 2024

Judíos y cristianos según el genio de Blaise Pascal (1623-1662)

 

Hay dos tipos de hombres en el judaísmo y en el cristianismo.

Los judíos carnales esperaban a un Mesías carnal y los cristianos groseros creen que el Mesías les ha dispensado de amar a Dios.

Los verdaderos judíos y los verdaderos cristianos adoran a un Mesías que les hace amar a Dios. 

Quien juzgue la religión de los judíos por los groseros, la conocerá mal.  El Mesías según los judíos carnales, debe ser un gran príncipe temporal. J.C., según los cristianos carnales, ha venido a dispensarnos de amar a Dios y a darnos sacramentos que son eficaces sin el concurso de nuestra voluntad; ni lo uno ni lo otro es la religión cristiana, ni la judía.

Los verdaderos judíos y los verdaderos cristianos siempre han esperado a un Mesías que les hará amar a Dios y por este amor triunfar de sus enemigos.

Pensamientos. (286, 609-497 y 287, 607-495)

La senda está marcada: la necesaria confluencia en un mismo cuerpo místico de todos los judíos espirituales y de todos los cristianos espirituales. Al margen de los groseros y carnales, sean estos paganos, judíos o cristianos.

martes, 8 de octubre de 2024

Que nada se sabe. Francisco Sánchez (1550-1623)

 

En general, es más oscura la prueba que lo que se quiere probar.

Los principios eternos e inviolables –si los hubiere—son indemostrables.

Para explicar lo oscuro hay que construir un laberinto de pruebas en el que quedamos atrapados.

Estamos inmersos en el infinito. Y el infinito es inmenso, incomprensible, inefable e ininteligible.

Toda ciencia por principio está inacabada y es dudosa. Es hipotética, no segura e incierta.

Toda ciencia es ficción.

Para saber es preciso ignorar.

Todas las cosas están concatenadas unas con otras. Conque se ignore una se ignoran todas las demás.

Nunca estoy menos solo que cuando estoy solo, ni menos ocioso que cuando estoy ocioso.

De las cosas decisivas ni sabemos ni podremos saber nunca nada.

Todas las cosas son tan difíciles que no se pueden explicar por medio del lenguaje.

No conocemos nada de un modo completo. En el mejor de los casos solo de un modo probable.

No se puede conocer lo que uno no ha creado.

A plena luz andamos a ciegas.

Nuestro conocimiento no es verdadero. Todo es tanteo, duda, opinión, conjetura.

Nada más cierto que los sentidos, nada más engañoso que ellos.

Un pequeño error al comienzo resulta fatal al final.

No hay nadie que sepa ni se sabe nada. Y este es nuestro máximo conocimiento.

viernes, 27 de septiembre de 2024

Pablo de Tarso: pensador y poeta inalcanzable


Circuncidado a los 8 días de nacer, israelita de nación, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa y, por lo que toca a la ley, fariseo; si se trata de intolerancia, fui perseguidor de la Iglesia; si de la rectitud que propone la Ley, era intachable.

Los judíos me han azotado cinco veces, con los 40 golpes menos uno; 3 veces he sido apaleado, 1 vez me han apedreado, he tenido 3 naufragios y pasé una noche y 1 día en el agua.

Habéis oído hablar de mi conducta pasada en el judaísmo… y hacía carrera en el judaísmo por ser mucho más fanático (zelota) de mis tradiciones ancestrales.

Hace 14 años (fui) arrebatado hasta el tercer cielo; con el cuerpo o sin el cuerpo, ¿qué sé yo?  Arrebatado al paraíso y () palabras arcanas, que un hombre no es capaz de repetir; con el cuerpo o sin el cuerpo, ¿qué sé yo?  

Con el Mesías quedé crucificado y ya no vivo yo, vive en mí Cristo.

No tengo ningún otro amigo que se preocupe lealmente de vuestros asuntos; todos sin excepción buscan su interés, no el de Jesús Mesías.

Los dones y la llamada de Dios son irrevocables (refiriéndose al pueblo elegido.) La obcecación de una parte de Israel durará hasta que entre el conjunto de los pueblos; entonces todo Israel se salvará.

Da lo mismo estar circuncidado o no estarlo; lo que vale es una fe que se traduce en amor.

¡Circuncisión o no circuncisión, qué más da! Lo que importa es una nueva humanidad.

Ser judío no está en lo exterior… no, judío se es por dentro, y circuncisión es la interior, hecha por el Espíritu, no por fuerza de un código.

Estar circuncidado o no estarlo no significa nada, lo que importa es cumplir lo que Dios manda.

Exponemos un saber divino y secreto, el saber escondido.

El saber del mundo es necedad a los ojos de Dios.

La locura de Dios es más sabia que los hombres y la debilidad de Dios más potente que los hombres.

Lo que afirmo es que el plazo se ha acortado… porque el papel de este mundo está para terminar.

No ponemos la mira en lo que se ve, sino en lo que no se ve, porque lo que se ve es transitorio y lo que no se ve es eterno.

