miércoles, 16 de julio de 2025

Sucesos de probabilidad cero. A priori.

 1. Acuarela de Goethe contemplada en Madrid en una exposición. Tema: vista de Roma. 

De pronto, tiempo después, paseando por un cierto Parque romano que me gusta mucho, en las afueras, atisbo el sitio preciso desde el que Goethe la pintara. Un lugar muy escondido y nada obvio. El hallazgo fue súbito. Trescientos años después el mismo sitio, la misma perspectiva. Y yo, prima facie, no tengo nada que ver con Goethe. Pero ¿realmente no tengo nada que ver con él?

2. Yo no sabía que el 16 de octubre de 1943 había sido un día trágico para la comunidad judía romana. 64 años después, otro 16 de octubre, paseando por una vía significativa relacionada con ese horror, solo, ya noche cerrada, volviendo a casa, levanto la vista y veo la placa conmemorativa colocada en lo alto del muro que limita la vía. ¿Por qué pasé por allí ese día?

3. Hace más de cincuenta años mi madre se trajo agua de la fuente de Lourdes. Esa agua ha pasado por varias vicisitudes: por lo menos tres traslados de casa. Sigue intacta: transparente, pura y bendita. Y su sola presencia tiene propiedades curativas.

4. Nunca tengo ni he tenido sueños premonitorios. Sin embargo, una vez soñé con el Malecón de La Habana que nunca había visto. Tiempo después, con ocasión de una visita obligada a Cuba, paseando por el Malecón pude constatar la enorme semejanza de la imagen soñada con la real.

5. Cuando tenía 15 años fui en barco desde Valencia a Palma. Durante la noche serena y clara de luna llena conocí a otra pasajera de mi misma edad o un año menos: María de los Llanos. De Albacete. Nunca más la volví a ver. Muchos años después asistí a una actuación del Nuevo Mester de Juglaría. Y allí en el escenario, para mi sorpresa, estaba ella. Me acerqué a saludar y Llanos también se acordaba de nuestro encuentro en el mar. 

6. Una noche en Cuzco entré en un establecimiento para tomar algo en la barra. A mi lado estaba una mujer que guardaba un enorme parecido con nuestra amiga Gloria de Madrid. Me arriesgué a resultar patético y le dije: sé qué día has nacido. Efectivamente, había nacido el mismo día y mes que Gloria. Del año no me acuerdo.

7. Fui al cine a ver Volver (2006). Entré a oscuras. Para mi sorpresa me pareció ver entre los extras de la película a una antigua compañera (A. M.) ¡Qué raro, pensé! Al terminar la película me encontré al marido de A.M. en la salida que, por cierto, había sido mi profesor de filosofía antes de la universidad. Hacía muchos años que no le veía. Le digo: Hola Pedro, ya he reconocido a A. en la película. Me dijo, bastante molesto, que A. no había actuado en la película. Al poco apareció A. ¡Ella no estaba en la película, pero sí estaba en la sala!

8. Una tarde de invierno, solo en Ávila, cierta persona -conocida accidentalmente- me recomendó que visitara el Monasterio de San José. La sensación de presencia real (Presencias reales, George Steiner) de Teresa se me impuso de una forma poderosa. (Nunca antes y nunca después.) (Adenda: Una tarde en Sevilla, paseando con dos compañeras de trabajo, me encontré con George Steiner y su esposa. Me acerqué a saludarlo. Se extrañó de que alguien desconocido, a su vez, le reconociera. No le cabía en la cabeza.)

9. Uxio Novoneira no era muy conocido en Madrid en los años ochenta. Yo sí le conocía por un compañero gallego al que le encantaba el siguiente verso de Uxío: De tanto calar xa falo eu solo.

Pues bien, una noche, ya era tarde, mientras me llevaban a casa, en la Gan Vía (yo no conducía) vi a Uxio andando por la acera. Pedí al conductor que frenara un poco para que me diera tiempo a llamar a Uxio por su nombre y decirle lo que llevaba años queriendo decirle: ¡Uxio, de tanto falar xa falo eu solo! Y el coche siguió el rastro nocturno de las almas anhelantes. Sí me dio tiempo a ver la expresión de su rostro. La de cuando te pasa algo que a priori tiene probabilidad cero de suceder. Algo real e imposible al mismo tiempo.

 




lunes, 14 de julio de 2025

La X que explica a Pedro Sánchez

Me voy a guiar por ciertos principios para explicar el hecho imposible de la permanencia de PS en la Moncloa y en el psoe.

•Cuando se ha descartado lo imposible lo que queda por improbable que parezca es la verdad.

•Lo más obvio es lo que más cuesta ver.

•Los hechos no explican los hechos.

•La importancia de las variables latentes u ocultas o no medibles para explicar lo observable.

Descartado el hecho de que alguien con la mochila que acarrea a sus espaldas pueda mantenerse en la Moncloa sin que, aparentemente, sea posible echarlo solo puede explicarse-por improbable que resulte- por la existencia de un Factor X.

X consintió, permitió o, directamente, lo colocó en el 2023 por la situación geopolítica mundial. El globalismo y sus agentes (Biden, Francisco, etc.) dominaban la escena internacional: epidemias, vacunas, guerra de Ucrania, intento de desmembración de Rusia, climatismo, ideología de género y todo lo demás.

(Probablemente la coalición de X no obtuvo 176 diputados. Puede que en Cataluña manipularan los resultados, con la anuencia de los separatistas claro está, para impedir un gobierno del PP y Vox. Esto, la coalición perdedora lo sabe. Pero X manda mucho.)

De X depende el ministerio del Interior y el ministerio de Defensa como mínimo. No sé si el ministerio de Justicia también. O sea, Marlaska y Robles. (No sé si Bolaños.) También dependen de X el tándem Borrell- Narbona. 

Espinosa de los Monteros y Olona puede que cayeran cuando Vox descubrió que eran agentes de X. 

Gamarra en el PP también trabaja para X. 

Hay un periodista clave en esta trama que ejerce como estratega. 

Y a Pumpido, por improbable que parezca, también lo controlaría X.

Por ejemplo, el cambio de PS con el Sáhara a favor de Marruecos se lo impuso X. 

Ahora llega el momento en el que X se lo quiere quitar de encima. Principalmente, por el triunfo -inesperado- para X de DT y por el cambio de Papa. Ha cambiado la escena internacional y PS ya no sirve.

Donde todo parece absurdo, carente de sentido, arbitrario, etc., la existencia del Factor X lo puede aclarar todo. PS es una marioneta de X.

Tengo mi hipótesis de quién es X. 

A ti también lector te será fácil llegar a esa misma hipótesis: a buen entendedor pocas palabras bastan.


sábado, 12 de julio de 2025

Secretos del pájaro solitario

La pregunta clave es por qué hay algo y no nada.

Todas las demás preguntas proceden de ésta.

Hay una realidad no sujeta a cambio, inmutable, eterna. Que procede de sí misma. No tiene existencia porque no cambia. Siempre es igual a sí misma. Propiamente no tiene nombre. La realidad primordial. El vacío. La nada fecunda. La fuente que mana y corre. El silencio. Lo místico.

El cosmos está sujeto a cambio, no procede de sí mismo. Es un continuo dar de sí mismo. No es eterno sino perpetuo. Procede o está fundamentado en la realidad primordial. Siempre ha existido en alguna forma. No tiene origen, no comienza. Está sometido a un continuo cambio.

Las religiones son las creaciones humanas más grandiosas. Cumplen la función de habérselas con la existencia cósmica y con la realidad primordial. El concepto religión verdadera no tiene sentido. No hay una religión primordial. Lo constitutivo es la religiosidad. (Como tampoco hay una lengua verdadera sino múltiples lenguas. No hay una lengua primordial sino la capacidad de hablar.)

El místico es aquel que puede conectar, sin intermediación, con la realidad primordial. (Nada que ver con el luteranismo que es subjetivo y conduce a un relativismo estéril. Salvo que el luterano sea, claro está, místico.)

Pretender demostrar la existencia de la realidad primordial no tiene sentido. Primero porque no tiene existencia. Segundo porque lo que es secundario no puede comprehender lo que es “primario”. Tercero, porque lo que da lugar a la existencia está más allá de ella. Cuarto, porque la mente humana es irremediablemente incompleta. Es proclive al error. No se contiene a sí misma. No se fundamenta en ella misma. Cualquier avance en el conocimiento que logre -en cualquier campo- conlleva indefectiblemente la aparición de nuevas ignorancias. 

Probablemente tiempo y espacio sean categorías ilusorias pero necesarias para orientarnos en la existencia.

Todo esto es obvio después de los dos teoremas de Gödel. Los más tascendentales de los últimos siglos y, por tanto, los más ¨ninguneados¨.

Los pensadores contemporáneos persisten, como digo, en ignorarlos. 

La consecuencia principal del primer teorema es que hay proposiciones verdaderas no demostrables precisamente porque no son demostrables. 

Y el segundo, que ningún sistema complejo puede demostrar su propia consistencia: tiene que recurrir a uno de superior poder explicativo que lo contiene y, así, sucesivamente.

Por tanto, no puede no darse la realidad primordial.

El místico primordial es Jesús resucitado de entre los muertos. Y este es el gran misterio inconcebible.

Cuando me preguntan y esto de dónde te lo sacas, quién de lo ha dicho, cómo lo sabes.

La respuesta es: me lo ha dicho un pajarito.

¿Qué pajarito?

El pájaro solitario.




jueves, 3 de julio de 2025

Memorias de un niño del arrabal madrileño

Nací en una casa del arrabal madrileño sin agua corriente, pero de día. (Con velas la cosa podría haber sido peor.) Las necesidades se hacían en la cuadra. 

Atendió a mi madre una experta que pasaba por allí a esa hora. Mi padre, se había quitado de en medio porque, al parecer, la sangre le producía un mareo súbito. (Era cierto.) Aunque mi madre decía que era placer de puerta ajena. El alegó, en su descargo, que había tenido que ir a testificar en un juzgado. (También era verdad.)

En ese barrio, desconectado por entonces del resto de la capital, te podían abrir una brecha en la cabeza, si bajabas a jugar a la calle, por las buenas o por las malas.

