viernes, 23 de septiembre de 2011
¿Más rápido que la velocidad de la luz?
Atención todo el mundo. Físicos del CERN sostienen que han medido velocidades superiores a la velocidad de la luz en algunas partículas elementales. La cosa no está confirmada. Pero de confirmarse podríamos estar ante un acontecimiento crucial. Y no sólo en la Física. Recomiendo el libro de Joao Magueijo, Más rápido que la velocidad de la luz. Historia de una especulación científica, de 2003, edición en español de 2006. También recomiendo volver a leer a Julio Palacios, físico español que no veía claro algunos "prejuicios" einstenianos. Y quien no haya visto todavía El árbol de la vida (Malick) que la vea con nuevos ojos, es decir, a la luz de esta apasionante resultado experimental.
jueves, 22 de septiembre de 2011
The tree of life (El árbol de la vida)
Terrence Malick. El árbol de la vida. Una misa de requiem. Una oración. Un poema visual y musical. El cine como una de las bellas artes. Deslumbra. Aplasta. Sobrecoge. La expresión de un mundo interior infinito. Del mundo interior de un artista en estado de gracia. Tocado por la Gracia. ¿Un comentario al libro de Job?
miércoles, 13 de julio de 2011
La búsqueda del amor.
Nota del editor.
La narración que publicamos en nuestra colección de autores desaparecidos pertenece a Iñigo Toledano. Fue encontrada sobre su mesa de trabajo por una de sus hijas el mismo día que falleció hace ahora más o menos 5 años. Indudablemente estamos ante una obra inacabada pero con el suficiente atractivo como para interesar a lectores que consideran que los textos incompletos también son dignos de ser conocidos y gozados aunque no sea más que por las posibilidades enterradas que contienen. Quizás convenga, en primer lugar, trazar alguna breve semblanza biográfica de nuestro autor. Iñigo Toledano fue profesor de Lógica Formal hasta los 35 años. Estaba considerado por sus colegas como un investigador muy bien preparado y como un excelente profesor. Sin embargo, un intento fallido de obtener la habilitación le llevó a replantearse su futuro profesional, y, por lo que podemos deducir de la lectura del manuscrito inacabado, también su vida personal. En el relato que su hija encontró sobre la mesa, escrito a mano y con numerosas tachaduras, podemos encontrar numerosas claves que nos pueden ayudar a comprender los últimos años de su vida. Desengañado sobre sus posibilidades de encontrar una teoría sólida sobre la que asentar el análisis lógico de los procedimientos de deducción formales, y una vez consumado su fracaso académico, se enfrentó a un profundo análisis de toda su vida, lo que le llevó a replantearse los fundamentos de su existencia. Aunque la narración no es estrictamente autobiográfica, contiene numerosos elementos personales, levemente modificados, que nos llevan a pensar que lo que intentaba al escribirlo, era trazar las líneas maestras de su evolución vital. En ella aparecen reflexiones no sólo de índole intelectual o filosófica, sino también estéticas, religiosas, sociales y, por supuesto, afectivas. En conjunto, puede decirse que el personaje de la narración busca denodadamente una base firme sobre la que construir su vida, y que es en la imposibilidad de encontrar tal base sólida, y en la serena aceptación de su imposibilidad, donde parece encontrar, finalmente, cierta paz. En el origen de todo este proceso de transformación interior parece hallarse un grave conflicto, que no queda totalmente explícito en ningún momento del borrador, y, que va más allá de la anécdota del mero fracaso académico, afectando a lo más íntimo del yo y que provoca en el sujeto -personaje/autor- la activación de todos los recursos somáticos de los que es capaz, tanto los psicológicos como los puramente anímicos. La crisis también dará lugar al descubrimiento del papel que el infinito tiene en la moderna reflexión epistemológica, y al que Ignacio Toledano dedicó la obra por la que es más conocido: Acerca de la idea de infinito. Pensamos que con la publicación de este inédito acercamos al lector un poco más, a la comprensión de los entresijos de la vida de una persona que nunca quiso darse como definitivamente concluida.
La conferenciante había planteado una pregunta insólita: ¿qué ocurre cuando alguien en su juventud no ha definido un proyecto vital y suplanta éste con la vivencia de una relación amorosa cuyo fin se encuentra en la propia relación?
