El pensamiento vivo de Kierkegaard. Edición y prólogo de W. H. Auden. Original de 1952: The Living Thoughts of Kierkegaard. Traducción de Sofía Pascual Pape. Duomo ediciones. Barcelona, España.
Kierkegaard es una persona clave para entender la época presente. En la década de los años 40 del siglo XIX, escribió un conjunto de obras que explican de un modo asombroso, no sólo su presente, el que a él le tocó vivir, sino, y esto es lo asombroso, el nuestro. Lo que nosotros tenemos antes nuestros propios ojos, y no sabemos ver ni interpretar, él lo captó. Es un contemporáneo nuestro en el estricto sentido del término. Es un Sócrates de nuestro tiempo. Con la misma profundidad insondable de un Pascal. Tan cristiano como un Francisco de Asís. Tan profético como Simone Weil. Para creyentes y para no creyentes. Su filosofía - como diría Gabriel Celaya, pensando en la verdadera poesía: "es lo más necesario, lo que no tiene nombre, son gritos en el cielo y en la tierra son actos".
La mayoría de los hombres son subjetivos consigo mismos y objetivos con los demás, a veces terriblemente objetivos; pero la auténtica tarea es ser objetivos con nosotros mismos y subjetivos con los otros.
miércoles, 27 de marzo de 2013
sábado, 23 de marzo de 2013
Tríptico
(I)
Cuando me llames
iré gritando tu nombre por las calles.
Arrasaré el aire en mi carrera
fundiré los instantes a mi paso
y, con el solo vestido de tu nombre,
llegaré
cuerpo esplendente
a tu encuentro.
(II)
Estás en tu centro
con la sola luz de tus ojos.
Luz que ilumina la luz.
Mirada que se mira.
Inquebrantable materia
a oscuras e infinita.
Ni en vuelo
ni en reposo.
Suspendida.
Sola.
Enamorada.
(III)
Esa mirada es un teorema exacto
por donde yo indago la estructura de la piel.
No requiere de axiomas
se sustenta en su propia luz.
Espacio indefinido donde no encuentro el lugar
un viaje al fondo de una noche dichosa.
Esa mirada es un stabat mater
de sonoridades secretas.
(La nitidez de tu mirada
me devuelve a la luz
conjunción exacta
entre tu mirada y la dulzura de tu voz.)
También tiene poder para indicar
caminos invisibles
por bosques imposibles.
(Me parece mentira
si no está clavada en mí.)
ACI
Cuando me llames
iré gritando tu nombre por las calles.
Arrasaré el aire en mi carrera
fundiré los instantes a mi paso
y, con el solo vestido de tu nombre,
llegaré
cuerpo esplendente
a tu encuentro.
(II)
Estás en tu centro
con la sola luz de tus ojos.
Luz que ilumina la luz.
Mirada que se mira.
Inquebrantable materia
a oscuras e infinita.
Ni en vuelo
ni en reposo.
Suspendida.
Sola.
Enamorada.
(III)
Esa mirada es un teorema exacto
por donde yo indago la estructura de la piel.
No requiere de axiomas
se sustenta en su propia luz.
Espacio indefinido donde no encuentro el lugar
un viaje al fondo de una noche dichosa.
Esa mirada es un stabat mater
de sonoridades secretas.
(La nitidez de tu mirada
me devuelve a la luz
conjunción exacta
entre tu mirada y la dulzura de tu voz.)
También tiene poder para indicar
caminos invisibles
por bosques imposibles.
(Me parece mentira
si no está clavada en mí.)
ACI
viernes, 22 de marzo de 2013
Ödön von Horváth
Ödön
von Horváth, in memoriam
de
Klaus Mann, 1938
(...) Tenía una manera característica
e inolvidable de hablar de las cosas horrendas que aparecían en sus anécdotas,
divirtiéndose como un niño, pero con una risa amenazante que parecía querer
decir: sí que es entretenido, curioso e interesante este mundo tan siniestro y
degenerado, lleno de absurdos y horrores. Pero, por otra parte, deberíamos
hacer algo para que fuera mejor y más razonable, un poco menos tragicómico.
Puesto que el poeta también era un moralista.
No tanto por sus conclusiones y conocimientos sociales o económicos, más bien
por un don religioso. Dado que creía en Dios y que se ocupaba mucho de él en su
interior, no era capaz de disfrutar del bien y del mal como de un enorme
espectáculo. También lo odiaba, y finalmente llegó a luchar contra ello – con
los medios de las que disponía: con poesía.
Si no hubiera sido en el fondo un
moralista, habría podido entenderse con la Alemania nazi, en la que no había
nada en contra de los “arios” húngaros, y donde su preferencia por lo grotesco
le habría hecho divertirse mucho. Sin embargo se separó absolutamente del
tercer Reich: primero por buen gusto; después por tener una actitud moral, en
el sentido más serio y hondo de la palabra. Temblaba ante el mal, que cada día
triunfaba desvergonzado en el tercer Reich. La novela “Juventud sin Dios”, que
publicó en el exilio, está llena de este escalofrío estremecedor, desde la
primera hasta la última línea. (...)
(Traducción de Klära Körral)
miércoles, 20 de marzo de 2013
En una noche oscura
(I)
Te seguí en tu noche. Quién sino alguien que
estuviera hecho de ocultamiento podría ver tu luz secreta. Y, cómo, después de haberla conocido, no transitar
los espacios en su alcance, olvidado de todo, para consumirme en ella.
(II)
A dónde hemos llegado. Quién habita este hueco
-abismo abierto- donde no existe el vértigo. ¿Existe algún sabio en este lugar
o un predecesor, siquiera? ¿No pertenece a nadie?
¿Habremos creado un nuevo espacio?
(III)
¿Es posible, aún, la noche transformadora, o, ya
estamos definitivamente perdidos? ¿Se ha cortado el hilo que conducía la savia
hasta nosotros? ¿Podremos rehacerlo, todavía, con nuestra piel? ¿Alguien puede
contestar?
(La hermosura
es paciencia).
(IV)
Hay un tiempo necesario que sigue a todo deseo
divino y que precede a su cumplimiento, en el que se padece la posibilidad de
su no-realización.
Tiempo-luz para conocer y rebasar los límites, para
levantarse sobre las barreras, para gozar de la apariencia anunciadora, para la
pura creencia, sin otro fundamento que ella misma.
(ACI)
martes, 19 de marzo de 2013
Silencio secreto
Secretamente
los que hemos optado por el silencio
nos iremos disolviendo
calladamente
en sonoridades imperceptibles
fieles a
la vida.
(ACI)
Salte de ti:
vacíate
para que puedas llenarte de mí.
Y ven a colmar mi nada.
(ACI)
martes, 5 de marzo de 2013
Nazim Hikmet (italiano y español)
Il più bello dei mari e quello che non navigammo.
[…] I più belli dei nostri giorni
non li abbiamo ancora vissuti.
E quello
che vorrei dirti di più bello
non te l’ho ancora detto”
Nazim Hikmet (1902-1963)
"Cartas a Muneuver desde la Cárcel"
El más hermoso de los mareses aquel que no hemos navegado.
El más hermoso de nuestros hijos
aún no ha crecido.
El más hermoso de nuestros días
aún no lo hemos vivido.
Y aquello, lo más hermoso, que quiero decirte,
aún no te lo he dicho.
(1942)
Tiempos finales
1978
Mientras me desvisto de ropajes y de adornos, tú,
preparas la morada.
2013
Mientras te desprendes de ropajes y de adornos, Yo, preparo la Morada.
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