A los dos años nos trasladamos a una nueva casa de vecinos. Cinco viviendas por pasillo o corredor. Dos alturas. Decir que las paredes eran de papel sería un eufemismo. Pero había agua corriente y wáter. Ni agua caliente ni modo de calentarse salvo por una cocina que se alimentaba con carbonilla. Una de mis tareas era ir a la carbonería cercana y traer varios cubos de la citada carbonilla. Mi abuela la administraba. La leña para iniciar el fuego la cortaba ella misma con un hacha en la propia calle. (Esa hacha lo utilizaba para cortar las nubes de tormenta que podían ser peligrosas.)

Quién decidió que durante mis tres o cuatro años yo durmiera con mi abuela, todavía no lo he averiguado. De ese modo pude contemplar cada noche los ritos de vestirse y desvestirse de las mujeres del pueblo del siglo XVIII y XIX. (Creo que venía de una familia gitana.)

Mucha calle y muchos juegos. Se vivía peligrosamente.

Eran muy desagradables las peleas tabernarias entre varones y las discordias entre mujeres que podían acabar tirándose de los pelos, incluso, y sin ir muy lejos. A mi ese espectáculo me desagradaba profundamente.

Pero era peor la compañía de unos traperos que estaban aposentados en un descampado, allí enfrente, donde convivían con todo tipo de animales, guarrería, estiércol y unas repugnantes moscas en verano.

También había una vaquería en el barrio. Si no podía venir la propia lechera me mandaban a por leche con la correspondiente lechera de aluminio. 

En el verano se distribuían a diario unas barras de hielo que yo tenía que ir a comprar provisto de una bolsa de tela dura -no impermeable- que nos permitía enfriar los alimentos en barreños.

Habréis comprendido enseguida que el niño arrabalero fundamentalmente era un recadero. Sí me gustaba ir a los ultramarinos a por una docena de huevos -y ten cuidado no se casquen- porque el señor Jaime siempre los miraba al trasluz de su bombilla mágica. No sé por qué. ¿Sería por si había dos yemas?

Otro vendedor peculiar era el de las botellas de petróleo que almacenaba en su casa con grave peligro de explosión en la barriada. Yo las transportaba con sumo cuidado. El petróleo alimentaba un infiernillo que mi madre utilizaba para no tener que encender siempre la lumbre de carbonilla.

Pero si cambiaba el arrabal por el pintoresco pueblo de La Alcarria de donde procedían todos mis antepasados la cosa no cambiaba mucho: ni agua corriente, una cuadra para hacer las llamadas necesidades y candil por las noches. Pero eso era otra cosa: la leche de cabra, la miel, el pan hecho en el horno común, los dulces, el lavadero y el aire de La Alcarria. Y lo más importante, la intuición que siempre tuvo el niño de que procedíamos de sefarditas. Eso nunca se me ocurrió decírselo a nadie. Ni siquiera a mi confesor infantil.

Pero volvamos al arrabal.

El principal problema del niño arrabalero era ser el benjamín de los hermanos porque los mayores abusaban descaradamente de su posición. Por cada recado que ellos hacían tú hacías cinco o diez veces más.

La golfería era cosa de los billares. ¡Qué ambiente! A mí me daban miedo.

Una cosa muy frecuente en el niño del arrabal era el fumeque. Comprábamos los cigarrillos a la pipera de la esquina por unidades: celtas cortos, celtas largos, bisonte (rubio) y así.

En el barrio había un cine (el Generalife). Mejor no ir solo, pero si ibas solo mejor no ir a mear. Allí ví una noche El hombre que mató a Liberty Valance. En mi memoria están almacenadas -aparte y de modo permanente- varias secuencias de esta joya. O sea, las que vi entonces. Y, en otra parte, las secuencias que he visto mucho tiempo después.

Prefería el parque cercano para jugar con mis animales preferidos: hormigas, saltamontes, mariquitas, mariposas, alacranes, lagartos, lagartijas y salamanquesas, pajaritos, avispas y moscas. Me gustaba fabricar jaulas con tapones de corcho y alfileres por barrotes y estudiar el comportamiento de las moscas encarceladas.

Visitas al médico, al dentista o similares pocas. Si acaso a Pedro el practicante por alguna inyección obligada. Amigdalitis y fiebre muchas veces. Nada serio.

Entre los vecinos había una especie de intercambio no declarado: un trueque económico en realidad. Por ejemplo, mi padre había instalado un teléfono y como ninguno de los otros 14 vecinos lo tenían, una de mis misiones era la de avisarlos cuando les llamaban. Aquí no se respetaban cenas ni comidas. Pero como algún otro tenía televisión podíamos ir, a cambio, a ver las corridas, los partidos y las distintas proclamaciones del momento histórico de que se tratara: coronaciones, exaltaciones o simplemente bodas principescas.

Había de todo: mi vecino preferido era el señor Tomás: cabo de la policial municipal. Todas las tardes mi padre y él arreglaban todos los problemas causados por el tráfico de la gran ciudad, con críticas muy severas a la incompetencia o dejadez de las autoridades competentes. Aunque lo mejor del señor Tomás eran sus guapísimas y encantadoras hijas a las que yo admiraba y con las que no me atrevía intercambiar palabra alguna. Tenían ya novios formales.

Un tema espinoso para tratar aquí es el asunto de los inquilinos de mi abuela. Resulta que vivíamos puerta con puerta. Y ella alquilaba la cocina, el baño y una habitación, ella se quedaba con la otra, a matrimonios con o sin hijos. Y la cosa siempre acababa mal. Otra de mis misiones de bien mandado era dar conversación a los inquilinos. El primero matrimonio estaba bien porque el marido era muy pajarero y coleccionaba pajaritos en sus jaulas que me enseñaba a cuidar y alimentar. Todavía recuerdo su nombre y su labio partido: el señor Gregorio.

Antes de que se abrieran los clubs vecinales o parroquiales con televisión y que las tascas del barrio instalaran los nuevos televisores yo ya sabía lo que era una televisión. Los Padres, siempre adelantándose a su tiempo, disponían de un prototipo de televisor muy distinto a los que luego se comercializarían. Así, en el año 1960 pude ver --en petit comité-- un Peñarol de Montevideo - Real Madrid de la Copa Intercontinental en directo.

También había cine todas las semanas en el salón de actos de las Escuelas parroquiales. 

Me enteré -en secreto- que la horrible parálisis en las extremidades inferiores que exhibía el operador de cámara se la había producido el invierno ruso. Al parecer, se había alistado en la División Azul. ¿Se le habían congelado las piernas?

Lo bueno para mí era el NODO. Los reportajes del NODO de tipo internacional eran mis favoritos.

El niño arrabalero no por serlo deja de interesarse por la marcha de los asuntos mundiales. Yo, en particular, siempre fui muy geopolítico. 

Desde los 6 años sabía de las andanzas de Fidel, Kruchev, Juan XXIII, la crisis de los misiles, el Ché, el Gadafi y, mi ídolo, Patricio Lumumba, asesinado por la CIA en 1961. Es que mi padre, también muy atento al desarrollo africano como yo, me había traído un autógrafo de Patricio allá por el año 1960. ¿Pasó por Madrid ese año? 

A Franco le gustaban mucho los patriotas tipo Castro, Ho Chi Minh, el Ché (el último partisano según Carl Schmitt), Lumumba y similares. A mí también. 

Lo de Kennedy me dolió mucho. Le tenía mucha admiración tanto a él como a Jacqueline.

Con respecto a mi escolarización, a los 4 años con las Hermanitas de los pobres. Muy buenas y dulces. A los 6 años pasé a las escuelas parroquiales. El primer año con Don Fidel, el segundo con Don Manuel, el tercero con Don Hilario y el cuarto con Don Juan. Todos con traje y corbata. El mejor Don Manuel. Nos daba solfeo y me enseñó a tocar la guitarra. De ese modo pasé a formar parte de la rondalla del colegio con muchas y memorables actuaciones, por ejemplo, en Radio Madrid y el Círculo Catalán. A partir de entonces mi simpatía por el catalán y por lo catalán se instaló para siempre en mi alma.

A este respecto quiero contar una sincronicidad madrileño-barcelonesa asombrosa. Yo residía en la calle Diagonal, número 3 de Madrid. Un día llegó a mi nombre un giro postal con cierta cantidad de dinero. Quedamos extrañados pues no esperábamos dinero alguno. ¿A qué o a quién se debía el regalo? Resultó que en la calle Diagonal de Barcelona, mismo número, vivía una persona que se llamaba exactamente como yo. Y el dinero era para él. Pero claro, una cosa es la calle Diagonal de un arrabal y otra es la Diagonal de Barcelona.

Don Manuel me enseñó lo principal que te tienen que enseñar a los 6 años. A afinar una guitarra. El utilizaba un pito en La, que yo conservo. Hay que sintonizar la quinta en La y luego todo lo demás viene por añadidura. El niño arrabalero nunca olvidará a Don Manuel ni a su hijo Manolín, aunque este era muy extremista en todo.


Estoy hablando de una época que abarca desde 1953 a 1967. Luego el barrio conoció el desarrollo económico general. En su caso, el antiguo complejo parroquial fue derribado y construido en su lugar uno nuevo en consonancia con los nuevos tiempos.

Ya nada fue igual de inverosímil.


miércoles, 2 de julio de 2025

Recuerdos de un monaguillo preconciliar

Me ofrecí como monaguillo preconciliar a la tierna edad de los 6 años. Los Padres me miraron con extrañeza, pero me dieron la tarjeta de cartón coloreada para que me aprendiera de memoria las locuciones latinas que el monaguillo debía responder a las propias del sacerdote durante los distintos oficios.

Los Padres son los de la Compañía. Ojo: sotana negra y tonsura.

La barriada, una del arrabal madrileño donde no llegaba el metro. Mucha pobreza. La iglesia neomudéjar, ya derribada. Estamos en 1959.

Ya os habréis dado cuenta de que yo era un niño precoz. Digamos de atención plena.

Las sotanas negras siempre me provocaron fobia. Pero el simbolismo de la Misa me atraía instintivamente.