Entonces, se recostó sobre sus sueños, y, su memoria empezó a fluir libremente entre el susurro dulce y lejano de las palabras de la conferenciante…
(Cuando se es joven se elige atendiendo a los aspectos figurativos, superficiales, estético-formales… de las cosas. Justo lo más peligroso. Pero quién es sabio antes de tiempo…
Cuando compró Una pena en observación, sólo por el crédito que le merecía la traductora, no conocía a su autor. Pocas veces había leído algo que le cautivara y conmoviera tanto. En ese libro se reunían muchas de sus aspiraciones: por ejemplo, la radicalidad del amor y la reflexión sobre el amor de orden superior que conlleva.
En aquel tiempo se resistía, todavía vivía Ana, a reconocer que lo que comenzó como una relación sin perspectivas, planteada en el momento presente, como si el instante primero fuese a ser eterno, se había transformado, finalmente, en una relación autoimpuesta. Tardó en reconocer que, en el fondo, para qué engañarse, lo que para él era lo más importante de la vida, el amor, lo había decidido de un modo irreflexivo, sin meditar sobre todas las consecuencias.
Ana acababa de morir pero hacía tiempo que ella ya no representaba ninguna referencia en su vida. Cada uno había orientado ésta de forma distinta y hasta divergente. De modo que él no pudo experimentar ninguna experiencia semejante a la que se relata en Una pena en observación.
Y, sin embargo, la pérdida estaba siendo muy dolorosa. Todos los sentimientos de culpa, largamente sumergidos, rebrotaron de forma brutal. Llegó a pensar que perdería el control sobre el flujo de su conciencia y hasta la misma noción de sujeto único.
¿Ahora sería libre para intentar lo que ni siquiera se planteó a los 20 años? Imposible. Aunque conocía fidelidades a amantes muertos, en su caso no se trataba de eso.
La vergüenza y la culpa no lo dejaban vivir. Atenazaban lo que los expertos denominan la capacidad ejecutiva.
La opción estaba hecha: nada le movería a salir de sí. Reconcentraría sus tendencias volitivas sobre sí mismo. Al modo que recomienda en sus Meditaciones Marco Aurelio, el romano: “empieza a suplicar a los dioses acerca de estas cosas y verás. Este les pide: ¿cómo conseguiré acostarme con aquélla? Tú: ¿cómo dejar de desear acostarme con aquélla?”
En su caso la pena observada consistía en el dolor que le producía no padecerla. ¿Cómo explicar esa fidelidad al amor no realizado? Una fidelidad, pues, a lo que pudo o debió ser.
Solo, sin amor, como estaba, sin certeza alguna.
Pero hasta en los límites del amor más avasallador y arrebatador parece emerger otro amor más inefable.
Ningún amor muestra, al principio sus límites, tardan en aparecer, pero son consustanciales con él. El amor con límites es el rastro sobre el que el otro, el inabarcable, habitará.
Todo se hace por amor. O por el que fue o por el que pudo haber sido o podría ser. Fidelidad al amor, incluso al no cumplido.
La obra más preciada, la más costosa, la más difícil, se construye para poder ofrendarla a alguien. Por eso, si una vez que has concentrado tu vida en un punto, que has logrado rehacerte, que has tomado posesión de ti mismo… no tienes a quién ofrecer tanta lucha, para qué ha servido tanto esfuerzo.
Todo tiene sentido, o lo cobra, si es el amor quien lo inspira y si culmina en más amor. Así estamos hechos, de amor. Por eso cuando alguien ha conocido esa experiencia (no al modo místico, contemplativo, poético o religioso) sino de un modo concreto, visible, específico, cotidiano, material, táctil, visual, auditivo, gustativo, a cualquier y a toda hora, experiencia que solo la muerte puede erradicar, ya no quiere saber nada después. Ni hay olvido, ni hay consuelo, ni hay renovación. Hay dolor, pena y reflexión.
Muchos son los sucedáneos del amor: religión, sexo, dinero, narcisismo. Dominio, moralismo. Todos ideados para encubrir la experiencia más inabarcable de todas las posibles. La única que no está sujeta a paradoja alguna. La única que salva. La única que invita.)
