martes, 21 de febrero de 2012

¿Estamos preparados para lo imposible?


Tres actos.
I. Una hembra de dragón de Komodo (Zoo de Londres) puso una nidada de huevos a finales de 2005 a pesar de estar separada de la compañía de un macho desde hacía más de dos años. Los científicos asumieron inicialmente que había sido capaz de almacenar esperma de algún encuentro anterior con algún macho, una adaptación conocida como superfecundación.  (Ha ocurrido algo imposible. Una idea previa se impone al hecho: no puede haber en esta especie procreación sin concurso de macho. Se busca una hipótesis ad hoc: la hembra habrá almacenado el esperma.)
II. Científicos británicos han descubierto (Nature 444, 1021-1022, 21 December 2006) que las hembras de dragón de Komodo, los lagartos de mayor tamaño del mundo, que en la edad adulta puede llegar a medir tres metros y pesar hasta noventa kilos, son capaces de reproducirse sin ser fecundadas por un macho. (Se viola una creencia muy asentada. Hay que confirmar el hecho y buscar una explicación.)
III. Después de determinar el genotipo de las crías, los científicos descubrieron que el genotipo combinado general de la camada reproducía exactamente el de su progenitora, es decir, que las dos hembras de dragón de Komodo eran a la vez “padre” y “madre” de las crías. (Hecho confirmado. Se busca una explicación.)

He aquí un ejemplo de un drama repetido una y otra vez a lo largo de la historia, y, cada día, aunque nuestra ceguera para ver lo imposible nos impide constatar la continua violación de todas nuestras expectativas.
Una y otra vez, cada día, cosas como éstas nos pasan inadvertidas por nuestra ceguera para aceptar lo real e imposible.



lunes, 20 de febrero de 2012

Cormac McCarthy: El Sunset Limited

Un diálogo de 100 páginas entre un Blanco y un Negro. El Negro porta la luz, el Blanco porta la oscuridad. El Negro viene de habitar el reino de las sombras, pero ha salido de la caverna definitiva e irreversiblemente. El Blanco habita una oscuridad densa e innata. Pero al final, elegida y asumida. El diálogo llega hasta el extremo. Se tensa todo lo posible. Al máximo. Es inútil: son lados incomensurables e irreconciliables. Es una Batalla. La batalla final y definitiva. La batalla  que todos estamos llamados a librar. Hay un abismo entre luz y tinieblas. Al final parecen vencer las tinieblas. El Negro queda solo. ¿El Blanco? El autor --sin duda-- ha tomado partido pero no dice --expresamente-- cuál. El lector también debe decidir.
Hay una película (2011). El que esto escribe no la ha visto.

viernes, 17 de febrero de 2012

Sobre los presentimientos... y Sartre

Platón escribió que si surgiera en el mundo un Justo perfecto, sería cruelmente muerto por sus semejantes... desemejantes; los Santos Padres vieron en esta líneas una "profecía natural" del destino de Cristo, hecha cinco siglos antes; mas Platón profetiza hacia atrás, no hace más que describir en abstracto la escandalosa ejecución de Sócrates, que había presenciado; y deducir con simple lógica que si uno mejor que su Maestro surgiera peor le iría entre los hombres. "El Justo será azotado, torturado, encadenado, le quemarán los ojos y finalmente después de haberlo torturado en toda clase de padecimientos, será empalado en una cruz para que conozcan que no hay que querer ser justo, sino parecer justo". (PLATON, Politeia, II, 361-e.) (L. Castellani)


La pregunta qué le ocurre al hombre justo y cuál es su destino, ocupó ya a Platón 400 años A.C. en un memorable presentimiento. El resultado de su reflexión es que el justo perfecto tiene que cargar con la apariencia de la injusticia, manteniéndose inalterado sin preocuparse de la opinión pública y permaneciendo hasta el extremo  fiel a la justicia. El verdadero justo será en este mundo un ser perseguido e ignorado. Ellos (los que alaban la injusticia por encima de la justicia) dicen que el justo animado de estos sentimientos debe ser encadenado, azotado, torturado, que le han de sacar los ojos y, finalmente, que será clavado en la cruz (Politeia II 361e, versión de Schleiermacher, retocada por Ratzinger)