Todo empezaba en la sacristía. El sacerdote ayudado por el monaguillo se revestía en un silencio riguroso, expectante y sublime porque ambos creíamos que íbamos a asistir a un sacrificio eterno ofrecido desde hace varios milenios.

Amito, alba, cíngulo, manípulo, estola y casulla. Esto quien mejor lo explica y lo entiende es Marcel Proust en un ensayo prodigioso.

(Los cambios litúrgicos del CVII no tienen perdón de Dios.)

Además de la Misa que era lo principal, estaban los bautizos, las bodas y los funerales. 

Los funerales iban con catafalco, telas y candelabros según fueran de primera o de segunda. Alguna vez cometí un error imperdonable: el Padre que tocara (así hablábamos entre nosotros: a ti quién te ha tocado, porque había una jerarquía de preferencias para ayudar a Misa) nos asesoraba para que diéramos la enhorabuena a los padrinos (en las bodas) y el más sentido pésame a los familiares (en los funerales.) Por lo de las propinas. Pero a los 7 años uno no llega a entender esa sutil diferencia. Y podía dar, indistintamente, el pésame a los padrinos de la boda y la enhorabuena a los familiares del finado.

Y, muy importante, el acompañamiento al Padre cuando tenía que ir a impartir las últimas bendiciones a un moribundo o a un muerto. 

Me acuerdo de mi primer muerto. Cuando llegamos el finado tenía atado un pañuelo blanco en la cabeza pues no se le había cerrado totalmente la boca. Como lo que yo veía en los tebeos.

El caso es que yo era suplente, pero como el titular desde que fue expuesto a una experiencia semejante era incapaz de comer carne probaron conmigo. Pasé la prueba.

Los padres eran muy buenos y comprensivos. Como era incapaz de aprenderme todas las oraciones, fórmulas y locuciones latinas mi estrategia era hablar bajito para que no se me notara. Una vez el Padre más simpático, popular y divertido paró la celebración y me dijo: Si no te lo sabes pues no te lo sabes, pero habla alto porque si no no sé cuándo tengo que seguir. Yo, humilde, obedecí y aceleré la memorización de las palabras latinas.

Aunque también teníamos que preparar el vino en las vinajeras y retirarlas al finalizar la Misa, siempre superé la tentación de beberme el vino remanente de la vinajera. No así el hermano sacristán que, cuando creía que no le veía nadie, se arreaba unos lingotazos de la misma botella que temblaba el misterio. Siempre le guardé el secreto.

Y qué decir de los bautizos a puerta cerrada. Un día me llamaron con todo sigilo y secreto porque se necesitaba mi concurso para un bautizo muy especial. 

Un adulto. 

Las puertas de la iglesia se cerraron y todo se hizo de modo clandestino. Al parecer era un gran deportista, el campeón de España de una especialidad muy relevante. No me explicaron el enigma.

Como me portaba bien y mi madre me llevaba siempre muy limpio, cuando el Padre iba de visita a barrios de clase alta, yo le acompañaba. Por supuesto, yo era el encargado de llevarle su misteriosa cartera negra. A los Padres no les gustaba ir solos de visita y a mí me encantaba acompañarlos.

Durante los veranos la cosa no paraba. Nos llevaban a un lugar de Salamanca, maravilloso, fresco y apropiado para huir de las moscas que apestaban el barrio durante la canícula. Noches estrelladas, estrellas fugaces, infinitas luciérnagas, pan de pueblo, tomates de la huerta, baños de agua helada en ríos de montaña, subidas a las Peñas, a las Cruces, charcas, ganaderías bravas, sueño plácido, y misas inolvidables en la ermita cercana inmensamente blanca y azul. Rodeada de castaños. Atardeceres como los que le gustaban a Unamuno frente a Portugal y a los Montes de Francia.

Todo estaba claro. No había dudas. Unos Padres amorosos nos protegían de cualquier daño o acechanza. 

Lo mejor era la visita anual a Alba de Tormes. Allí, durante todos los lentos veranos de mi niñez, pude visitar (embelesado) el corazón herido de Teresa. Siempre quería ver lo mismo: la herida tan profunda que el ángel le había infligido con una flecha encendida. 

Luego llegarían el nefasto concilio, el fin del maravilloso periodo de latencia descubierto por Freud (6-12 años) y comenzaría la dura y turbulenta adolescencia.

Los Padres también mutaron con las consecuencias de todos sabidas.


martes, 1 de julio de 2025

Homenaje a Don Jesús Cantera y Ortiz de Urbina y al Padre Santiago Cantera

 Hace más de 60 años (1963) tuve mi primera clase de francés. Diez años, primero de bachillerato, Filial Guadalupe, Hogar del Empleado, Instituto Ramiro de Maeztu. 

Nunca he olvidado al profesor: Don Jesús Cantera y Ortiz de Urbina. 

Un caballero de porte elegante, ademanes delicados, bondadoso y firme a la vez. Un hombre de honor procedente de la mejor tradición española.

Tampoco esa primera clase. Su cuidada dicción de los fonemas del francés totalmente nuevos para nosotros se me quedó grabada. En seguida capturó mi atención plena, aunque desgraciadamente mi alegría por tener tan distinguido profesor duró poco. Unas cuantas clases de francés después, se fue de profesor al departamento de hebreo de la UCM. 

Desde entonces no le he vuelto a ver, pero nunca lo he olvidado. Tan fuerte fue la impresión que me causó.

Pero sí conocí -30 años después- a su hijo pequeño, Enrique, compartiendo la misma universidad y el mismo proyecto universitario. De él me acordaba porque con 6 años Don Jesús le llevaba consigo de la mano al colegio.

Y luego está su hijo mayor, el Padre Santiago Cantera: digno hijo de su padre. Un insobornable y fiel soldado de Cristo, Príncipe de la paz.

Los hijos de la viuda no han podido con él. (En estos momentos más preocupados por las tenidas que les esperan en Soto del Real.)

Apoyado por León XIV, ahora, la victoria del Prior del Valle es segura.

Si volviera a ver en España caballeros como Don Jesús, volvería a ver españoles dignos hijos de sus padres.


lunes, 30 de junio de 2025

La gran apostasía del pueblo español

 El sistema político de 1978 es una metamorfosis del sistema político de Franco que también sufrió metamorfosis severas. Lo único que no cambió es su catolicismo.  

(Pero es que el catolicismo sufrió una metamorfosis causada por el CVII. El régimen hubo de adaptarse, por tanto, al cambio sufrido por el catolicismo romano tras ese concilio.) 

El hecho de ser -el de Franco- un régimen católico que seguía fielmente la doctrina del catolicismo en materia de moral y de costumbres implicaba:  

No divorcio 

No aborto 

No matrimonio homosexual 

Y sí promoción del matrimonio y de la procreación. 

Desde que se muere Franco y se instala en la Jefatura del Estado Juan Carlos se produce sin prisa (aunque con Prisa) pero sin pausa un cambio legislativo radical para permitir el divorcio (cambio promovido por los franquistas reformistas), el aborto, el matrimonio homosexual (promovidos ambos por los socialistas), lo que ha conducido a una crisis demográfica brutal. Nacen la mitad de los niños que tenían que nacer. No solo por los abortos producidos sino también por la política antinatalista y la promoción de todos los métodos anticonceptivos habidos y por haber. 

Este cambio ha causado una apostasía generalizada en el pueblo español. Es decir, un abandono progresivo, observado tanto en la fe como en las obras, de las enseñanzas evangélicas. Si hay algo que el Evangelio deja claro es el repudio de Nuestro Señor al divorcio. 

Mi tesis: el divorcio es la piedra angular de toda apostasía. Sin divorcio no habría habido apostasía. Ni tampoco un cambio radical en las costumbres morales del pueblo español, que funciona ahora como pagano, aunque no es lo mismo ser pagano que apóstata. Es el divorcio el que abre la puerta a todo lo demás.

Tesis complementaria: España no puede ser ni vivir si no es católica. Si deja de ser católica muere indefectiblemente. 

Una cosa es la causa de la enfermedad: la apostasía, y, otra cosa, son los síntomas o las consecuencias: terrorismo, separatismos, corrupción generalizada, partitocracia, pérdida de soberanía y entrega absoluta acrítica a la aventura europea y todo lo que esta conlleva. 

Esa enfermedad (el abandono de la fe y de las obras por efecto de la apostasía) lleva a la muerte irreversible de la Patria otrora católica. 

Por eso, según mis tesis, esto no lo pueden resolver los partidos políticos porque todos son iguales y sería mejor suprimirlos. 

A la mitad del pueblo español le molestan muchísimo los síntomas o las consecuencias, pero no quiere saber nada de la Causa única, radical y profunda. 

Un país católico que se vuelve pagano (sin persecución) es un caso muy raro en la historia y esa rareza no augura nada bueno.


 


 

domingo, 29 de junio de 2025

La prueba del falso culpable

 Cuando tenía 40 años pasé por una de esas pruebas que todos los humanos debemos pasar a lo largo de la vida, y, que están sintetizadas -simbólicamente- en las que pasó Ulises hasta que pudo regresar a su hogar. 

La del falso culpable. 

Todo estaba en mi contra. Comenzamos. 

Un viernes de otoño estaba solo en casa. Llamaron a la puerta. Eran dos policías que después de identificarse me preguntaron que si el coche de color rojo, marca Citroën, modelo X y matrícula XXXXFF era mío y lo conducía.  

Efectivamente así era. 

Pues, entonces, me dijeron debe acompañarnos a la comisaría para ser interrogado y firmar la declaración correspondiente. Ha sido cometido un delito muy grave de robo con violencia sobre una mujer que ha dado los datos del vehículo en el que el agresor se ha dado a la fuga. Y es, precisamente, el que usted conduce. 

En un principio me negué. Pero la policía me recomendó que no me resistiera porque podría ser peor. 

Todo estaba en mi contra. 

Fui bufando a una sala de la comisaría más próxima, me interrogaron sobre dónde estaba el día y la hora en la que se cometió el delito, y, con máquina de escribir de las que escribían con faltas de todo tipo ayudada, en este caso, por el cociente intelectual medio bajo (80-90) del policía, firmé la declaración de inocencia. Era un agente chusco, zafio y ordinario. 