Retornó sobre sí mismo. Se estaba yendo todo el mundo. Se levantó entumecido. Se despidieron rápidamente. Al día siguiente debería levantarse temprano para asistir a una reunión irrenunciable. Aquella noche tardó en dormirse, pues había luna llena y estaba solo.
Había luna llena y estaba solo.
lunes, 25 de abril de 2011
Jan Karski. La película que no quiso hacer Holliwood
Jan Karski (1914-2000): he ahí al hombre. Ecce Homo.
Resistencia antinazi:1939- 1944. Enlace entre el interior (Polonia) y el exterior (Francia, luego Gan Bretaña.) La Bestia nazi acecha. Detenciones. Horribles torturas de la Gestapo. Tiene que cortarse las venas para evitar hablar, lo que ocasionaría un desastre para la organización clandestina. Se salva in extremis. Consigue escapar de forma inverosímil. Fuerte, inteligente, sólido y lúcido. Lo observa todo, lo registra todo. Es fiel. Más allá de todo narcisismo, de todo egocentrismo. Firme y duro, sabe transmitir, relatar e informar. Enlaza. Sus informaciones son verosímiles y creibles. No falla. Ningún error. Se sabe uno más.
Pero no es uno más.
En 1942 logra entrar, de forma clandestina, en el gueto de Varsovia y en un campo de exterminio nazi. Lo que observa -con todo sus ser- está fuera de toda categoría. (Lector, pon atención, es el año 1942.) Se graba todo lo que ve y oye en lo más profundo de su ser: en su cuerpo y en su alma. Asiste, en tiempo real, a la producción de la muerte. Al exterminio de un pueblo. (Él no es judío, es católico.) Lo que observa es insoportable e indescriptible. Nadie, nunca podría haber imaginado ni en la peor de las pesadillas que alguien podría hacer a alguien lo que la Bestia nazi hace a los judíos. Sale extenuado, aterrorizado para siempre. Ha visto el infierno.
Y lo cuenta.
¿A quién lo cuenta? A quien las víctimas del infierno creado por los nazis le han pedido que lo cuente. A los gobiernos aliados y a las organizaciones judías. Sale de Polonia con una hostia consagrada colgada al pecho, lo que le lleva a desprenderse del cianuro que todo luchador antinazi porta consigo por si es detenido.
Habla: le escuchan y le creen. Todos con los que habla. Por ejemplo, el gobierno británico, por medio de su Ministro de Exteriores, el presidente de los EEUU - con el que se reúne durante 75 minutos- y las organizaciones judías. Es 1942.
Escribe un libro con toda su peripecia (1939-1944) y se publica en inglés en 1944. (Holliwood desecha hacer una película sobre la lucha -hasta la extenuación- de este hombre por transmitir lo que le han pedido que transmitiera.) En polaco no se publicará hasta 1999. Se queda a vivir en USA, donde muere en 2000. Ahora se puede leer este testimonio en castellano (El Acantilado.)
¿Se merecía un hombre así vivir, prácticamente, en el anonimato?
Es un testimonio clave.
Es imprescindible.
¿Quieres saber cómo son las cosas?
¿Quieres saber, por qué quien llega al centro de la maraña que nos oprime es conducido al silenciamiento?
Lee a Jan Karski.
Quizás no sea demasiado tarde.
Nunca debió ser ocultado por quienes sabían lo que él les hizo saber.
Resistencia antinazi:1939- 1944. Enlace entre el interior (Polonia) y el exterior (Francia, luego Gan Bretaña.) La Bestia nazi acecha. Detenciones. Horribles torturas de la Gestapo. Tiene que cortarse las venas para evitar hablar, lo que ocasionaría un desastre para la organización clandestina. Se salva in extremis. Consigue escapar de forma inverosímil. Fuerte, inteligente, sólido y lúcido. Lo observa todo, lo registra todo. Es fiel. Más allá de todo narcisismo, de todo egocentrismo. Firme y duro, sabe transmitir, relatar e informar. Enlaza. Sus informaciones son verosímiles y creibles. No falla. Ningún error. Se sabe uno más.
Pero no es uno más.