Pese  a sus convicciones ateas... "No me siento como una mota de polvo que ha aparecido en el mundo, confesó a Beauvoir, sino como un ser esperado, prefigurado, llamado. En resumen, como un ser que podría, parece, provenir solo de un creador. Esto contradice muchas de mis otras ideas. Pero ahí está, flotando vagamente. Y cuando pienso en mí mismo, a menudo lo hago de este modo, por no ser capaz de pensar de manera distinta."

martes, 14 de febrero de 2012

El desarrollo humano a través de la literatura

Los fundamentos de la psicología del desarrollo.

He jugado con lobos. Gabriel Janer.
Es una narración fascinante sobre un niño abandonado a los 7 años que se adaptó a vivir en estado de naturaleza hasta los 19 años. El desarrollo humano en una situación límite. Inverosímil.

El modelo de Vygotski.

Ana Karenina. L. Tolstoi.
Vygotski  decía que se podían encontrar muy buenos ejemplos de la condensación del lenguaje externo y de su reducción a formas abreviadas de lenguaje en las novelas de Tolstoi. A Vygotski le gustaba particularmente Ana Karenina.

El apego.

Mortal y rosa. Francisco Umbral.
El dolorosísimo proceso de pérdida del hijo por una enfermedad temprana. Prosa poética capaz de absorber todo el dolor humano.
Carta al padre. F. Kafka.
Carta a la madre. G. Simenon.
Constatación de la durabilidad de los vínculos de apego durante toda la vida

De los 3 a los 6 años.

El príncipe destronado. Miguel Delibes.
Portentoso ejercicio de comprensión del mundo infantil. En este relato se condensa muchos tratados de psicología infantil.
Antes del amanecer. Rosa Chacel.
En esta narración única, la escritora hace la autobiografía de sus 10 primeros años.

El desarrollo lenguaje.

Prólogo al evangelio de Juan.
El original está en griego. Aquí lo importante es leer una buena traducción. La de José Ángel Valente es recomendable. Pero hay más. En el principio era la palabra…

El mundo social.

Le chiavi di casa. Giuseppe Pontiggia.
Se trata de un caso real. Un padre debe enfrentarse con las carencias de un hijo en un medio social no muy comprensivo.

De 6 a 12 años.

Memoria de Leticia Valle. Rosa Chacel.
Continuación de Antes del amanecer.
La carretera. Corman McCarthy
Un padre y un hijo tienen que afrontar una situación apocalíptica.

Trastornos del desarrollo.

Funes el memorioso. Jorge Luis Borges.
Podría parecer que el personaje ideado por Borges es un ente de ficción, maravilloso, pero de ficción. Pero es que la realidad ha superado a la ficción. El gran discípulo de Vygotski, Luria, trató un caso, del que dio cuenta en 1968, muy semejante a Funes. El mismo Luria “alucinó” cuando leyó el cuento de Borges.

Pensamiento formal.

Historia de una voluntad. Santiago Ramón y Cajal
Magistral comprensión de cómo estimular el pensamiento formal mediante la voluntad. Una genialidad.
Juventud. J. M. Coetzee
Autobiografía que engloba el paso de la adolescencia a la juventud.
Retrato del artista adolescente. James Joyce.
Traducido al castellano por Dámaso Alonso. Uno de los libros preferidos del gran psicólogo Jerome Bruner. Estamos ante uno de los autores claves de la narrativa contemporánea. En síntesis, es el proceso de liberación del potencial de desarrollo de una persona mediante la plasmación de la negación de la negación. Una ley básica del desarrollo.

Adolescencia.

El primer amor. Turgenev
Infancia, adolescencia y juventud. Tolstoi.
La adolescencia entendida como un proceso dramático, lleno de riesgos y peligros. Sólo quién es capaz de enfrentarse a ellos saldrá fortalecido como un adulto.
Escribo tu nombre. Elena Quiroga.
La adolescencia desde el punto de vista de la mujer. Obra maestra tan absoluta como desconocida. Ninguna mujer culta debería ignorarla.

Problemas adolescencia.