Salí de allí. Me olvidé de todo. Y no se lo conté a nadie. Pensando, ingenuamente, que allí acababa todo. 

Pero poco tiempo después recibí una citación de los juzgados para que acudiera a una rueda de reconocimiento acompañado de abogada y que si no se me pondría uno de oficio. 

Esto se empezaba a poner negro. 

Era viernes por la tarde. Busqué inmediatamente a una amiga abogada laboralista que hacía 20 años que no veía, aunque en el año 77 con lo del partido comunista habíamos sido uña y carne. Por supuesto creía en mi inocencia. Pero me dirigió a una experta en estas cosas de delincuencia común que me acompañó el lunes a la rueda de reconocimiento. (Ahora se dedica a salvar varones de falsas acusaciones de violencia machista.) 

Subí al despacho del juez. Como su secretario resultó ser alumno de mi universidad, le pedí que intercediera por mí ante el juez con el argumento de que un profesor titular no se dedica a asaltar mujeres indefensas por la calle y que, por tanto, anulara la rueda de reconocimiento que tienen más peligro que un nublado que decía mi padre. Son una escopeta cargada. 

(Mi abogada, para animarme, me había advertido -avisado o amenazado- que no me fiara: ella misma era la representante de un joven al que habían pedido que formara parte –libremente- de una rueda de reconocimiento y que como la víctima del asalto y violación denunciados le había reconocido como el autor, ya llevaba 7 meses en chirona esperando juicio.) 

El juez, por su parte, me dijo que cosas más raras se habían visto. Y que, por tanto, todos abajo. A los calabozos. 

Con estos antecedentes bajé a la rueda de reconocimiento. 

¿Qué me esperaba allí? 

Cuatro compañeros detenidos la noche anterior en alguna redada y una mampara de cristal por lo que podía distinguir al juez, a mi abogada, a los secretarios judiciales y, sobre todo, a la víctima. 

Mis compañeros detenidos se interesaron por mí y me preguntaron que qué había hecho o de qué se me acusaba. Todos, buena gente. Muy mal heridos por la vida. Pero, entrañables. No me sentí más inocente que ellos. Me sentí igual de inocente que todos ellos. Y experimenté la fraternidad más profunda con mis compañeros de rueda de reconocimiento. 

Y en ese momento, como muchas veces antes y muchas veces después: Mother Mary came to my speaking words of wisdom. 

Y en esos segundos en los que se decide la vida de alguien inocente, en ese instante eterno, la víctima movió su cabeza dibujando claramente en el aire un seguro y convincente no es él

¿Respiré?  

No. Simplemente había pasado una de las pruebas más difíciles que caben imaginar: la del falso culpable. 

viernes, 27 de junio de 2025

Cuando todo estaba abierto

 Hubo un tiempo en el que todo estaba abierto. 

Desde mis 18 años hasta pasado los 30 años pude entrar a lugares hoy inaccesibles. Voy a poner algunos ejemplos. 

Una noche, sería el año 1972, un amigo y yo entramos hasta la clausura del Monasterio de El Paular (Madrid.) Se nos había hecho de noche y se nos ocurrió entrar hasta donde fuera posible. Y así llegamos hasta el lugar en el que los monjes estaban cenando. Nos recibieron cordial y hospitalariamente y nos invitaron a cenar y a pasar la noche.  

Al poco de morirse Franco pudimos entrar a visitar el palacio de El Pardo sin enseñar el DNI. Un señor muy amable nos enseñó todas las zonas privadas del Caudillo: el dormitorio, la biblioteca, el taller de pintura, la cocina, el comedor, el despacho, la sala de reuniones, la sala de cine y de teatro. En fin, nos hicimos una idea precisa y cabal de su vida doméstica y de sus frugales y austeras costumbres. 

Un domingo que se nos ocurrió ir al Monasterio de El Escorial, no sé cómo ni por qué acabamos en la celda del Padre Prior. Todo hospitalidad agustiniana y amabilidad. Pues bien, nos enseñó lugares secretos y reservados que nadie podía ver y reliquias inverosímiles. 

Era una época donde todavía se conservaba la confianza mutua, la hospitalidad y la fraternidad más espontánea. Nadie sospechaba de nadie. Hasta los 20 años yo siempre dormía con la puerta del portal y de la calle sin echar la llave. 

No te digo ya si viajabas a lo que se llama ahora la España vaciada. Una noche perdidos en Nájera, sin habitación de hotel donde dormir, una mujer nos dejó pasar la noche en su casa. Lo curioso es que como nada estaba bajo llave, pudimos ver en un cajón o a simple vista todo el dinero que tenía. Lo equivalente ahora a 6000 euros. 

Si se te ocurría recorrer la costa atlántica francesa desde el País vasco francés hasta Normandía, tranquilo. Aunque se te averiara el coche siempre había algún espontáneo lleno de bondad que te lo desmontaba y te lo montaba sin pedir nada a cambio. Y tú te fiabas y le dejabas hacer, aunque solo supieras después de todo el despiece que era obrero de la Citroën. 

Lo de cómo logré llegar hasta los sótanos del MOMA en Nueva York no lo cuento porque nadie me va a creer. Pero así fue. Solo tuve que decir que venía de parte del director del Museo del Prado. Ah, entonces no hay nada más que decir. La cosa es que era verdad, pero no me pidieron ningún justificante. Podía habérmelo inventado. 

En nuestro primer viaje a los EEUU pudimos visitar la Casa Blanca sin mostrar documentación alguna y sin pasar por ningún detector de metales. A pecho descubierto. No vimos a Reagan, pero casi todo lo demás.  

Por volver a España, viajar por Galicia (interior o exterior), por Guipúzcoa o por el Valle de Arán era recibir la hospitalidad más sincera, amable y bondadosa. Una apertura de corazón y de alma hacia las necesidades más cotidianas del viajero. 

En 1975 España era un paraíso para el viajero. Y lo siguió siendo hasta que llegaron los socialistas y todo se estropeó. Ahora es un paraíso para el turista. 


 

martes, 24 de junio de 2025

Non coerceri maximo, contineri minimo, divinum est.

Estamos separados de los judíos solo porque no somos completamente cristianos (Soloviev).

A Jesús le condenó a muerte el Sanedrín, o sea, las autoridades del Templo, no el pueblo judío.

Hay cuatro acontecimientos: la creación del mundo y la resurrección de Jesús; la caída de los ángeles rebeldes y el pecado original que ninguna ciencia ni ningún tipo de conocimiento del tipo que sea puede asimilar.

El pecado original no se puede asimilar al asesinato primordial. El crimen inconfesable de Freud del que procedería el mito, la religión, la sociedad y todo.

Hay una caída y esa caída no es el pecado de Caín.

No hay evolución desde lo más primitivo a lo más civilizado. Hay caída y redención.

El judaísmo piadoso contiene al cristianismo y el cristianismo cristiano contiene al judaísmo. Esto no respeta las leyes de ningún tipo de lógica. Ni siquiera la metáfora del tronco y las ramas. Ambos son tronco y ramas.

Cuando en el evangelio se dice que os darán muerte creyendo que dan culto a Dios se refiere tanto a los judíos como a los judíos cristianos o a los cristianos.

Los evangelios antes que una teología son una antropología (Simon Weil.)

Un judío espiritual y un cristiano espiritual (Pascal) pertenecen a la misma comunidad de fe y de redención. No tienen que hacer nada para constatarlo.

Es imposible que alguien que confiese que ya no soy quien vive, sino que es Cristo quien vive en mí no ame al pueblo judío.

Ser cristiano, profesar el cristianismo o pertenecer a la cristiandad es eso o no es nada.

Todas las persecuciones y los exterminios del pueblo elegido no pueden proceder sino de paganos o pseudocristianos.

Pablo ante el Sanedrín -a diferencia del Maestro- utiliza una determinada táctica procesal: provocar el enfrentamiento entre sus acusadores. (Y además se sirvió de su ciudadanía romana.) La diferencia entre su comportamiento y el de Esteban (lapidado) es abismal.

Nada se le perdona al que comprende lo que los demás no comprenden.

La diferencia esencial no está entre creyentes y no creyentes sino entre los que piensan y los que no piensan según la lógica evangélica.

A veces es mejor buscar la sabiduría que la santidad. Porque la sabiduría en, ciertos momentos, es más bondadosa que la santidad. Ejemplo: Pío XII.

Los más sagaces se han dado cuenta de que el odio a los judíos es cristofobia. Freud se dio cuenta de que el odio hacia los judíos es odio hacia los cristianos.

El pensamiento precede a la acción como el relámpago al trueno (Heine.)

No soy: ilustrado, positivista, marxista, estructuralista, freudiano o relativista.

Reconozco la lucidez de Freud para señalar los problemas relevantes. No, por cierto, las respuestas que nos proporciona. Todos los demás no tienen ni esa lucidez. Por eso a Freud le tengo en gran consideración. Su Moisés me resulta fascinante, aunque esté completamente equivocado. Pero siempre plantea los asuntos esenciales.

Soy religioso.

Sin religión no hay ni rito, ni instituciones, ni cultura en cualquiera de sus manifestaciones. Ni comunidad humana. Todo ha sido, inicialmente, religioso. Todo. Lo que guía a la humanidad es lo religioso o su negación.

No inventamos lo religioso. Es lo religioso lo que nos crea.

Y eso es lo más oculto, escondido y reprimido. La mayoría tiene una incapacidad para entender lo más verdadero y lo mas próximo. Que somos seres religiosos.

Dice Freud que hay un delito innombrable que está esperando ser revelado. Y que ese es el fundamento de todo.

Yo no lo voy a revelar, aunque sé cuál es. Y no es el que sospecha Freud.

Toda ciencia humana -siempre- es falsa. Y como la que llevamos sufriendo 500 años pocas.

¿Por qué?

Muy sencillo: si Jesús no ha resucitado vana es nuestra fe (emuná, no fides ni pistis). Pero si ha resucitado, entonces, vano es todo lo que no se sustente en ese acontecimiento.