En 1942 logra entrar, de forma clandestina, en el gueto de Varsovia y en un campo de exterminio nazi. Lo que observa -con todo sus ser- está fuera de toda categoría. (Lector, pon atención, es el año 1942.) Se graba todo lo que ve y oye en lo más profundo de su ser: en su cuerpo y en su alma. Asiste, en tiempo real, a la producción de la muerte. Al exterminio de un pueblo. (Él no es judío, es católico.) Lo que observa es insoportable e indescriptible. Nadie, nunca podría haber imaginado ni en la peor de las pesadillas que alguien podría hacer a alguien lo que la Bestia nazi hace a los judíos. Sale extenuado, aterrorizado para siempre. Ha visto el infierno.
Y lo cuenta.
¿A quién lo cuenta? A quien las víctimas del infierno creado por los nazis le han pedido que lo cuente. A los gobiernos aliados y a las organizaciones judías. Sale de Polonia con una hostia consagrada colgada al pecho, lo que le lleva a desprenderse del cianuro que todo luchador antinazi porta consigo por si es detenido.
Habla: le escuchan y le creen. Todos con los que habla. Por ejemplo, el gobierno británico, por medio de su Ministro de Exteriores, el presidente de los EEUU - con el que se reúne durante 75 minutos- y las organizaciones judías. Es 1942.
Escribe un libro con toda su peripecia (1939-1944) y se publica en inglés en 1944. (Holliwood desecha hacer una película sobre la lucha -hasta la extenuación- de este hombre por transmitir lo que le han pedido que transmitiera.) En polaco no se publicará hasta 1999. Se queda a vivir en USA, donde muere en 2000. Ahora se puede leer este testimonio en castellano (El Acantilado.)
¿Se merecía un hombre así vivir, prácticamente, en el anonimato?
Es un testimonio clave.
Es imprescindible.
¿Quieres saber cómo son las cosas?
¿Quieres saber, por qué quien llega al centro de la maraña que nos oprime es conducido al silenciamiento?
Lee a Jan Karski.
Quizás no sea demasiado tarde.
Nunca debió ser ocultado por quienes sabían lo que él les hizo saber.
sábado, 19 de febrero de 2011
Miel, Semih Kaplanoglu
Silencios. Murmullos. El bosque. Los 6 años: el paso de la magia a la lógica. La superación del complejo de Edipo. (El niño juega con el anillo de casada de la madre.) El periodo de latencia. Los sueños son reales. El primer acto inmoral. Heteronomía radical. Y el primer arrepentimiento. Todo envuelto en un manto continuo de poesía. Dice el director que él practica el realismo espiritual. La naturaleza lo envuelve todo. La materia se convierte en espíritu y símbolo: el huevo, la leche, la lluvia, la luna, el fuego, la noche, los árboles. La miel se ha agotado. Y el padre se ha ido para siempre. Y en el medio de la película este poema de Rimbaud:
Sensation
Par les soirs bleus d´été, j´irai dans les sentiers,
Picoté par les blés, fouler l´herbe menue:
Rêveur, j´en sentirai la fraîcheur à mes pieds.
Je laisserai le vent baigner ma tête nue.
Je ne parlerai pas, je ne penserai rien:
Mais l´amour infini me montera dans l´âme,
Et j´irai loin, bien loin, comme un bohémien,
Par la Nature, heureux comme avec une femme.
(1870)
Sensation
Par les soirs bleus d´été, j´irai dans les sentiers,
Picoté par les blés, fouler l´herbe menue:
Rêveur, j´en sentirai la fraîcheur à mes pieds.
Je laisserai le vent baigner ma tête nue.
Je ne parlerai pas, je ne penserai rien:
Mais l´amour infini me montera dans l´âme,
Et j´irai loin, bien loin, comme un bohémien,
Par la Nature, heureux comme avec une femme.
(1870)
viernes, 4 de febrero de 2011
Teresa, Alain Cavalier
Depuración formal: eliminación de todo lo superfluo.
Expresar la santidad mediante una belleza despojada. No hay esteticismo.
Luz, sombras, color, texturas, composición, movimiento, símbolos, sonidos, rostros. Fundidos. Una sucesión de cientos de planos. Veracidad. No se dulcifica nada.