Diario de Praga (1941-1942). Petr Ginz.
Diario. Ana Frank.
Dos adolescentes describen el horror. Abordan desde una gran sensibilidad social y personal los más variados problemas con las que se enfrentan los adolescentes en las entrañas del infierno.

Vida adulta.

Autobiografía psíquica. Hermann  Broch.
Escrita a los 56 años. “Mi vida está acompañada y cargada de constantes conflictos morales. Un sentimiento sencillo y humano de felicidad me resulta casi desconocido…” Así comienza este asombroso autoanálisis de un autor clave de la literatura contemporánea. Quien se atreva puede intentar La muerte de Virgilio.

Desarrollo social adulto.

Patrimonio. Philip Roth.
La relación de uno de los principales escritores de ficción con su padre anciano poco antes de morir.
La hola roja. Miguel Delibes.
La mujer nueva. Carmen Laforet.

Trastornos edad adulta.

Si esto es un hombre. Primo Levi
Vida y destino. V. Grosman.
La escritura o la vida. Jorge Semprún.
Historia de un estado clandestino. Jan Karski
Mi siglo. Alexander Wat
Todos ellos tratan de los problemas más terribles con los que debieron enfrentarse muchos adultos en el siglo XX en un  mundo complejo y decadente/ascendente. .

El desarrollo integrado.

Una pena en observación. Clive Stapleton Lewis
Descripción sublime de los cambios que se producen ante la pérdida del ser amado.
El libro de la vida. Teresa de Jesús.
En esta autobiografía la autora consigue enhebrar todas las dimensiones de la existencia humana de un modo mágico. Hay una autocomprensión de las fases, etapas o niveles por las que ha pasado su vida que aturde por su lucidez y claridad. Habrá que esperar muchos años hasta que un escritor castellano acierte a llevar a buen término un ejercicio de autocomprensión como el que hace Teresa de Cepeda y Ahumada en el libro de su vida.

lunes, 13 de febrero de 2012

El caballo de Turín de Bela Tarr

Los comedores de patatas de Van Gogh.
HamletMachine (Heiner Muller).
Cormac McCarthy.
Cioran.
Nietzsche.
Si usted está familiarizado con el cuadro de Van Gogh, la obra de teatro de Muller, las novelas de McCarthy... entonces esta película puede resultarle llena de sentido.
Blanco y negro. Los cuatro elementos: aire, fuego, agua y tierra. Una tormenta inacabable de viento lo envuelve todo. (Una música recurrente.) Una casa. Un establo. Un caballo. Dos seres postreros. Son seis días en los que asistimos a una suerte de anticreación. De la primera luz --ya deprimida-- a las tinieblas finales que todo lo invaden. Todo se acaba. Todo está agotado. El mundo y sus seres se mueren. Narración implacable. Sin concesiones, pero sin pedantería. (Abstenerse filisteos.) Apenas se habla. El espectador acaba por entrar en la casa y sentir todas las sensaciones materiales que ocurren en ella. Hasta temer la apertura de la puerta cada mañana. (Pura cinestesia.)
Es la última película de este hombre en los dos sentidos. No hay nada más después. Se acaba la tormenta (aire), se seca el pozo (agua), las lámparas ya no pueden alumbrar (fuego), la tierra está yerma... Todo vuelve a las tinieblas y hay un silencio de muerte.
Ya son varios los artistas que nos anuncian los tiempos postreros.
El presentimiento del final.