Donde hay alguien unido a Cristo (Pablo nunca utiliza el término cristiano) hay humanidad nueva; lo viejo ha pasado; mirad existe algo nuevo.

Ya no hay más judío ni griego, esclavo ni libre, varón y hembra.

Si Cristo no ha resucitado, entonces nuestra predicación no tiene contenido ni nuestra fe tampoco. Porque si los muertos no resucitan, tampoco ha resucitado el Mesías, y si el Mesías no ha resucitado, vuestra fe es ilusoria y seguís con vuestros pecados. Y, por supuesto, también los unidos a Cristo difuntos han perecido.

Si la esperanza que tenemos en el Mesías es solo para esta vida, somos los más desgraciados de los hombres. Pero de hecho el Mesías ha resucitado de la muerte.

La humanidad otea impaciente aguardando a que se revele lo que es ser hijos de Dios. La humanidad entera sigue lanzando un gemido universal con los dolores de parto… Gemimos en lo íntimo a la espera de la plena condición de hijos, del rescate de nuestro ser.

Nosotros ya no apreciamos a nadie por la apariencia y, aunque, una vez valoramos al Mesías por la apariencia, ahora ya no.

Somos los impostores que dicen la verdad, los desconocidos conocidos de sobra, los moribundos que están bien vivos, los penados nunca ajusticiados, los afligidos siempre alegres, los pobretones que enriquecen a muchos, los necesitados que todo lo poseen.

Como hay un solo pan, aun siendo muchos formamos un solo cuerpo, pues todos y cada uno participamos de ese único pan.

Ambicionad los dones más valiosos. Glorificad a Dios con vuestro cuerpo. Todo me está permitido, pero yo no me dejaré dominar por nada. ¿Habéis olvidado que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?

Examinadlo todo, retened lo que haya de bueno y manteneos lejos de toda clase de mal.

Yo realmente no sabía lo que era el deseo hasta que la Ley no dijo: “No desearás”.

No, no es primero lo espiritual, sino lo animal; lo espiritual viene después. El primer hombre salió del polvo de la tierra; el segundo procede del cielo.

Lo que realizo no lo entiendo, pues lo que yo quiero, eso no lo ejecuto, y, en cambio, lo que detesto, eso lo hago… el querer lo excelente lo tengo a mano, pero el realizarlo no; no hago el bien que quiero; el mal que no quiero, eso es lo que ejecuto.

Procuro dar satisfacción a todos, no buscando mi provecho, sino el de la gente, para que se salven.

Soy libre, nadie es mi amo; sin embargo, me he puesto al servicio de todos, para ganar a los más posibles, Con los judíos me porté como judío… Con los sujetos a la Ley me sujeté a la Ley… Con los que no tienen la Ley me porté como libre de la Ley… Con los inseguros me porté como inseguro… Con los que sea me hago lo que sea… Y todo lo hago por el evangelio.

Pues yo corro de esa manera, no sin rumbo fijo; boxeo de esa manera, no dando golpes al aire; nada de eso, mis directos van a mi cuerpo y lo obligo a que me sirva.

Me han metido una espina en la carne, un emisario de Satanás, para que me abofetee y no tenga soberbia.

La fuerza se realiza en la debilidad. Pues cuando soy débil, entonces soy fuerte.

Solo presumiré de mis debilidades.

He aprendido a arreglarme en toda circunstancia: sé vivir con estrechez y sé tener abundancia; ninguna situación tiene secretos para mí, ni estar harto, ni pasar hambre, ni tener de sobra, ni pasar falta; para todo me siento con fuerzas, gracias al que me robustece.

No estuvimos ociosos, no comimos el pan de balde a costa de alguien, sino con fatiga y cansancio, trabajando día y noche para no ser gravosos a ninguno.

El que no quiera trabajar, que no coma.

¿Quién enferma sin que yo enferme? ¿Quién cae sin que a mí me dé fiebre?

He competido en noble lucha, he corrido hasta la meta. Me he mantenido fiel. Ahora ya me aguarda la merecida corona.

Quien se figura haber terminado de conocer algo, aún no ha empezado a conocer como es debido.

Porque esta impiedad escondida está ya en acción; apenas se quite de en medio el que por el momento lo frena (Katejon) aparecerá el impío, a quien el Señor Jesús destruirá con el aliento de su boca (IS 11, 4; Sal 33, 6) y aniquilará con el esplendor de su venida.

(Traducción: Luis Alonso Schokel y Juan Mateos.)

martes, 3 de septiembre de 2024

El milenio (2001-3000) que nos espera

 

El vigente milenio (del que llevamos consumidos ya 24 años) está -y lo va a estar todavía más- dominado por una fuerza brutal y aniquiladora de la pareja humana, de la naturaleza y de toda divinidad verdadera.

Esta fuerza descomunal y ciega, aunque única, se expresa de tres formas:

Mundialismo, que pugna por la desaparición de todas las patrias y comunidades nacionales y la consiguiente disolución de todas las raíces históricas de todos los pueblos de la tierra menos las de uno, curiosamente aquél que nunca tuvo una patria.