Cine: pintura en movimiento.
Cantar de los Cantares.
Noche oscura. Abandono.
Expresar el vacío, la nada, la noche, el abandono... sólo puede hacerse recurriendo a un vaciamiento de todo lo suprefluo. Belleza formal sin sobrecarga. Perfección formal suma.
(Difícil encontrar un precedente. Y un consecuente.)
Quien se entrega al Amor Pleno sólo encontrará la Noche, el abandono de lo absolutamente Otro.
El cristianismo como ateismo radical. Dios desaparece: Elí, Elí, lema sebacthani. El sepulcro vacío.
El cristianismo como última morada de los ateos. A Dios nadie lo ha visto jamás.
Sólo un cineasta ateo podía llegar a esta plenitud descarnada. A esta comprensión material del alma de una mujer enamorada.
A partir de la pura y corporal inmanenciase vislumbra algo que va más allá. Que empuja, que quema, que trastorna. Hasta enloquecer de amor por más amor.
Contradicción. Paradoja. Cruz.
Amor crucificado que resucita.
Tradución no literal del texto más amplio de Antoine de la Croix sobre Therese (1986)
Expresar la santidad mediante una belleza despojada. No hay esteticismo.
Luz, sombras, color, texturas, composición, movimiento, símbolos, sonidos, rostros. Fundidos. Una sucesión de cientos de planos. Veracidad. No se dulcifica nada.
Cine: pintura en movimiento.
Cantar de los Cantares.
Noche oscura. Abandono.
Expresar el vacío, la nada, la noche, el abandono... sólo puede hacerse recurriendo a un vaciamiento de todo lo suprefluo. Belleza formal sin sobrecarga. Perfección formal suma.
(Difícil encontrar un precedente. Y un consecuente.)
Quien se entrega al Amor Pleno sólo encontrará la Noche, el abandono de lo absolutamente Otro.
El cristianismo como ateismo radical. Dios desaparece: Elí, Elí, lema sebacthani. El sepulcro vacío.
El cristianismo como última morada de los ateos. A Dios nadie lo ha visto jamás.
Sólo un cineasta ateo podía llegar a esta plenitud descarnada. A esta comprensión material del alma de una mujer enamorada.
A partir de la pura y corporal inmanenciase vislumbra algo que va más allá. Que empuja, que quema, que trastorna. Hasta enloquecer de amor por más amor.
Contradicción. Paradoja. Cruz.
Amor crucificado que resucita.
Tradución no literal del texto más amplio de Antoine de la Croix sobre Therese (1986)
lunes, 24 de enero de 2011
Los diez grados del amor
I. El alma está enferma de amor.
Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina,
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad porque muero.
(Luis Cernuda)
II. El ama busca sin cesar.
I’m Nobody! Who are you?
Are you –Nobody- too?
Then there’s a pair of us!
Don’t tell! They’d banish us –you know!
(Emily Dickinson)
III. El alma actúa con delicadeza.
Perdóname por ir así buscándote
tan torpemente, dentro
de ti.
Perdóname el dolor, alguna vez.
Es que quiero sacar
de ti tu mejor tú.
(Pedro Salinas)
IV. El alma sufre sin angustia.
Oh riberas queridas, que disteis la vida,
¿calmáis el sufrimiento del amor?, ¿prometéis,
oh bosques de mi edad temprana, cuando vuelva,
dadme la paz de nuevo?
Porque los que nos prestan el fuego celestial,
los dioses, nos otorgan también dolor sagrado.
Por ello, acepto el mío. Soy hijo de la tierra,
nacido para amar, para sufrir.
(Holderlin)
V. El alma apatece y codicia el amor de un modo impaciente.
Gli angeli medicano le piaghe di colui che cade
e inconsciamente si fa male per amore
perché l´amore, che è la tragedia dell´uomo,
è anche la tragedia divina,
quando in un impeto de violenza
Dio ha creato non tanto l´amore
quanto la follia dell´amore.
(Alda Merini)
VI. El alma corre hacia el amor.
…Tan presente
te tengo siempre que mi cuerpo acaba
en tu cuerpo moreno por el que una
vez más me pierdo, por el que mañana
me perderé…
…Y yo te amo.