miércoles, 8 de febrero de 2012

De lo que es capaz de hacer una niña de 10 años

Durante una clase habitual de ciencias en la escuela primaria Border Star Montessori en Kansas, la niña Clara Lazen de 10 años descubrió accidentalmente una nueva molécula que tiene el potencial para almacenar energía.
Para la lección sobre la tabla periódica, el profesor Kenneth Boehr entregó a sus estudiantes de quinto grado kits de modelos moleculares para visualizar su estructura. En seguida, Clara colocó los átomos de carbono, nitrógeno, oxígeno de una manera compleja y le preguntó a su profesor si había hecho química real. Boehr se encontró perplejo con la composición y envió una imagen desde su celular a un viejo compañero de colegio, el profesor de química Robert Zoellner de la Universidad Estatal de Humboldt.
Zoellner se puso a investigar y concluyó que la molécula, tetraquis (nitratoxycarbon) metano de Clara es totalmente única, ya que no se había estudiado o pensado antes. Gracias a su densa estructura, la molécula permite el almacenamiento de energía estable, lo que significa  que podría utilizarse para producir energía o como un explosivo.
Sin embargo tendría que ser sintetizada por primera vez, y eso esta lejos del alcance del equipo de química de la Universidad Humbolt. Así que Zoellner hizo lo que todo científico razonable haría, escribió un artículo – que se publicará en la revista científica “Computational and Theoretical Chemistry” –  sobre la estructura de la molécula y su investigación sobre sus posibles usos, por lo que que otros científicos podrían seguir esta investigación y sintetizarla. Por supuesto, Clara Lazen esta listada como autora de este descubrimiento.

Observemos cómo ha podido producirse este insólito hecho:

1. La niña no es una superdotada. De hecho Clara no sabía lo que había logrado. Pero Clara tiene mucha imaginación y creatividad. Busca nuevas configuraciones. Y, además, parece que ha desplegado su emergente capacidad combinatoria.
2. El profesor está atento a lo que pueden hacer sus alumnos. No es un profesor rutinario. El profesor no descarta que se pueda producir un hecho nuevo o inesperado. Tiene una mente abierta. Es receptivo. Cree, espera, confía.
La confluencia de aprendizaje imaginativo y de docencia creativa ha producido un resultado --auténticamente-- nuevo. Hay en ello algo de milagroso, de mágico, de maravilloso...

Y yo me pregunto --y os pregunto-- cuántas de éstas "proezas" nos estaremos perdiendo por no creer, no esperar, no confiar. En definitiva, por no estar atentos y por no estar abiertos a lo nuevo, inesperado o imposible.


