Jacob lucha durante toda la noche con el Ángel.
El Ángel le hiere pero no le vence.
Jacob no le suelta cuando llega la aurora.
No te soltaré hasta que me bendigas, le dice.
Ya no te llamarás Jacob sino Israel pues has luchado con dioses, contesta el Ángel.
Jacob quiere saber el nombre del Ángel.
No hay respuesta.
Y se fue cojeando tras el encuentro y la lucha mantenida.
Sin saber el nombre --no le fue dicho-- pero convencido de haber visto a Dios.
Todos tenemos pendiente un encuentro radical y definitivo con el Ángel.
Quedaremos heridos pero renovados.
Suele suceder a la mitad del camino de la vida.
En plena noche.
La lucha con el Ángel es el momento crucial de la vida.
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