Busco despojos, busco una medalla
rota, un trofeo vivo de este tiempo
que nos quieren robar. Estás cansada
y yo te amo. Es la hora. ¿Nuestra carne
será la recompensa, la metralla
que justifique tanta lucha pura
sin vencedores ni vencidos? Calla,
que yo te amo. Es la hora. Entra ya un trémulo
albor. Nunca la luz fue tan temprana.
(Claudio Rodríguez)
VII. El alma alcanza los límites.
Ich bin du, wenn Ich Ich bin.
Más oscuro en lo oscuro, más desnudo estoy.
Tan sólo al desertar soy fiel.
Yo soy tú cuando soy yo.
(Paul Celan)
VIII. El alma se aferra, trata de asir y no suelta.
Señor, ya me arrancaste lo que yo más quería.
Oye otra vez, Dios mío, mi corazón clamar.
Tu voluntad se hizo, Señor, contra la mía.
Señor, ya estamos solos mi corazón y el mar.
(Antonio Machado)
IX. El alma arde en amor con suavidad.
Tota la meva vida es lliga a tu,
com en la nit les flames a la fosca.
(B. Rosselló- Pòrcel)
X. El alma se convierte totalmente por asimilación en amor.
¡Cuán manso y amoroso
recuerdas en mi seno
donde secretamente solo moras,
y en tu aspirar sabroso
de bien y gloria lleno
cuán delicadamente me enamoras!
Tres películas que no pudieron ser realizadas
Hay tres películas en potencia que sus autores no pudieron realizar en acto.
Dreyer, Bresson y Pasolini escribieron el guión pero no pudieron plasmarlo en una cinta: Jesús de Nazaret, Ignacio de Loyola y Pablo de Tarso.
Los guiones están publicados. ¿Alguien se atreverá con ellos?
¿Alguien duda de que nos hemos perdido tres obras de arte absolutas?
¿Alguien conoce más casos como estos?
acorral@psi.uned.es
Dreyer, Bresson y Pasolini escribieron el guión pero no pudieron plasmarlo en una cinta: Jesús de Nazaret, Ignacio de Loyola y Pablo de Tarso.
Los guiones están publicados. ¿Alguien se atreverá con ellos?
¿Alguien duda de que nos hemos perdido tres obras de arte absolutas?
¿Alguien conoce más casos como estos?
acorral@psi.uned.es
jueves, 20 de enero de 2011
Ideas para un corto
LOS DÍAS PERDIDOS
PRIMER ACTO
Estamos en invierno. Es por la mañana. P. sale de una iglesia. La cámara le coge de frente y le sigue de espaldas mientras se aleja. Se le ve alejarse por una calle larga y recta. Al final se adivina un parque. Se pierde su figura en la lejanía.
Corte.
Entra en un Vips. Le vemos de espaldas. Va a la sección de prensa. Coge y lee de pie un periódico detrás de otro. Hasta tres. La cámara recoge tres temas: 1. Calentamiento global y cambio climático. 2. Terrorismo islámico y 3. Descubrimiento de nuevas galaxias. Deja los periódicos y sale de la tienda.
Corte.
Entra en una sala de exposiciones. Pintura y escultura contemporáneas. Se detiene en las distintas obras. La cámara le sigue: le ve mirar. Le ofrecen el catálogo. Lo coge. Da las gracias. Vuelve a dar otra vuelta y contempla alguna en particular. La cámara le sigue. Se despide de la encargada. Buenos días.
Corte.
Entra en una librería. Se dirige a la sección de filosofía. Hojea varios libros. La cámara se fija en tres: 1. Los diarios de Leon Bloy. 2. Las razones del amor de Kierkegaard y 3. El hombre eterno de Chesterton. Una voz en off lee tres breves fragmentos de cada uno de ellos elegidos al azar. No compra ninguno.
Corte.
Entra en un parque. La cámara filma lo que P. ve. Aunque es invierno hay un árbol –un castaño de indias- que tiene hojas verdes y está en floración. Sucesivos fotogramas cerca de: 1. Cedro (Fundido.) 2. Pino (Fundido.) 3. Acacia de las tres espinas (Fundido.) 4. Álamo (Fundido.) 5. Almez. (Fundido.) 6. Ailanto. (Fundido.) 7. Olmo (Fundido.) 8. Sófora (Fundido.) 9. Roble (Fundido.) y 10. Plátano (Fundido.)
