jueves, 11 de abril de 2013

Tres películas

Barbara de Christian Petzold (2012). Mal comparada con La vida de lo otros. Barbara no es maniquea. No presenta la contraposición entre occidente (capitalista) y comunista de forma simple, esto es, entre el bien absoluto, por un lado,  y el mal absoluto, por otro. Es muy sutil. El guión es muy ponderado y equilibrado. Y, si bien, queda claro que el comunismo es una cárcel insufrible, también queda claro que el capitalismo no es el paraíso terrenal. El único paraíso es el amor, el encuentro amoroso entre dos seres, que si -por un momento- se miran, se abrazan y se tienen, después de ese fragor, más fuerte que la muerte, se volverán a encontrar ya en la salida, allí donde falta el amor.

Searching for sugar man de Malik Bendjelloul (2012). Es la historia verídica de un hombre único. La demostración de que se puede ser feliz siendo pobre y desconocido, músico y poeta, artista total, en el más absoluto anonimato aun mereciendo el éxito, la fama y la riqueza. Rodriguez está más allá de todo deseo alienante. Probablemente, uno de los 36 seres que en cada generación nos salvan del desastre final.

Blue valentine de Derek Cianfrance (2010). Brutal relato de la degeneración del amor. Genuina, sincera, pensada, apasionada, auténtica. Ryan Gosling y Michelle Williams, insuperables. Es el amor quien nos elige. Es el amor quien nos destruye. Nosotros no elegimos ni la salvación ni la destrucción. Estamos a la intemperie. Pero como el último Heidegger confesó antes de su muerte: sólo un dios puede salvarnos.

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