Americanismo, que abole toda forma cultural basada en las distintas expresiones de la belleza sempiterna. En su lugar impone e impondrá lo feo, lo deforme, lo vulgar y lo más depravado entre lo más depravado.

Comunismo, que impone una nivelación masiva de todos los individuos, la erradicación de las diferencias y de toda excelencia y jerarquía entre los superiores y los inferiores.

Mundialismo, americanismo y comunismo están sometidos de forma salvaje al dominio voluntario y entusiasta de la técnica en todas las modalidades posibles. No tienen ellos a la técnica, es la técnica la que los domina y los subyuga y nos subyugará a todos durante el milenio.

Es una simbiosis inextricable entre estas fuerzas omnímodas y la técnica. Se refuerzan mutuamente de un modo avasallador.

Esto solo lo saben unos pocos.

Esos pocos, de generación en generación, se pasarán el testigo – de un modo casi secreto- hasta que llegue (si esta alianza no acaba con todo antes) un nuevo renacer de la existencia humano-divina. Una nueva alianza salvadora entre hombres y dioses.

Si alguien te habla de esperanza es que no se ha enterado de la magnitud del infierno (lasciati ogne speranza) en el que ya estamos y el que nos espera.

Solo unos pocos están llamados a no perecer en este diluvio universal contra el espíritu y lo divino. Serán los ocupantes espirituales de una nueva Arca (invisible) pero más real que la de Noe.

Por las entradas anteriores ya sabéis de qué armas irán armados durante esta travesía milenaria.

martes, 27 de agosto de 2024

Las cosas de Guido Ceronetti (1927-2018)

Hay que huir a toda costa de cualquier mujer que se niegue a creer en la magia.

En una iglesia vacía, si hay un viejo hay alguien y Dios no está solo. Un viejo que no reza es un puro y simple desecho mudo.

Si con Dios no se lucha, Dios está muerto.

La Historia está en poder del mal, del poder de las tinieblas. El Mal se ha convertido en una realidad determinanate (Jung).

Mussolini, Hitler, Lenin, Stalin y Mao: mentes estrechas y perversas.

Las apariciones de Lourdes son muy creíbles, pero lo que se apareció es la Unidad primordial. El atman-brahmán. Bernadette, ser maravilloso, portador de verdad, es el último ser en Occidente en poseer el secreto del Nombre. Sobrevivió algunos años en este mundo de ciegos. Pero el recuerdo de la Unidad permanecerá, imborrable, fiel a ella.

Quien acumula amor, acumula dolor (Catalina de Siena).

La paz reducida a ideología es una depravación moral, masoquismo infecto, una ruin impostura.

Sin los muertos de la Primera Guerra Mundial, Hitler nunca habría existido (Canetti).

Recibir un saludo de alguien que se queda sentado es una ofensa. Pero saludar permanenciendo sentado es todavía peor. Es hermoso levantarse para saludar a un niño, a un pobre, a un perro. Viejos que a duras penas pueden levantarse para saludar, irradian en ese momento verdadera luz. Saludar estando sentado es un desprecio y los niños cada vez se parecen más a unos brutos y las niñas a unas arrabaleras.

En las democracias no se ahorran esfuerzos para salvar a los terroristas, propios o ajenos. Pero quien salva a un lobo mata a las ovejas (Victor Hugo). Los papas bendicen lo mismo a lobos y ovejas, a degolladores y degollados. Si vence el crimen, y la víctima yace muerta a sus pies, el papa se alegra de que haya paz.

Y mi bonanza el quebranto y mis tesoros en pobreza (Teresa de Cepeda y Ahumada).

Máxima teresiana para vivir bien: mal dormir, todo trabajo, todo cruz. Enseguida se siente uno mejor.

La pronunciación es cosa de los labios, el sonido de todo el cuerpo. Lenguas rebosantes de sonido (el griego, el árabe, el alemán, el castellano) permanecen ocultas.

Si se sabe vivir como vencidos, se lo es un poco menos.

Los demonios han comprendido que esta civilización es un inmenso proliferar de ruinas. Los encontramos por todas partes.

No nos faltan ni análisis ni diagnósticos. Lo inencontrable es la cura.

El latín no estaba muerto. Lo hemos enterrado y olvidado.

En Atenas, la música era indispensable para gobernar.

Cuanto más nos ceban, más nos chupan la sangre. En la China, en cambio, no hay que cebar, basta con chupar la sangre.

Mis miedos acerca de los males físicos tienen que ver con los médicos y sus cuidados, no con la enfermedad.

En el humanismo integral vigente (clerical, militar, ecologista y profiláctico) no tiene cabida todo aquel que no haya nacido para llevar a cabo o tolerar cualquier crimen.

Pero como Antígona: No nací para las maquinaciones del odio, sino para los vínculos del amor.

Y el amor vencerá.