Entra en una tienda de vídeos. Coge y compra: 1. Le diable probablement de Robert Bresson y 2. Sacrificio de Tarkovski.
Corte.
En la filmoteca saca una entrada para ver una película de Manoel de Oliveira: A Divina Comédia. Entra en el cine con luz. Sale del cine. Es de noche.
Corte.
Va a un concierto de música contemporánea en el Auditorio del Museo Reina Sofía. No compra la entrada pues la entrada es libre. Música muy experimental. Sale y coge un autobús.
Corte.
Se le vuelve a ver entrar en la misma Iglesia. La cámara le sigue. Se queda fija. P. se sienta en un banco. Comienza a meditar. Se nota que también reza en silencio. Saca una libreta del bolsillo del abrigo. Apunta algo. Sale de la iglesia. Se va andando calle abajo.
Llega a su casa. Hay alguien.
ACTO SEGUNDO
Hay una mujer embarazada que está delante de la pantalla del ordenador.
LUCÍA: ¡Hola!
PABLO: ¡Hola! ¿Qué tal? No te esperaba tan pronto.
LUCÍA: Se me ha dado bien. Y me he podido venir antes. Hace tres horas que he llegado. ¿Tú qué tal? ¿Qué has hecho?
PABLO: Nada de particular. Haciendo tiempo. Para allá y para acá. Nada. Nada de particular.
Todas las canciones hablan de mi... o de ti
Jonás Trueba.
Película poética, nocturna pero luminosa, algo meláncólica.
Muy apropiada para psicoanalistas. Hay muchos actos fallidos y lapsus.
Contra la ideología del desamor.
Búsqueda de una identidad propia. Lucha contra padre y tío. Madre y abuela latentes, no visibles.
Exceso de donjuanismo.
Pero búsqueda sincera del amor, no de una pareja y menos de una pareja convencional (matrimonio). Mundo espiritual muy rico y profundo pero reprimido y negado. La Biblia es un libro importante pero es mejor que las casas tapen la Catedral.
Localizaciones y lugares preciosos. Se guarda la lógica "geográfica". El espectador puede reconocerlos si quiere.
Dificultad para trascender el yo, el propio punto de vista, la propia prespectiva. Pero deseo sincero de dirigirse al tu.
Citas poéticas elegidas con mucho gusto.
Hay tesoros escondidos en esta primera obra.
Hay mucho amor.
Mucho Cantar de los Cantares replegado a la espera de su despliegue definitivo.
Si Jonás logra zafarse de la alargada sombra paternomasculina (convencional y limitadora) y deja emerger la luz del eterno femenino hará obras de arte, llenas de poesía.
Sólo por el monólogo -diálogo- final merece la pena verla.
Antonio Corral
Película poética, nocturna pero luminosa, algo meláncólica.
Muy apropiada para psicoanalistas. Hay muchos actos fallidos y lapsus.
Contra la ideología del desamor.
Búsqueda de una identidad propia. Lucha contra padre y tío. Madre y abuela latentes, no visibles.
Exceso de donjuanismo.
Pero búsqueda sincera del amor, no de una pareja y menos de una pareja convencional (matrimonio). Mundo espiritual muy rico y profundo pero reprimido y negado. La Biblia es un libro importante pero es mejor que las casas tapen la Catedral.
Localizaciones y lugares preciosos. Se guarda la lógica "geográfica". El espectador puede reconocerlos si quiere.
Dificultad para trascender el yo, el propio punto de vista, la propia prespectiva. Pero deseo sincero de dirigirse al tu.
Citas poéticas elegidas con mucho gusto.
Hay tesoros escondidos en esta primera obra.
Hay mucho amor.
Mucho Cantar de los Cantares replegado a la espera de su despliegue definitivo.
Si Jonás logra zafarse de la alargada sombra paternomasculina (convencional y limitadora) y deja emerger la luz del eterno femenino hará obras de arte, llenas de poesía.
Sólo por el monólogo -diálogo- final merece la pena verla.