Simón niega, Judas traiciona, Saulo persigue. Los tres tipos de creyentes. Y luego está el ateo convencido (el negativo de Pedro), el agnóstico ambiguo (el negativo de Judas) y el pagano (el negativo de Pablo.)

Siempre y en cualquier contexto, Dios está con los perseguidos. Como dice Elías Canetti todo perseguido no puede dejar de verse como Cristo mismo.

Los hombres matan para engañar a los otros y a sí mismos. Pero para que no se sepa que se mata es necesario matar y no dejar de hacerlo. El homicidio reclama el sepulcro que no es otra cosa que la perpetuación del homicidio (Girard.)

Hay algo oculto que sabemos pero que no queremos saber, ni reconocer, ni verbalizar. Somos una ignorancia que ignora porque quiere ignorar. No queremos conocer lo más oculto desde la fundación del mundo. Lo más propio nos lo ocultamos. Mediante negaciones, traiciones o persecuciones. Y quien lo proclame será aniquilado. Como lo fueron Jesús y Esteban hace 2000 años.

Pero, aunque tengan que transcurrir siglos o milenios, ello, será revelado. El rechazo del conocimiento intolerable será aniquilado. La mentira que nos sustenta será despedazada.

Como dice Girard: no leo el evangelio a la luz del mito, sino que comprendo todos los mitos a la luz del evangelio que no es un mito sino lo que aclara todos los mitos, los ritos, las mentiras y los crímenes (ocultos) desde la fundación del mundo.

Cuatro son también los traumas de Dios: la rebelión de los ángeles caídos, la desobediencia o emancipación del primer hombre, las incomprensiones del pueblo elegido del plan de salvación y las traiciones de los cristianos infligidas a ese plan salvador.

Los planes de Dios han sido trastocados por todas estas sediciones conta Él.

Como es lógico ninguna ciencia del tipo que sea puede enfrentarse a estas catástrofes metafísicas o cósmicas. Sobrehumanas.

¿Qué hacer?

Creer en la resurrección efectiva, real y trascendente de Jesús. Ella es más fuerte que todas las catástrofes acaecidas desde la fundación del mundo.

lunes, 23 de junio de 2025

Yo soy

Resulta que durante la persecución nazi del pueblo judío ocurrió un hecho poco difundido para la relevancia que tiene.

Verdaderos cristianos escondían en una iglesia a perseguidos judíos.

Cuando llegó el pelotón criminal, el que estaba al mando ordenó a los judíos que se separaran, que se diferenciaran del grupo y que salieran para ser detenidos y masacrados.

A ver, los que sean judíos, que vengan aquí, gritó.

En esto, se oyó un fuerte estampido y todo el comando cayó a tierra y se dio de bruces contra el suelo de la iglesia.

Todos los presentes contaron que después del ruido los vieron salir corriendo.

El comandante, antes de ahorcarse, confesó que había visto al crucificado descender de la cruz y exclamar: yo soy.

Homenaje a un padre agustino cincuenta años después

Hace cincuenta años conocí a LTC, agustino recién ordenado sacerdote. No le había vuelto a ver desde entonces, pero nunca he olvidado lo que me contó aquel día en casa de sus padres en la calle M.I. de Madrid. Tampoco he olvidado su inocencia, su pureza de corazón y su bondad de alma. Un ser bienaventurado. Y he conocido a muy pocos. Estaba traumatizado. Por entonces, estaba destinado en la Argentina. LTC no tendría más que 25 años. (Sería el año 1976 o 1977). Su primera misión. Y había tenido que oír en confesión a un agente -no recuerdo si policía o militar u otra cosa- que se acusaba de infligir terribles torturas a detenidos tras el golpe militar. Él: joven, bueno, puro, incapaz de concebir una maldad de ese género tenía que dar la absolución a un ser depravado o degenerado. Nunca he olvidado su gesto, su desolación, su estupor de sacerdote recién ordenado. 
Esta confesión me ha acompañado toda mi vida. 
Le he vuelto a ver, por casualidad, no diré dónde. Lo he reconocido al instante. El mismo gesto, la misma sonrisa, la misma pureza. Ahora ya pura santidad. 
Como dice Raimon: Te he conocido siempre igual, el cabello blanco, la bondad en la cara, tus finos labios dibujan tu sonrisa de hombre, de amigo, de compañero consciente del peligro. 

En seres así se entiende a Pablo: no soy yo sino Cristo quien vive en mí.


lunes, 2 de junio de 2025

El significado metahistórico de León XIV

Todo comenzó con la visión terrorífica de León XIII: por un siglo Satanás desataría una persecución de la cristiandad y de la humanidad como nunca se había visto.

Ese tiempo ha concluido con la elección de León XIV.

En este momento se cumple lo que en el Apocalipsis se describe como el encadenamiento de Satanás por mil años.

Ha sido un tiempo espantoso.

Es imposible resumirlo, pero: primera guerra mundial, implantación de las dictaduras comunista y nacionalsocialista, segunda guerra mundial, intento de exterminio del pueblo judío, guerra fría, Concilio Vaticano II y sus consecuencias desastrosas, papados disolventes a partir del de Pio XII, terrorismo de servicios secretos, promoción masiva del consumo de drogas, abortos, ideologías perversas, abuso de menores, fraudes políticos continuados, instalación de la mentira como forma preferida de dominación de las masas.

El apogeo y culminación de la confusión llegó con el papado que comenzó de forma imprevista en el 2013. Y ha supuesto el cumplimiento de la profecía del Pastor necio. Si no hubiera habido un papado paralelo y subyacente (el Pastor sabio) desde 2013 hasta 2023 la Iglesia habría sido dividida con consecuencias devastadoras.

En este último tramo de estos tiempos conocidos por León XIII el aroma y la mano satánica se aprecia:

(a) en el intento de provocar una peste mundial para erradicar a una porción sustancial de la humanidad. El deseo se quedó reducido a una pseudopandemia;

(b) al provocar a Rusia utilizando como señuelo a Ucrania y así desencadenar un conflicto apocalíptico, cosa que tampoco ha resultado;

(c) al proclamar una falsa amenaza de catástrofes naturales provocadas por un fraudulento efecto antropogénico en el clima y

(d) al intentar acabar con la realidad del sexo natural y convertirlo en mero género cultural.

Todo esto --y todas las ideologías y perversidades anteriores-- tiene el sello satánico y su inspiración procede claramente del maligno. No obstante, es una condición necesaria pero no suficiente. Según Julio Meinville se requiere que, además, un determinado grupo humano coopere en su difusión.

Lo repito. Todo ello, sin que nadie lo note, ha llegado a su fin.

Por lo que respecta a las ayudas, los avisos, las advertencias sobrenaturales es muy difícil abrirse paso entre ellos. Pues, en general, han quedado, a su vez, anegados en la misma maraña.

Los acontecimientos de Fátima son confusos. Es muy difícil alcanzar una comprensión verdadera de su significado. El problema estriba en que la vidente original (Lucia) en algún momento (en torno a 1947) fue sustituida por una falsa vidente que moriría en 2005 no sin antes falsificar los mensajes originales. Todo ello con la complacencia de JP II y BXVI.

En cambio, lo ocurrido en Garabandal (1961-1965) tiene todos los visos de ser una intervención de carácter sobrenatural para contrarrestar el efecto perverso desatado por Satanás contra la Iglesia.

Las apariciones yugoslavas parecen ser un colosal fraude para impedir salir de la confusión satánica en la que ha caída toda la humanidad -por efecto de la crisis de la Iglesia- y de la que ahora comenzará a salir poco a poco.

Europa y sus principales naciones han perecido. Apostasía, destrucción de la natalidad, inmigración masiva y salvaje musulmana. En España, por ejemplo, la apostasía ha sido estremecedora pues se ha producido no por miedo a la persecución y al martirio. La sociedad ha quedado sumida en el puro nihilismo. Es posible que España haya muerto definitivamente, lo mismo que Europa.

La Iglesia volverá a renacer pues como está escrito no puede perecer. Y si la Iglesia renace la humanidad lo hará por su causa. Y una nueva civilización inspirada por ella se abrirá paso entre las ruinas de la presente.

Occidente, pues, correrá la misma suerte que ya corrieron Grecia, Roma y demás civilizaciones que no fueron capaces de frenar el declive natural al que está sometido todo proceso natural o histórico.

 

domingo, 1 de junio de 2025

El error de Florentino Pérez

 

Florentino Pérez (FP a partir de ahora) ha cometido un error que, por una parte, ha perjudicado al Real Madrid (RM) y, por otra parte, ha beneficiado al PSG (a Luis Enrique, particularmente). El error Mbappe.

1.       La media de goles del RM en la Liga con Ancelotti en el banquillo (tres temporadas anteriores) es de 81 mientras que con Mbappe (temporada 24/25) el equipo ha logrado 78. Y, sin embargo, el jugador estrella es el máximo goleador tanto en España como en Europa. Él consigue muchos goles, sí, pero el equipo no se beneficia de su éxito. Corolario: él es la estrella, pero el equipo no ha podido ganar ningún título. De qué vale que un jugador obtenga el Pichichi (y la Bota de oro) si eso no mejora el rendimiento goleador del conjunto.

Por otra parte, la media de goles encajados antes de Mbappe es de 31 y con él es de 38. Muestra clara de que cuando el RM no tiene el balón juega con un jugador menos. Cosa que sabe y sabía perfectamente Luis Enrique.

(La media de la diferencia de goles - a favor y en contra- sin la estrella fue de 50, mientras que con la estrella ha sido de 40. Diferencia a todas luces significativa.)

El RM ha jugado en función de su estrella. Para la gloria efímera de su estrella.

Este error le ha costado, además, el puesto a Ancelotti. Con Alonso la cosa empeorará porque Ancellotti es un hombre equilibrado y “sabio” y ha minimizado el control de daños del error Mbappe. Con Alonso el error se mostrará en todo su esplendor.

Mbappe es un ególatra y su mentor un metaególatra. No es lo mismo megaególatra que metaególatra.

