El sistema político de 1978 es una metamorfosis del sistema político de Franco que también sufrió metamorfosis severas. Lo único que no cambió es su catolicismo.
(Pero es que el catolicismo sufrió una metamorfosis causada por el CVII. El régimen hubo de adaptarse, por tanto, al cambio sufrido por el catolicismo romano tras ese concilio.)
El hecho de ser -el de Franco- un régimen católico que seguía fielmente la doctrina del catolicismo en materia de moral y de costumbres implicaba:
No divorcio
No aborto
No matrimonio homosexual
Y sí promoción del matrimonio y de la procreación.
Desde que se muere Franco y se instala en la Jefatura del Estado Juan Carlos se produce sin prisa (aunque con Prisa) pero sin pausa un cambio legislativo radical para permitir el divorcio (cambio promovido por los franquistas reformistas), el aborto, el matrimonio homosexual (promovidos ambos por los socialistas), lo que ha conducido a una crisis demográfica brutal. Nacen la mitad de los niños que tenían que nacer. No solo por los abortos producidos sino también por la política antinatalista y la promoción de todos los métodos anticonceptivos habidos y por haber.
Este cambio ha causado una apostasía generalizada en el pueblo español. Es decir, un abandono progresivo, observado tanto en la fe como en las obras, de las enseñanzas evangélicas. Si hay algo que el Evangelio deja claro es el repudio de Nuestro Señor al divorcio.
Mi tesis: el divorcio es la piedra angular de toda apostasía. Sin divorcio no habría habido apostasía. Ni tampoco un cambio radical en las costumbres morales del pueblo español, que funciona ahora como pagano, aunque no es lo mismo ser pagano que apóstata. Es el divorcio el que abre la puerta a todo lo demás.
Tesis complementaria: España no puede ser ni vivir si no es católica. Si deja de ser católica muere indefectiblemente.
Una cosa es la causa de la enfermedad: la apostasía, y, otra cosa, son los síntomas o las consecuencias: terrorismo, separatismos, corrupción generalizada, partitocracia, pérdida de soberanía y entrega absoluta acrítica a la aventura europea y todo lo que esta conlleva.
Esa enfermedad (el abandono de la fe y de las obras por efecto de la apostasía) lleva a la muerte irreversible de la Patria otrora católica.
Por eso, según mis tesis, esto no lo pueden resolver los partidos políticos porque todos son iguales y sería mejor suprimirlos.
A la mitad del pueblo español le molestan muchísimo los síntomas o las consecuencias, pero no quiere saber nada de la Causa única, radical y profunda.
Un país católico que se vuelve pagano (sin persecución) es un caso muy raro en la historia y esa rareza no augura nada bueno.
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