Antonio Corral
miércoles, 19 de enero de 2011
Habitar tu rastro
Después de ti
no hay nostalgia
sino
el deseo de llenar de amor,
el vacío purísimo
que has dejado al irte.
Habitar tu rastro
después ti.
Íñigo Toledano.
(Poeta sefardita de la segunda mitad del siglo XX.)
no hay nostalgia
sino
el deseo de llenar de amor,
el vacío purísimo
que has dejado al irte.
Habitar tu rastro
después ti.
Íñigo Toledano.
(Poeta sefardita de la segunda mitad del siglo XX.)
martes, 18 de enero de 2011
Dos películas cristianas
Cartas al Padre Jacob y De dioses y hombres.
El cristianismo no es propiamente una religión. Es la liberación de toda religión. El cristianismo parece estar a punto de desaparecer de Europa. Sin religión se puede vivir. Pero no se puede vivir sin belleza (en cualquiera de sus formas) y sin amor (desde el amor erótico hasta la bondad compasiva). El cristianismo es la expresión histórica de lo esencial de la vida humana: la belleza y el amor. (El problema de la verdad lo dejamos de momento aparte.)
Estas dos películas son cristianas porque salvan lo esencial sin lo que no podríamos vivir: la belleza y el amor. Son como un grito de socorro en medio de la tempestad final. Y hay gente que escucha ese grito. En las dos se habla del amor extremo: puro, auténtico, genuino. Sin masoquismo ni resentimiento. Sin subterfugios, sin fariseismo. Sin reservas ni manipulación. Es preferible sufrir la injusticia antes que cometerla. Desde el punto de vista de la psicología del desarrollo humano habría 6 niveles o etapas de desarrollo moral, religioso o espiritual. El último nivel -el 6º- es el nivel postconvencional. (Ver Kohlberg.) Bueno pues en estas películas se muestra el nivel 7. El que está más allá del bien y del mal. El nivel extramoral anunciado por Nietzsche (Ver Ecce homo y El Anticristo.) El estadio final del amor encarnado, real, material, concreto, cotidiano y, por tanto, crucificado. Cuando se alcanza ese nivel, lo humano deviene divino o lo divino deviene humano. La coincidencia de los opuestos (Ver Nicolás de Cusa.) Lo mejor del cristianismo emerge aquí. Lo que tenemos que salvar o estaremos condenados a vivir en tinieblas (Leer The Road, Corman McCarthy.)
Antonio Corral Íñigo
El cristianismo no es propiamente una religión. Es la liberación de toda religión. El cristianismo parece estar a punto de desaparecer de Europa. Sin religión se puede vivir. Pero no se puede vivir sin belleza (en cualquiera de sus formas) y sin amor (desde el amor erótico hasta la bondad compasiva). El cristianismo es la expresión histórica de lo esencial de la vida humana: la belleza y el amor. (El problema de la verdad lo dejamos de momento aparte.)
Estas dos películas son cristianas porque salvan lo esencial sin lo que no podríamos vivir: la belleza y el amor. Son como un grito de socorro en medio de la tempestad final. Y hay gente que escucha ese grito. En las dos se habla del amor extremo: puro, auténtico, genuino. Sin masoquismo ni resentimiento. Sin subterfugios, sin fariseismo. Sin reservas ni manipulación. Es preferible sufrir la injusticia antes que cometerla. Desde el punto de vista de la psicología del desarrollo humano habría 6 niveles o etapas de desarrollo moral, religioso o espiritual. El último nivel -el 6º- es el nivel postconvencional. (Ver Kohlberg.) Bueno pues en estas películas se muestra el nivel 7. El que está más allá del bien y del mal. El nivel extramoral anunciado por Nietzsche (Ver Ecce homo y El Anticristo.) El estadio final del amor encarnado, real, material, concreto, cotidiano y, por tanto, crucificado. Cuando se alcanza ese nivel, lo humano deviene divino o lo divino deviene humano. La coincidencia de los opuestos (Ver Nicolás de Cusa.) Lo mejor del cristianismo emerge aquí. Lo que tenemos que salvar o estaremos condenados a vivir en tinieblas (Leer The Road, Corman McCarthy.)
Antonio Corral Íñigo
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