2.       Gracias al error de FP, Luis Enrique se ha quitado un lastre de encima y ha podido configurar un equipo ganador. Equilibrado, competente, en el que todos juegan para el equipo y no viceversa. Corolario: ha ganado su Liga, su Copa y la Copa de Europa, de momento.

3.       Los dioses han decidido perder a un metaególatra y lo están cegando. Mbappe será el final de FP.

martes, 22 de abril de 2025

El nulo legado de un pseudopontificado

 

Bergoglio (jesuita) fue elegido (2013) por un conjunto de cardenales que, inspirados por el reformista (y jesuita) Carlo María Martini (1927-2012) y sus ideas, quieren un cambio total de la iglesia católica. El llamado a hacerlo habría sido Martini, pero la cosa no fue posible dada la correlación de fuerzas del Cónclave de 2005. (Salió elegido Ratzinger.) Martini (políglota) era un intelectual, académico, estudioso y fino diplomático. Nada que ver con Bergoglio que es zafio y grosero.

Que quieren estos cardenales:

Fin del celibato sacerdotal.

Ordenación sacerdotal de mujeres.

Obispos elegidos democráticamente.

Anticonceptivos sin restricciones morales.

Tolerancia con el aborto.

Comunión para los divorciados vueltos a casar.

Reconocimiento del sacramento del matrimonio para parejas homosexuales.

Aceptación de la eutanasia.

Para eso fue elegido Bergoglio y Bergoglio no ha hecho nada de esto ni lo habría hecho, aunque hubiera vivido con salud 12 años más.

Qué es lo que ha hecho, en cambio:

Cambio climático y calentamiento global.

Inmigracionismo.

Confinamientos y pseudovacunas génicas.

Y una especie de wokismo eclesiástico.

O sea, lo que Soros, Rothschild, BlackRock y el partido demócrata americano quieren. Que son los que le pusieron y los que han trabajado en los medios de la opinión pública mundial para crearle la imagen de misericordioso y amigo de los pobres.

Una ceremonia de la confusión es lo que ha sido el pontificado del señor Francisco.

Es un ejemplo más de que la Iglesia Católica es invencible. Ni desde dentro ni desde fuera, ni con infiltraciones masónicas o comunistas: las puertas del infierno no prevalecerán contra ella.

 

 

 

miércoles, 9 de abril de 2025

Se acerca la salvación

 

Vivimos unos momentos en los que la devastación invisible es más profunda que la visible. Pero hay tres grupos de personas -totalmente invisibles- que preparan un nuevo comienzo:

(a)  Individuos aislados libran un combate -a veces bélico- sin apoyo alguno ni comunitario ni de camaradería. Están ofreciendo un sacrificio silencioso del que no pueden hablar. Cuántos de estos hombres hay nadie lo sabe, pero que los hay es cosa segura.

(b) Mujeres que con un amor desconocido hasta ahora cobijan lo más noble de lo acaecido en la historia de occidente. Y en virtud de ese amor son indestructibles. Quiénes son ellas es algo incognoscible para la cháchara pública, el palique social y el parloteo mediático, o sea, para todo opinar masificado.

(c)  Poetas en tiempos de miseria, pensadores de futuro. Dónde están es cosa tan oculta que nadie pregunta por ellos.

Son los custodios de lo por venir, de lo que se anuncia en secreto. Su vida es ardua y por eso auténtica. Renuncian a toda asistencia y a todo consuelo. Pero lo que ocultan o callan es único.

Que no se diga que viven peligrosamente.

Viven fervorosamente a la espera del dios venidero que por ellos anuncia su llegada inminente.

 

martes, 18 de marzo de 2025

El mágico número 7

 

Los cambios en la vida personal se producen cada 7 años.

Desde el nacimiento hasta los 7 años se adquiere el uso de razón.

Desde los 7 a los 14 años se adquiere la capacidad de concebir lo imposible y lo no visible u oculto.

Desde los 14 a los 21 años se logra la autonomía personal.

Desde los 21 a los 28 años se elige, se opta, entre permanecer en la casa del “padre” o salir de la casa del “padre” a explorar nuevas posibilidades vitales.

Desde los 28 a los 35 años, independientemente de la elección anterior, se trabaja en un camino propio.

Desde los 35 a los 42 tiene lugar la crisis de la mitad de la vida. Los “pródigos” o retornan a la casa del “padre” o se ven abocados a profundos replanteamientos vitales. Los “fieles” también tienen que analizar todo lo que han perdido por su elección.

Desde los 42 a los 49 años todo son responsabilidades hacia el cuidado y la atención de los otros. No hay tiempo para uno. Se comprende eso de que todos somos responsables, por todo, ante todos, pero yo más que todos. (Levinas/Dostoievski)

Desde los 49 a los 56 años sobreviene la gran crisis de la madurez. La noche oscura del alma, a veces.

Desde los 56 a los 63 años se puede lograr la primera experiencia profunda de la serenidad. Es un don. Es una gracia. No se da con carácter general.

Desde los 63 a los 70 años deben poder producirse los primeros frutos de la madurez (otoñal.) En nuestra época esto es raro. ( En la tipología mística se ha completado el viaje interior.)

Desde los 70 a los 77 años comienza la preparación para una buena muerte cuyo modelo mejor sigue y seguirá siendo Sócrates.

 

martes, 4 de marzo de 2025

Paul Claudel (1868-1955). Ocurrió en Notre Dame de París.

 Un joven materialista sin ningún conocimiento de carácter religioso. Con una gran sensibilidad poética, sin embargo: Arthur Rimbaud hizo mella, previamente, en su cárcel materialista.

Pero los católicos le resultaban ridículos. No conocía a ninguna sacerdote. En su casa su hermana tenía una Biblia (protestante.)

El 25 de diciembre entra en Notre Dame de París.

El coro canta el Magnificat. (Pero él entonces no sabía nada de ese canto.)

Y entonces se produjo el hecho que dominó a partir de entonces toda su vida. En un instante su corazón fue tocado y creyó.

27 años después se avino a contar algo de lo sucedido. No todo:

Sufrí una conmoción de todo mi ser. Tuve de repente un sentimiento de la inocencia, una revelación inefable. Cuando intento reconstruir los minutos que siguieron a ese instante extraordinario reconozco un único rayo. Rompí a llorar y a sollozar, y el canto adorable del Adeste contribuyó a mi conmoción. Experimenté también un sentimiento de terror, de espanto. Como dice Rimbaud: la lucha espiritual es tan brutal como la pelea a muerte entre los hombres.

¿Qué me importaba todo el mundo comparado con este ser maravilloso que se me había revelado en un instante?

Había escuchado una voz dulce que no dejaría de resonar desde ese momento dentro de mí.

Se despertó mi alma. Se despertaron mis facultades poéticas sepultadas por mis prejuicios y mis miedos infantiles. Por fin volvía a respirar y la vida penetraba por todos mis poros.

Un relámpago que trastorna, un instante que no acaba, una flecha que hiere y cura, una conmoción cierta, segura, irreversible. Una mutación general de toda la personalidad.

Como Pablo, Agustín, Pascal.

Como Simone Weil, Manuel García Morente, Bob Dylan.

 

jueves, 27 de febrero de 2025

Bob Dylan y su encuentro físico con Jesús en 1978

 

El 10 de noviembre de 1978 en San Diego, en plena gira por Street Legal, un disco arriesgado y con una clara influencia góspel, alguien le lanzó un crucifijo al escenario. Bob Dylan lo recogió y se lo guardó en el bolsillo. Algunos días después, en Arizona, sentió una presencia de la que dijo que solo podía ser Jesús: Jesús puso su mano sobre mí. Fue algo físico. Lo sentí. Lo sentí sobre mí. Sentí todo mi cuerpo temblar. La gloria del Señor me derribó y me levantó.

En otro momento dice: En los años 60, la gente solía decir que yo era un profeta y yo protestaba: No, no lo soy. Pero ellos insistían: Sí, lo eres. Ahora salgo al escenario y les digo Jesús es la respuesta y entonces ellos responden: Oh, Bob Dylan, él no es profeta.

La madre de Bob Dylan (Betty) por su parte declara: En su casa, hay una Biblia inmensa abierta en un atril en medio de su estudio. De todos los libros que llenan la casa, esa Biblia es la que recibe más atención. Continuamente se levanta y se acerca para referirse a algo.

Bob Dylan señala que Cristo no es una religión. No estamos hablando de religión. Jesucristo es el camino, la verdad y la vida, como dice el Evangelio de Juan [...]. La religión es otra forma de atadura que el hombre inventa para acercarse a Dios. Pero ese no es el motivo de la llegada de Cristo. Cristo no predicaba una religión, predicaba la verdad, el camino y la vida.

El 19 de diciembre de 2022, Bob Dylan declaró en una entrevista concedida a The Wall Street Journal: Soy una persona religiosa. Leo mucho las Escrituras, medito y rezo, enciendo velas en la iglesia. Creo en la condenación y en la salvación, así como en la predestinación. Los cinco libros de Moisés, las epístolas paulinas, la invocación de los santos, todo eso.

Me preguntas sobre mí, pero es que yo me voy desdibujando cada vez más a medida que Cristo se va definiendo más y más.

martes, 25 de febrero de 2025

Manuel García Morente (1886-1942). Un encuentro sobrenatural.


Catedrático de Filosofía. 51 años.

Agnóstico. No creyente. (Quizás, muy cercano a la masonería.)

Exiliado en Paris. Si no hubiera huido lo habrían asesinado.

Viudo. Dos hijas y dos nietos en Madrid. Yerno -muy querido- asesinado en los comienzos de la guerra civil.

Muy amigo de Ortega y Gasset. Relación amistosa con Negrín.

Decano en la UCM destituido en 1936. Sustituido por Besteiro.

Solo. Sin dinero. Viviendo de limosna en un octavo piso.

Ni sabía rezar ni quería saber.

Entontecido, entumecido, deprimido, impotente.

Desgarro interior profundo.

Vida rota, descompuesta. Fracasada.

Fumando compulsivamente y consumiendo café en grandes dosis.

Y en esto llega la noche del 29 al 30 de abril de 1937: un encuentro sobrenatural.

