martes, 23 de abril de 2013

En las matemáticas hay muchas sorpresas



En las matemáticas hay grandes sorpresas.

¿Es tan exacta la matemática como se piensa? 
Si por exacto entendemos: unívoco, definido, libre de ambigüedad, completo, más bien no. La exactitud de las matemáticas consiste en que define con toda exactitud y precisión todas sus inexactitudes e imprecisiones. Las acepta, las asume y crece sin parar. Conoce sus límites tanto como sus posibilidades. No le teme  a sus límites. Sus límites no la limitan de un modo absoluto. En su lugar, se sirve de ellos para avanzar.
Veamos algunos ejemplos.

0,9999… = 1.
En realidad, 0,9999… y 1, son dos formas distintas de representar el mismo número. Lo mismo ocurriría también, por ejemplo, con 1,99999 = 2. Esto viola muchas de las convenciones de la mente natural. De hecho, aun siendo capaz de entender la demostración, muchas personas no terminan de aceptar con todas sus consecuencias la estricta igualdad de ambas representaciones.

1-1+1-1+1-1… podría ser tanto 0, 1 como 1/2. Y eso no puede ser.

¿Es tan previsible la matemática como se piensa?
He aquí algunos ejemplos.

La ley de los números anómalos de Benford establece que el 1 como primer dígito tiene una probabilidad de aparecer –en una gran cantidad de situaciones estadísticas- mayor que los demás números excluido el 0. Esto es algo enormemente contraintuitivo. De hecho, el descubrimiento de la ley de ocurrencia (log (n+1) – log (n)) de los distintos dígitos surgió de forma puramente casual. Se acepta porque se comprueba una y otra vez su corrección.

También resultó una sorpresa de carácter histórico la posibilidad de construir -por parte de Gödel (1931)- sentencias formalmente indecidibles en Principia Mathematica (Rusell y Whitehead) y sistemas afines. Resultaba que había fórmulas matemáticas que predicaban de sí mismas su propia indemostrabilidad, y, no obstante, eran verdaderas.

Doron Witztum, Eliyahu Rips y Yoav Rosenberg (Statiscal Science, 1994) demostraron que: “when the Book of Genesis is written as two-dimensional arrays, equidistant letter sequences spelling words with related meaning often appear in close proximity… the effect is significant at the level of 0.00002”.

Deberíamos cambiar nuestro modo de aproximarnos a ella así como al modo de transmitirla a las nuevas generaciones.

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