lunes, 22 de septiembre de 2025

Ha vuelto el ángel de Budapest?

Dado que dios y la verdad son inseparables, todo lo que el humano edifica fuera de dios es susceptible de ser falso, erróneo o mentiroso. No verdadero.

Eso les acontece a los pilares del conocimiento humano en estos momentos. Están asentados en lo no verdadero. Fuera de la verdad.

El experimento de Michelson-Morley solo da negativo en la Tierra. En cualquier otro lugar daría positivo, porque la Tierra es el centro del universo.

La teoría de la evolución (Wallace/Darwin) tiene un valor local. Solo vale para explicar la microevolución y las adaptaciones dentro de cada especie. Es intraespecífica. No puede haber una teoría general de la evolución de las especies porque no ha habido tal evolución.

Toda teoría general psicológica, aunque fuera válida, no podría contener la psicología de su creador. Nunca habrá, por tanto, una teoría completa del ser humano. Segundo teorema de Gödel.

El psicoanálisis no sirve como teoría general de la conducta humana. Se centra en aspectos parciales e ignora las principales características del ser humano. Su alcance es muy limitado. Propiamente no es una teoría porque no es sensible a sus refutaciones. No puede crecer ni mejorarse. Es más bien una interpretación personal de su creador de ciertos aspectos culturales del ser humano.

El marxismo tampoco es una teoría. Es un caso parecido al del psicoanálisis. Es una interpretación personal de su creador de ciertos aspectos socioeconómicos de la historia humana. Mera ideología, pues.

El materialismo, el reduccionismo y el mecanicismo son estériles. Por eso el conocimiento científico está muy empobrecido.

La vida mental en general está relacionada con el sistema neuronal. Pero hay aspectos del psiquismo humano que no se reducen a las redes neuronales. Todos los aspectos de la conciencia (impersonales, personales), de la meta conciencia y de la supra conciencia se nos escapan definitivamente.

Además, existe el espíritu puro inaccesible a la mente y a la conciencia. Es inmortal.

Toda la humanidad forma el cuerpo místico de Cristo. Cristo es la cabeza, el judaísmo es la sangre y la iglesia católica (no el vaticano ni la santa sede) es el corazón. Todas las demás formas religiosas, espirituales o sapienciales deben encontrar su sitio y acomodo en el cuerpo místico sin intentar usurpar ni “cabeza”, ni “corazón”, ni “sangre”. Todo ecumenismo tiene marcados estos límites. O sea, no hay ecumenismo posible.

Cuanto más sepamos más conscientes seremos de nuestra ignorancia radical. El aumento de la ignorancia es proporcional al aumento del conocimiento.

Todo proceso mental numerable puede -o es susceptible de poder- ser simulado con éxito en un dispositivo artificial, mecánico como un algoritmo ejecutable.

La conciencia -en cualquiera de sus manifestaciones- es algo, como mínimo, no numerable. No es susceptible, pues, de ser simulado. Se tiene o no se tiene. Está o no está.

El espíritu ni es/ni no es numerable.

Las paradojas de Zenón son un modo de decir que la realidad espacial y temporal no son la expresión de la aritmética transfinita cantoriana. Si así no fuera, efectivamente, la tortuga nunca alcanzaría a Aquiles (alef cero) o la flecha nunca comenzaría su movimiento (alef uno).

 

 

 

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