En la radio, Berlioz: La infancia de Cristo.

Intensa emoción estético-religiosa.

De rodillas intentando rezar oraciones olvidadas.

Doce de la noche. Se queda dormido.

Se despierta sobresaltado.

Me puse de pie. Abrí la ventana. Bocanada de aire fresco. Me volví y me quedé petrificado. Allí estaba Él. Él estaba allí. Pero Él estaba allí. Le percibía. Percibía su presencia. La percibía allí presente con claridad. Sin la menor duda de que era Él pues le percibía. Sé que Él estaba allí presente. Le percibía con absoluta evidencia. Convicción inquebrantable de que era Él. Su presencia me inundaba. Nada es comparable a esa inundación de gozo.

¿Cómo terminó la estancia de Él allí?

Tampoco lo sé. Terminó. En un instante desapareció.

Me dejó un gozo sobrehumano.

¿Cuánto duró todo?

Poco más de una hora. Desde las dos hasta después de las tres.

No se ha vuelto a repetir.

 

 

martes, 28 de enero de 2025

Simone Weil (1909-1943). Un encuentro inesperado.

Entró en mi casa y dijo: Ven conmigo y te enseñaré cosas que ni siquiera te imaginas. Le seguí.

Me llevó a una iglesia. Me dijo: Arrodíllate con amor en este lugar, en este lugar en el que está la verdad. Obedecí.

Luego fuimos a una buhardilla. Me invitó a sentarme.

Comenzó a hablar.

Era finales de invierno. Se presentía ya la primavera.

Fueron varios días, pero no sé cuántos.

Sacaba un pan de un armario. Tenía el verdadero sabor del pan. Nunca he vuelto a encontrar ese sabor.

También tomábamos vino. Tenía el sabor del sol y de la tierra.

La dulzura del sueño caía sobre mí. Después me despertaba y bebía la luz del sol.

Hablamos de todo como hacen los viejos amigos.

Un día me dijo: Ya puedes irte en paz. Caí de rodillas y me abracé a sus pies. Caminé por las calles y al poco tiempo ya no sabía volver a aquella casa. Nunca he tratado de encontrarla.

Me acuerdo de todo lo que me dijo. Pero temo recordarlo mal.

En el fondo de mí no puedo dejar de pensar y sentir que, a pesar de todo, me ama. 

miércoles, 1 de enero de 2025

LA HUMANIDAD ACTUAL ESTÁ LLEGANDO A LA MITAD DE SU CAMINO


Nell mezzo del cammin di nostra vita

mi ritrovai per una selva oscura,

ché la diritta via era smarrita.

0.

Lo mismo que el desarrollo individual no ocurre al azar, sino que está regido por reglas, normas, principios, regularidades e, incluso, leyes podría ser que el de la humanidad tomada como un solo ser (si eso es concebible de un modo claro y distinto) también fuera conducido según ciertas leyes análogas -mutatis mutandis- a las primeras.

Platón equipara la estructura del alma humana (tres instancias) a la del estado o comunidad política.

¿Se podría equiparar, también, el alma individual con un venidero estado mundial que amparara a toda la humanidad?

Y si eso fuera posible, ¿se puede equiparar el alma humana individual con la misma humanidad en su conjunto?

¿Alma-estado-estado mundial-humanidad?

Platón considera el alma humana en su proceso de desarrollo individual desde el nacimiento hasta la muerte. Y constata que atraviesa por diversas fases o etapas.

 ¿Se puede comparar el desarrollo individual con el proceso de desarrollo de la humanidad en su conjunto?

¿Ambos atraviesan -por analogía- las mismas etapas desde el nacimiento hasta su consumación?

Nótese el salto: una cosa es un estado con su forma de gobierno y otra cosa es la propia humanidad.

No estoy seguro de poder dar ese salto. Pero es preferible la probabilidad alta de algo sugerente que la certidumbre absoluta de un saber trivial.

1.

Imaginemos por un momento que las etapas o fases por las que atraviesa cada vida humana en particular fueran análogas -mutatis mutandis- a las está siguiendo la humanidad en su conjunto, o sea, considerada esta como un solo ser, si es que una cosa así fuera posible de imaginar.

Cada persona pasa por las siguientes etapas en el curso de su desarrollo

I.                 Desde al nacimiento hasta la aparición del habla. (2 años).

II.               Dominio de un pensamiento no lógico. Mágico. Animista. Amoral. No se conoce la distinción entre bien y mal. Egocentrismo lúdico. (3 a 6 años.)

III.            Surgimiento de un pensamiento lógico. Moral heterónoma. Bien y Mal absoluto. Egocentrismo práctico. (7 a 12 años.)

IV.             Emergencia de un pensamiento abstracto. Autonomía moral. Egocentrismo racional. (13-18 años.)

V.       Superación de las anteriores formas de egocentrismo. Autodeterminación. Nuevas formas de egocentrismo abstracto (19-24 años.)

VI.            Se rompe la uniformidad en el desarrollo. Hasta ahora todos cursaban del mismo modo. Ahora, unos eligen lo dado y otros eligen la rebelión a lo establecido. Tanto unos como otros de un modo convencional. (25-35.) Este periodo concluye con la crisis de la mitad de la vida. Más acentuada en los rebeldes.

VII.           Periodo dialéctico. Integración. Aceptación de la complementariedad de los contrarios. (36-50 años.)

VIII.       Periodo de madurez. Comprensión de los límites. Se adquiere la ciencia del no saber. (51-70 años.) Con esta fase se llega a la culminación de la existencia personal.

El paradigma de persona completa de acuerdo con este esquema es Sócrates. Murió a los setenta años.

2.

Si este esquema fuera verdad y si, además, pudiera servir de guía para interpretar el momento evolutivo en el que está la humanidad tomada como un todo, entonces, si eso es así, mi conjetura es que la humanidad está concluyendo la fase VI y comienza a vislumbrar la fase VII.

Estamos afirmando que algo de mayor tamaño es similar a una cosa más pequeña (La República, IV.) Y podría ser verdad lo contrario, esto es, que la ontogénesis recapitulara la filogénesis (Freud, Piaget y otros.)

Los años no hay que tomarlos de un modo literal.

Por lo que respecta al “calendario” o cronología de la humanidad no puedo tener ninguna certeza. Por ejemplo, un pensador de la talla de Kant consideraba plausible que el nacimiento de Jesús hubiera tenido lugar en el 3983, según una nota en El conflicto de las facultades:

70 meses apocalípticos (de los que hay cuatro en ese ciclo), cada uno de 29 años y medio, dan 2.065 años. Descontando cada 49 años el gran año sabático (de los que hay 42 en ese período), obtenemos el año 2023 como fecha exacta en la que Abraham abandonó las tierras de Canaán, que Dios le había donado, en dirección a Egipto. Desde entonces hasta la ocupación de aquellas tierras por los hijos de Israel transcurren 70 semanas apocalípticas (= 490 años); multiplicando por cuatro esas semanas-años (= 1.960) y sumando 2.023, conforme al cálculo de P. Petau, hallamos el año del nacimiento de Cristo (= 3983) con tanta exactitud que no falta ni un sólo año. Setenta años más tarde la destrucción de Jerusalén (otra época mística). Bengel, sin embargo, cifra el nacimiento de Cristo en el año 3939. Pero eso no modifica para nada el carácter sacro del numerus septenarius. Pues el número de años transcurridos desde la llamada de Dios a Abraham y el nacimiento de Cristo es 1.960, lo que comporta 4 períodos apocalípticos de 490 años cada uno o, lo que es igual, 40 períodos apocalípticos de 7 por 7 (= 49 años). Si de cada periodo de cuarenta y nueve años se descuenta el gran año sabático y de éstos el sabático mayor, que es el cuadringentésimo nonagésimo (44 en total), nos resta 3.939. Por lo tanto, 3.983 y 3.939, las dos fechas asignadas al nacimiento de Cristo, sólo se diferencian en el número de sabáticos descontados al tiempo configurado por las cuatro grandes épocas. Según la tabla de Bengel, la cronología de la historia sagrada sería ésta: 2023: promesa a Abraham de poseer las tierras de Canaán; 2502: toma de posesión de las mismas; 2981: consagración del primer templo; 3460: orden dada para la construcción del segundo templo; 3939: nacimiento de Cristo. También el año del Diluvio se deja calcular a priori. A saber: cuatro épocas de 490 años (= 7 × 7) suman 1.960. De los cuales, al descontar todos los séptimos (= 280), nos quedan 1.680. De estos 1.680 se descuentan a su vez los septuagésimos (= 24) y queda entonces el 1656 como año del diluvio. También entre esta fecha y la llamada de Dios a Abraham median 366 años completos, de los que uno es bisiesto.

Por mi parte, solo tengo pseudoargumentos -simbólicos, míticos, poéticos e históricos- sin discernir de un modo claro y distinto unos de otros. Es decir, son a modo de intuición, hénides que diría Otto Weininger.

En la cronología no contemplo la conjetura evolucionista ni con respecto a la formación de las especies ni con respecto al presunto proceso de hominización. Solo considero humanidad a un conjunto de seres dotados con todas sus potencialidades físicas, cognitivas y espirituales como las que tenemos ahora todos. Completas. Lo que queda es desarrollar ciertas potencialidades latentes no manifestadas todavía.

De acuerdo con Kant, ahora estaríamos en torno al año 6000. En la mitad del camino, creo. Tenemos, pues, otros 6000 años para “volver al Paraíso”.

Si este proceso se ha repetido un numero indefinido de veces (el eterno retorno de lo mismo) es una posibilidad. Los estoicos así lo creían.

Estoy pensando en un ciclo de 12000 años. Me guío por Eliade que, en El mito del eterno retorno, habla de este número. La unidad de medida del ciclo más pequeño es el yuga, la edad. Un ciclo completo -mahayuga- se compone de cuatro edades de duración desigual: la más larga aparece al principio y la más corta al final. La primera edad dura 4000 años; la siguiente dura 3000 años; la tercera dura 2000 años y la cuarta 1000 años. Cada edad o yuga tiene su aurora y su crepúsculo para completar, así, los 12000 años.