viernes, 3 de febrero de 2012

Flashback 58

Tiempo detenido.
Vuelta a la niñez.
A los veranos de la niñez.
A los lentos veranos de la niñez.
La niñez: patria verdadera.
Ahí estaban reunidos: la casa, los veranos, la niñez.
(Cuando vuelvo a las calles del viejo barrio –ahora remodelado- también vuelvo a la niñez. Pero no de la misma forma. Aquí es otra cosa.)
En primer lugar la casa. Ahora dividida. Reformada. Silenciosa. Pero no abandonada.
La entrada principal cerrada. Puedo saltar el muro de piedra.
La verja lateral sigue ahí: igual que entonces. No ha sido sustituida.
La Peña. Los mismos accidentes. Los mismos recovecos. Mi primer observatorio de estrellas.
La curva. La enorme curva de la carretera que circunda la  propiedad. Es por la mañana del 14 de julio. Puro verano. No hay nada de tráfico. Levanto la vista. La senda que sube a Peña Negra. También la casa del prado donde pernoctamos alguna que otra vez.
Si no hay nadie puedo entonces bajar a la piscina. Me impone la soledad que se respira. Temo algún sobresalto. No puedo llegar: el camino está lleno de zarzas. Tampoco desde arriba atisbo la piscina. Recuerdo su agua helada. El caño que la abastecía. Ahora parece haber otra cosa en su lugar. Salgo de la propiedad. Tengo la sensación de haber allanado algo que ya no es mío pero a lo que tengo derecho todavía.
Me encamino derecho a La ermita. Blanca. Cerrada. Sin ninguna variación. El mismo entorno. Los castaños. El campo de tierra. Las viejas porterías. El mismo aire. El mismo sol. Las mismas sensaciones térmicas.
Me urge ir a la Cruz. Me asalta el pensamiento de que mi hermano se acordaría de todos los detalles del camino y  llegaría sin una sola duda. Llego. Los Montes de Francia. La misma panorámica. La puesta. Portugal. Con los mismos charcos que hay cuando ha llovido. Pero ya no el mismo silencio. Ahora sube hasta arriba el ruido incesante del tráfico de una autovía nueva. Cierro los oídos para recuperar los mismos rumores de entonces. La cruz en esa enorme peña. Una oración. Y también el camino a  Peña Caballera.
El pueblo. No hay nuevas construcciones. Pero muchas casas están reformadas o remodeladas respetando la arquitectura. Impresión fantástica. Está igual pero mejor. Hay muchos paneles de información sobre la historia del pueblo. Sobre sus calles, sus fuentes, su iglesia… Me demoro por las calles. Mucho fresco. Muchas flores. Ese hablar salmantino de sus gentes. Busco la sombra y la brisa de la sierra.
Pero tengo que encontrar La Charca. ¿Recordaré el desvío en la carretera? Lo encuentro sin dificultad. La Charca. Está sin agua. La percibo más grande que entonces. Dudo si pasar por el borde. Se me antoja muy estrecho. Me tiemblan las piernas. Pero tengo que hacerlo. Y lo hago, temblando un poco. También cuando deshaga el camino volveré a temblar.
Tengo que encontrar el camino a la Escobosa para desde allí subir a la otra Cruz. Lo intento durante una hora. No puedo. Está todo enzarzado. Selvático. Lleno de obstáculos. Doy vueltas y más vueltas. No quiero que se me haga tarde. Me rindo. Esta vez no volveré a pisar esa pradera de ensueño. Me vuelvo muy frustrado.
Béjar está muy mejorada. Plazas. Calles. La encuentro animada y cuidada. Me gusta. No recupero sensaciones de  antaño. Me gustan las de ahora.
¿Cómo estará El Castañar?
Llego andando desde Béjar. Y como yo deseaba. Todo igual. Los castaños. Su sombra. La fuente. El lugar. El antiguo campo de futbol pegado al Santuario. Cuando entro en él, me sobreviene el mismo estado de alma de entonces. “Entonces” son muchos años. ¿A qué “entonces” me refiero?  Un “entonces” que abarca desde los 7 hasta los 21 años. El tiempo detenido en ese “entonces”. Eso recupero, ese estado de alma. En ese templo. En ese silencio. He vuelto al paraíso perdido.
Visito la plaza de toros más antigua. No recuerdo haberla visitado “entonces”.
Desde allí tengo que alcanzar la Isla. La que forma el río Cuerpo de Hombre. ¿Sabré encontrar la senda? Sí, la encuentro, pero es una propiedad privada y, aunque, no se atisba que haya nadie, no me atrevo a pasar. Busco otra un poco más arriba. Me lleva más allá de la Isla. Otra frustración más: la piscina, la Escobosa y ahora la Isla: no puedo aprehenderlas como entonces. Pero llego a un paraje que me permite sentir el agua del río Cuerpo de Hombre. Las mismas sensaciones. Eso es lo que voy buscando todo el tiempo: volver a sentir las mismas sensaciones corporales que sentí entonces y que marcaron mi sensibilidad: visual, auditiva, táctil, cinestésica. Si bien al final queda una sensación global, única, de conjunto. Y para toda la vida. Un estado interior. Un perfume de alma. Y lo he conseguido. He vuelto a encontrar el niño y el adolescente que fui.
(Cuando voy a Hervás las cosas son de otra manera. Primero, porque en 1992 fui allí para pasar el día con el hijo pequeño de un amigo canadiense que pasaba el verano en una colonia cerca de El Castañar. Y segundo, porque lo encuentro totalmente cambiado.)
Candelario, por último. Como siempre. Una maravilla. Sigue fluyendo el agua por sus calles en cuesta.
Durante dos días del verano de mis 58 años he vuelto a un tiempo pasado, lejano, pero no perdido ni hundido en el tiempo. Nada se ha perdido. Allí está todo lo que fui. El tiempo se detuvo. Habité un paraíso. Y he vuelto a encontrar la puerta de entrada. Una vez más he sido expulsado. Quizás ya no vuelva más. Pero sé que todavía está allí. Es un espacio. Pero en ese espacio yo habito un tiempo.
Queda por decir que pasé la noche, una noche de luna llena, en una casa que yo no recordaba,  que está –justo- enfrente del costado interior de la casa. Esa casa, remodelada de un modo primoroso, no hizo sino enraizarme aún más a la casa primera.
La casa. Una casa perfumada por un tiempo eternamente detenido.