Esto supondría que, si Jesús se manifestó en la transición entre etapa V y VI de su desarrollo personal, la humanidad no estaba todavía en esa fase sino en una anterior. La vida de Jesús fue quien impulsó a la humanidad a avanzar por la senda de desarrollo mejor.

3.

De la primera etapa no sabemos nada. “Adán” estaba solo. Es el tiempo anterior a la creación de “Eva”. (Génesis.)

La fase II se corresponde con la edad de oro, con el Paraíso. “Hombre y mujer los creó”: Adán y Eva. (Génesis, Hesíodo.)

La fase III se corresponde con la expulsión del Paraíso al haber adquirido el ser humano la ciencia del conocimiento del bien y del mal. Y, como dice Kafka, no haber comido del árbol de la vida. (Génesis, Hesíodo, Timeo de Platón.)

La fase IV comienza con la integración del pensamiento griego y la religiosidad hebreocristiana en una cosmovisión completa. (Pablo.)

La fase V es la creación de la civilización occidental fundamentada, precisamente, en esa cosmovisión. Roma, Grecia, Catolicidad. (Agustín.)

La fase VI comienza con el otoño de la Edad Media (Huizinga) y el inicio de un periodo revolucionario que ha culminado con la decadencia de la civilización occidental (Burckhardt, Spengler, Guénon.)

Ahora estamos en la etapa final de este periodo y a punto de ingresar en la deseada y ansiada fase VII. En ella se ha de crear una comunidad ética de deberes, cumplidos según el espíritu de la ley moral universal que supera la mera comunidad política de respeto externo (legalidad) de normas basadas, principalmente, en derechos. (Kant: La religión dentro de los límites de la mera razón.) En esta etapa se va a comprender que la marcha de la humanidad debe “imitar” el desarrollo vital de aquellos que han culminado ya una vida plena.

Dante creía que el año 1300, cuando comienza la Comedia, era la mitad de un ciclo de 13000 años, es decir, que habían pasado 6500 años y restaban otros tantos. En su egocentrismo radical creía que la mitad de su vida se correspondía con la mitad de la vida de la humanidad entera. Pudo equivocarse en 700 años, porque no debía de saber que la humanidad va por detrás de sus mejores individuos.

Jesús comenzó su vida pública en el comienzo de la etapa que incluye la crisis de la mitad de la vida. A diferencia de Sócrates, en cuanto hombre que culminó su desarrollo personal, alcanzó este en un breve periodo de entre uno y tres años. Es decir, las etapas VII y VIII las tuvo que completar de un modo acelerado y traumático.

4.

Estoy afirmando que hay -y siempre ha habido- un desfase entre los mejores representantes de la humanidad y la propia humanidad tomada, si eso fuera posible, como un solo ser.

Es como si un Estado (La República, IV) fuera menos moderado, sabio, valiente y justo que la minoría que lo rige que es las cuatro cosas a la vez.

En todo tiempo, la inmensa mayoría se divide entre los que van por detrás de la edad general (rezagados) y los que están en sincronía con la edad general (los adaptados). Solo una inmensa minoría (los adelantados a su tiempo) va por delante uno o más niveles.

La humanidad como tal no progresa propiamente. Lo que hace es desarrollar todas sus potencialidades escondidas desde el principio de su creación.

Desde el inicio el hombre estaba completo.

Tampoco hay decadencia. Lo que se llama decadencia son las crisis que preceden al cambio de etapa. Toda etapa concluye con una crisis que permite un salto hacia nuevas formas de humanidad.

Platón consideraba que el hombre concreto estaba constituido del mismo modo que el Estado. (¿Ahora podemos decir que la propia humanidad?) Una parte racional, otra irracional y otra que puede ayudar a la una o a la otra a imponerse. Cuando en cada uno -o en la humanidad- triunfa la parte racional entonces estamos en el camino de perfección.

La humanidad siempre va detrás, sufre un dramático décalage, con respecto a sus más perfectos hijos que siempre se anticipan a lo que será en el futuro la humanidad.

Jean Pierre Garnier Malet mantiene una teoría muy sugerente: La théorie du dédoublement de l’espace et du temps. Tiene ecuaciones matemáticas muy complejas. Pero a partir de ellas ha llegado a la conclusión de que estamos viviendo el final de un ciclo que, ignorantes del desdoblamiento del tiempo, puede volverse muy caótico. Sus ciclos son de 25920 años. (Yo me inclino en el caso de la humanidad por la mitad de años.)

Podría decirse que se crean continuamente “futuros potenciales posibles” de los cuales solo uno se hará realidad. Pues bien, las “mentes despiertas” pueden entrar en contacto con ellos a través de ventanas temporales y pueden elegir el mejor (o el más deseable o deseado.) A veces sin saberlo, de un modo subliminal.

Esto puede explicar las premoniciones, las intuiciones, los saltos afectivocognitivos, las comprensiones súbitas (insights) o el daimon de Sócrates.

Y la inspiración de algunos artistas. Mozart (partía de un todo ya configurado y luego le daba forma o desarrollaba, trabajando así desde el futuro al presente); Beethoven (cuando escribía este fragmento, era plenamente consciente de haber sido inspirado por Dios Todopoderoso, llegó a decir); Mahler (una voz me llamó mientras dormía, escribió).

5.

En todas las especies animales la especie está por encima del individuo. Por ejemplo, la especie mosca -como especie- tiene una mente más compleja que la de cada una de las moscas por separado.

En la especie humana, no. La complejidad de cada miembro es similar a la del conjunto de todos los individuos. Eso explica que la marcha de la humanidad sea tan dificultosa y multivectorial. En resumidas cuentas, agónica.

El hecho de que sea posible elegir (por anticipación) entre todos los futuros potenciales justifica la tremenda afirmación de Leibniz de que vivimos en el mejor de los mundos posibles.

Cuando en Marcos (13, 35) se dice: no sabéis cuando llegará el dueño de la casa

I.                 si al anochecer

II.               a medianoche

III.             al canto del gallo

IV.             o al amanecer

puede entenderse como referido a cada uno o a toda la humanidad. El nuevo día comienza al anochecer del anterior y se detallan cuatro fases. Por tanto, como para Dios un día pueden ser miles de años, también puede referirse a las edades de la humanidad.

A partir de la resurrección de Jesús, la llegada puede ocurrir en cualquier edad. Dios no tiene por qué esperar a la última fase de nuestra andadura histórica.

La humanidad como un solo ser ha de pasar por tres fases, al menos: intelectiva-meditativa-contemplativa. Cuerpo-alma (psique)-espíritu (nous.) Ahora, debe entrar en la intermedia.

El recorrido de las edades de la humanidad no sería ni lineal ni circular sino helicoidal. Por eso acertó Hegel cuando señaló que la historia de la humanidad no se repite.

Cada nueva fase es una octava más alta que la anterior. Por eso, estrictamente hablando, no hay repetición.

El Hombre nace dos veces: primero, individualmente, y, luego, como humanidad.

Tiene que atravesar (primero como yo y luego como nosotros) lo mineral, lo vegetal, lo animal, lo humano hasta llegar a lo divino.

En cada una de sus fases la humanidad repite el ciclo conocido: va del oro, a la plata, al bronce y al hierro (Hesíodo) para desde el hierro saltar al oro de la siguiente fase.

La sensación de decadencia absoluta es engañosa debido a esa regla.

Los periodos de oro son muy breves. Los de hierro, por el contrario, muy largos.

Al culminar la última etapa ya no habrá más ciclos. En la última fase alcanzará su consumación.

La urdimbre de todos los desarrollos -tanto desde el punto de vista macro cuanto del micro- parecen responder a una ley fractal. Lo pequeño reproduce lo grande y lo grande reproduce lo pequeño de un modo continuo.

6.

Hay dos tipos de personas: los que tienen la mente dentro del cerebro y los que tienen el cerebro dentro de la mente. En estos momentos la inmensa mayoría está representada por los primeros. Los segundos son los que anticipan la fase venidera. Han logrado invertir la dependencia neuronal. En ellos es el cerebro el que está al servicio de la mente y no la mente al servicio del cerebro como en los primeros.

Un ejemplo de los que anticipan el futuro es Kurt Gödel. Creía que el mecanismo biológico vigente sería refutado:  se descubrirá un teorema matemático que establezca que la probabilidad de formar un cuerpo humano en un tiempo geológico es (por las leyes físicas y partiendo de una distribución azarosa de la materia) enormemente pequeño (relatado por Rebeca Goldstein.) Por su parte, Thomas Nagel cuenta cómo le señaló a Gödel que ese dualismo extremo que este defendía, según el cual el alma y el cuerpo poseen existencias separadas y se unen en el nacimiento para separarse de nuevo en la muerte, resultaba difícil de conciliar con el darwinismo. Gödel le respondió que no creía en la teoría de la evolución. Es más: sentía animadversión por la teoría de la evolución.

Nuestra raza humana es la quinta según el clasicismo griego. Esto quiere decir que ha habido otras razas anteriores que han perecido. La nuestra es la quinta y no sabemos si habrá una sexta. Pero las élites actuales eso no lo saben. Están ofuscadas por lo que llaman conocimiento científico (materialista, mecanicista y reduccionista) y son incapaces de situarse adecuadamente en el marco temporal terrestre o cósmico. Por lo tanto, la gente vive en la más absoluta ignorancia al ignorar todo lo que ignora.

Las pretensiones de la ciencia ortodoxa no cumplen la máxima de Hume: afirmaciones extraordinarias (por ejemplo, el big bang) requieren pruebas extraordinarias. Pretenden explicar lo desconocido por lo todavía más desconocido.

No son capaces de distinguir todas las formas de interpretación existentes: literal-alegórico-simbólico-espiritual-metafísico. O materia-cerebro-mente-conciencia-alma.

No solo el universo es más raro de lo que suponemos, es más raro de lo que podemos suponer (JBS Haldane.)

Los hechos que están delante de nosotros están lejos de ser los que más fácilmente se disciernen (C.S. Peirce.)

A.C. Doyle lo expresó de un modo genial: It is an old maxim of mine that when you have excluded the impossible, whatever remains, however improbable, must be the truth.